Familias del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Mencey Bencomo, en la localidad de Santa Úrsula, rechazan las creación de un curso mixto, con 19 alumnos de tercero y cuarto, y reclaman que se mantengan, como en el curso anterior, dos clases de tercero y dos de cuarto, «para no perjudicar el proceso de aprendizaje de estos menores».
Un grupo de familias presentó el pasado mes de julio ante la Dirección General de Centros, Infraestructura y Promoción Educativa un escrito, respaldado por 600 firmas, en el que muestran su «rotundo rechazo a los grupos mezcla», especialmente en un momento como el actual, debido a la pandemia del Covid-19.
Las familias recuerdan que estos alumnos perdieron el último trimestre del curso 2019-2020, algunos provienen de otros grupos mixtos en cursos anteriores y han sufrido años con continuos cambios de profesorado, por lo que demandan que «se reconsidere esta planificación y se ofrezca a todos los alumnos la posibilidad de asistir a una clase con compañeros de un único nivel educativo».
La respuesta de Educación ha sido que, por una cuestión de ratios, habrá un tercero con 20 alumnos, un cuarto con 21 alumnos y un curso mezcla, de tercero y cuarto, con 19 estudiantes. Una propuesta que, según la respuesta enviada por la Consejería a estas familias, «cumple escrupulosamente la norma, tanto estatal como autonómica en lo referido a las ratios de los grupos».
Fuentes de las familias afectadas por esta decisión han señalado a EL DÍA que temen que los alumnos del curso que mezcla tercero y cuarto «no tengan las mismas oportunidades que los que acuden a un tercero y un cuarto puros». Además, señalan que en varios casos de estos alumnos nacidos en 2012 y 2013, sus últimos años escolares se han visto afectados por varias circunstancias anómalas: «En el último año de infantil tuvieron, por bajas y cambios de destino, un total de siete profesores distintos; en primero de primaria les pilló la pandemia y se quedaron en casa desde marzo; en segundo quedó claro que, debido a esos dos cursos atípicos, arrastraban problemas de lecto-escritura y cálculo matemático, y ahora en tercero los van a mezclar con alumnos de cuarto».
Estas familias critican también «la falta de información respecto a los criterios empleados para distribuir al alumnado en los diferentes cursos previstos», y aseguran que tampoco les han dado la oportunidad de cambiar de centro ante esta circunstancia. Además, en otra reclamación del mes de julio han puesto en duda que «el tamaño de las aulas garantice la distancia de seguridad entre los alumnos en las clases que tienen más de 19 estudiantes».
