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Biodiversidad | El futuro de la fauna y la flora

El lagarto gigante y el pinzón azul, entre las especies más amenazadas de la Isla

El nuevo Plan Estragético insular cataloga 35 variedades en riesgo de extinción y 38 ‘vulnerables’ | La presión humana y el cambio climático, principales factores adversos

Un ejemplar de lagarto gigante de Tenerife. E. D.

Lagarto gigante de Tenerife, pinzón azul del Teide, angelote, paloma turqué o tabaiba amarilla. Sus nombres suenan como parte de la fauna y la flora de la Isla. Todas son especies amenazadas y han sido catalogadas como tal en el nuevo Plan Estratégico de Biodiversidad desarrollado por el Cabildo. El detallado documento, de 242 páginas, identifica 35 variedades en peligro de extinción y otras 38 como vulnerables. Los expertos concluyen que la presión humana en forma de desbroces incontrolados o tránsito de vehículos por zonas inapropiadas es el principal factor adverso para su supervivencia junto a los efectos derivados del cambio climático.

Según el Banco de Datos de Biodiversidad del Gobierno de Canarias, en la Isla de Tenerife habitan casi 10.000 especies silvestres, de las que 887 son endemismos.

La Estrategia de Biodiversidad insular, diseñada a diez años vista, forma parte de los esfuerzos por cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030 –el fin de su temporalidad– y pretende ser un instrumento de trabajo a implementar durante la próxima década. Su objetivo es dirigir las actuaciones en materia de biodiversidad y procurar el uso sostenible de las especies silvestres, razas y cultivos autóctonos de Tenerife. Para ello se han identificado siete ámbitos de trabajo, con objetivos estratégicos y operativos específicos y se han definido 101 líneas de actuación, que incluyen las prioridades y la temporalización.

El documento plantea la creación de una unidad genética que garantice la reproducción

El diagnóstico para proteger la biodiversidad establece sus principales amenazas para poder actuar sobre ellas. Los cinco principales factores directos que afectan son: pérdida, degradación y fragmentación del hábitat; las Especies Exóticas Invasoras (EEI); la contaminación del medio ambiente; la sobreexplotación de los recursos naturales (el uso insostenible de la naturaleza) y los efectos del cambio climático.

El plan delimita 73 especies en riesgo. Define como «en peligro de extinción» a 35 de ellas, «las constituidas por taxones o poblaciones cuya supervivencia es poco probable si los factores causales de su actual situación se mantienen». El Plan identifica distintos grados de conservación, del favorable (6) al desfavorable malo (16) con el intermedio de desfavorable inadecuado ( 12). La mayoría son variedades de flora con excepciones como el cuervo canario (Corvus Corax), el lagarto gigante de Tenerife (Gallotia Intermedia) o el halcón tagarote (Falcon Peregrinus).

Las especies «vulnerables» corren el riesgo de pasar a la categoría de «en peligro de extinción», en un futuro inmediato «si los factores adversos que actúan sobre ellas no son corregidos». En esta segunda categoría quedan incluidas 38. Solo cuatro con un estado de conservación favorable por 22 desfavorable inadecuado, seis malo y seis desconocido.

La tortuga boba, la paloma turqué, el pinzón azul, el calderón tropical (Globicphala macrorhynchus), la pardela chica (Puffinus Baroli) o el delfín mular (Tursiops Truncatus) son algunos ejemplos.

  • EN RIESGO Y MUY RECONOCIBLES

    Tabaiba amarilla

    La Euphorbia Bourgaena se encuentra en peligro por la competencia vegetal natural y la derivada de los distintos aprovechamientos agrícolas.

    Lagarto gigante

    El Gallotia intermedia tiene sus principales enemigos en las especies exóticas invasoras, en especial gatos y roedores.

    Angelote

    El Squatina Squatina sufre capturas accidentales. La contaminación supone otra amenaza.

    Tortuga boba

    La popular Caretta Caretta es vulnerable sobre todo por los vertidos de plásticos y residuos.

    Pinzón azul del Teide

    Incendios forestales y comercio ilegal son las amenazas para la Fringilla Teydea, símbolo isleño.

    Paloma Turqué

    La Columba Bollii tiene su hándicap en la depredación de ratas y gatos silvestres.

Las especies en riesgo localizadas en Tenerife tienen «un rango de distribución limitado, una población reducida y un hábitat donde en la mayoría de los casos, la presión antrópica provoca amenazas sobre la viabilidad futura» .

El documento define «la realidad de un territorio insular con elevadas presiones antrópicas (del ser humano)». Esto, añade, «hace imperativo la creación de herramientas que aseguren la conservación de las especies amenazadas». Por ejemplo, para la flora «es necesario complementar junto a la red de viveros, una unidad técnica de germoplasma –garantía de reproducción genética– de especies silvestres que permitan trabajar, de forma compatible con otras unidades, la recolección, protocolorización y conservación de las semillas, esquejes, bulbos, etcétera de estas especies». Este servicio técnico «debe ser dependiente de la unidad de biodiversidad y funcionar, previa priorización de actuación por parte de los expertos, en aquellos ejemplares que se definan como urgentes».

Como conclusión, el plan diseña cinco grandes líneas de actuación a nivel global para conservar la biodiversidad isleña. En el ámbito científico, el conocimiento, la información y el seguimiento. Respecto a la gestión, la conservación como objetivo. La tercera línea es el frente del cambio climático. En cuarto lugar, el modelo territorial. Y por último las políticas sectoriales. Una vez hecho el diagnóstico comienza otra etapa: proteger la biodiversidad de la Isla.

«Ha faltado participación»

Una visión crítica respecto al diseño del nuevo Plan Estratégico de Biodiversidad la apunta el Partido Popular en el Cabildo. Su consejero Valentín González la resume: «Ha faltado participación en el proceso». Y lo argumenta: «No han contado ni con los partidos políticos ni con agentes sociales para la elaboración de la estrategia de biodiversidad de Tenerife». González Évora centra su argumento en el hecho de que en el documento que planifica el futuro de la conservación de la biodiversidad en la Isla se declara el uso de armas de fuego como el método de control de animales asilvestrados, incluyendo gatos, cabras y ovejas. Además, añade, «señala como contrario a la conservación el método CES (Captura, Esterilización y Suelta)». A ambas cuestiones se oponen frontalmente los colectivos relacionados con el Bienestar Animal que han presentado alegaciones al texto aprobado». El PP critica que el Cabildo no contemple en su estrategia el método CES que, según Valentín González, «supone una vía efectiva y respetuosa para el control de los animales asilvestrados». Insiste en que «se ha desestimado esta vía en contra de la opinión de colectivos expertos en Bienestar Animal». 

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