La talla mexicana de la virgen de Nuestra Señora de Las Angustias, de Icod de los Vinos, viajará mañana al Museo Nacional de El Prado, en Madrid, junto a la ofrenda del caimán disecado que la acompaña en la ermita de Las Angustias desde el siglo XVIII. La Cofradía de Angustias y Dolores de Nuestra Señora ha mostrado esta semana «gran alegría y júbilo» por el traslado durante cinco meses de estas dos piezas a una importante exposición temporal organizada por El Prado y la Fundación Axa, titulada Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España.
La muestra se inaugurará el día 5 de octubre y permanecerá abierta al público en Madrid hasta el 13 de febrero de 2022, con el objetivo de «visibilizar, a través de aproximadamente un centenar de obras, este rico patrimonio que, proveniente del Nuevo Mundo, se conserva en instituciones culturales, espacios religiosos o colecciones particulares, principalmente en España. Estos objetos, llegados en distintos momentos de la historia, forman parte de nuestro patrimonio histórico y cultural, sin que, a veces, reconozcamos las razones de su presencia». La virgen icodense y el caimán, conocido popularmente como «el lagarto de Las Angustias», irán acompañados también por la Cruz de Plata de la Parroquia Matriz de San Marcos Evangelista.
La imagen de la Virgen de las Angustias que se conserva en el interior de esta ermita fue elaborada en México durante la primera mitad del siglo XVII. Esta talla de gran relevancia artística comparte protagonismo con un exvoto u ofrenda único en Canarias: un caimán disecado que en la actualidad descansa en el interior de una urna de cristal. Este animal es uno de los mayores atractivos populares de esta ermita y, según explica la citada Cofradía, fue una donación del capitán Marcos de Torres, fundador del templo, «que en uno de sus viajes a México sufrió el ataque de un caimán». Esta versión señala que «invocando a la Virgen logró salvarse y, a mediados del siglo XVIII, lo trajo desde la selva del estado mexicano de Tabasco y se lo ofreció a la Virgen como exvoto en señal de agradecimiento».
Durante muchos años, el caimán permaneció colgado del techo de la ermita icodense, «pero debido a su deterioro, se procedió a colocarlo en una urna. En el año 2017, un taxidermista se encargó de su restauración», detalla esta cofradía religiosa en una publicación del año 2019.
José Manuel Padrino Barrera, licenciado en historia del arte, detalla en su trabajo Los exvotos en Tenerife. Vestigios materiales como expresión de lo prodigioso, que este caimán «proclama su condición de ofrenda indiana, a tenor del vínculo que con América mantuvo el promotor de la ermita donde se ubica, Marcos Torres, y revela, a buen seguro, la proyección exterior y la efectividad de la Virgen de las Angustias a la hora de auxiliar a aquellos que la invocan en los territorios de ultramar». Y añade que «aunque el Caimán de Las Angustias es el único en su género que actualmente se puede localizar en el archipiélago canario, parece ser que la presencia de estos especímenes no fue nada extraña en otros templos insulares, como queda constatado en Los Realejos (en la antigua iglesia del desaparecido convento agustino de San Andrés y Santa Mónica, en Realejo Bajo) o en Telde, en la isla de Gran Canaria (en la iglesia de San Juan Bautista)».
El tornaviaje o viaje de regreso que da título a esta exposición en Madrid «permite valorar las obras de arte que llegaron desde América a España y, por extensión, a Europa durante la Edad Moderna», según explican los organizadores de esta muestra comisariada por Rafael López Guzmán, catedrático de Historia del Arte Iberoamericano en la Universidad de Granada.
La ermita de Las Angustias, en Icod de los Vinos, cuenta con una talla de la Nuestra Señora de las Angustias que fue elaborada en México en el siglo XVII y con un peculiar exvoto, único en Canarias: un caimán disecado metido en una urna de cristal y madera que, según la Cofradía de Angustias y Dolores de Nuestra Señora, fue traído de América por Marcos de Torres, el fundador de la ermita.
