eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La caja rosa que la convirtió en turronera

Pinolere homenajea a la artesana Olivia Díaz, de 80 años, que lleva 36 participando en la feria

La turronera Olivia Díaz, ayer en la Feria de Pinolere, junto a su querida caja rosa.

Cuando se celebró la primera Feria de Pinolere, hace ya 36 años, ella estaba allí con sus turrones. Ayer, Olivia Díaz, de 80 años, volvía a ofrecer su mejor sonrisa, «dejando atrás todo lo malo».

Escondida en una esquina, detrás del puesto, hay una curiosa y antigua caja rosa que la artesana Olivia Díaz Frías, de 80 años, protege con cariño. Se la regaló su madre, de la que aprendió todo sobre la tradición turronera, para que la usara para transportar los dulces de fiesta en fiesta y de feria en feria. La sigue conservando, decorada en su interior con numerosas estampas religiosas, y la sigue acompañando «en mi gira por todas las Islas», bromea. Este fin de semana, Olivia, su caja rosa, y su hijo Francisco Pérez, al que ha transmitido todos sus conocimientos sobre este arte artesanal, han formado parte de la edición número 36 de la Feria de Artesanía de Pinolere, en La Orotava, una de las más importantes de Canarias, que ha vuelto a abrir sus puertas tras un año de parón debido a la pandemia del Covid 19.

Olivia Díaz, repostera de Tacoronte a la que la Asociación Cultural Pinolere homenajeó ayer por participar en la feria de artesanía desde que esta se puso en marcha hace 36 años, volvió a mostrar su sonrisa y entusiasmo ante los numerosos visitantes que se acercaron este fin de semana hasta la muestra, celebrando que «ya todo haya pasado». «Hemos sufrido una temporada muy dura sin ferias ni fiestas populares debido a este bicho, pero ya hemos vuelto, aunque ahora yo soy más acompañante que encargada, pues mi hijo ha tomado las riendas del negocio», cuenta esta turronera.

Declara a EL DÍA que nunca se le había pasado por la cabeza que «este mundo tuviese que enfrentarse a una pandemia así, que dejase a la gente en sus casas, que acabase con la economía de los artesanos; pero parece que volvemos a respirar». Eso sí, Olivia apunta que es necesario que la artesanía de la Isla reciba más ayudas por parte de la administración, que «no nos hagan pagar por los puestos», y que se celebren más ferias para que «esta no acabe muriendo».

«Si no nos ayudan, sobre todo después de lo que este sector ha sufrido con la pandemia, la artesanía, las tradiciones, acabarán desapareciendo», agrega. Sobre el homenaje, Olivia comenta que se siente halagada, «pero a mí lo que me hace feliz es que a la gente le guste mi trabajo, mis turrones, y que vuelvan a comprar más».

El de los turrones de Olivia es uno de los 180 puestos de artesanos, de todas las Islas, que han participado en esta edición de la Feria de Pinolere, con la que la asociación cultural se juega su futuro, después de un año y medio sin poder organizar ni un solo evento. Ayer sábado, tanto artesanos como público aseguraban que la muestra estaba «muy animada» y que había «regresado con fuerza». Solo por la mañana, y con todas las medidas de protección anticovid, habían entrado en el recinto más de 1.700 personas.

Entre ellas se encontraba el matrimonio formado por Asunción Palancares y Cesareo Rodríguez, quienes contaron que no se pierden ni una sola edición de la feria. «Nos encanta, pues muchas cosas nos recuerdan a nuestra infancia. Además, tenemos que ayudar al sector para que las tradiciones no desaparezcan», afirmaron.

En esta muestra, situada en el Parque Etnográfico Pinolere y dedicada este año al papel y al cartón, se puede encontrar todo tipo de productos y artes artesanales, como joyas, juguetes, instrumentos musicales, ropa, bolsos, muebles, cuchillos, velas, grabados, cuadros, puros, dulces y helados. Los artesanos se muestran optimistas «ante el regreso a la normalidad, pues a partir de ahora se van a celebrar unas cuantas ferias en diferentes puntos de las Islas». «Confiamos en poder recuperar las pérdidas que hemos sufrido», señala Emma Vilageliu, especialista en joyería esmaltada.

Emma asegura que 2020 «ha sido un año muy duro para el sector». «Con la Feria de Pinolere nos pasó que nos quedamos a las puertas de que se celebrase. Nos avisaron unas horas antes de que esta no se podía llevar a cabo. Tuvimos muchas pérdidas. Creemos que fue muy injusto, pues las ferias se celebran al aire libre, mientras que en recintos cerrados sí se permitía el acceso a numerosas personas», manifiesta.

Eso sí, agrega, «la pandemia nos ha dejado algo muy positivo, y es que nos ha unido, por lo que los artesanos nos estamos organizando». En este sentido, tanto Emma Vilageliu, como el resto de artesanos, reclaman más ferias, más ayudas y «poder contar con un espacio permanente en el que poder vender durante todo el año».

La Feria de Pinolere también abrirá hoy. La entrada, de 2,50 euros, puede adquirirse en el recinto o en la plataforma tickety.es. El horario es de 10:00 a 20:00 horas.

Compartir el artículo

stats