Vertidos de origen desconocido de piche y aguas fecales mantienen en jaque a las playas del sur de Tenerife y la capital isleña. Ayer seguían cerradas al baño una parte de la playa de El Cabezo –la conocida como la L–, en el Puertito de Güímar, al aparecer nuevas manchas de hidrocarburos, así como Leocadio Machado, en El Médano, y Los Abrigos, estas dos en el municipio de Granadilla de Abona por la presencia de bacterias fecales. Los ayuntamientos güimarero y granadillero volverán a analizar hoy la situación para determinar si las reabren o permanecen cerradas.

Mientras, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife retiró ayer el consejo de no bañarse en la primera parte de la playa de Las Teresitas, desde la cofradía de pescadores hasta el acceso 3, tras desaparecer las manchas de piche vistas el viernes. Y por segundo día consecutivo siguen abiertas las playas de los municipios de Arafo y Candelaria, que también se han visto afectadas por los vertidos de piche de esta semana.

Las autoridades competentes en el control de los vertidos, el Gobierno estatal en el caso de los hidrocarburos y el Ayuntamiento de Granadilla en el de las aguas fecales, desconocían ayer el origen de estas manchas que han trastocado la actividad de las costas en pleno verano. Las primeras concentraciones de piche, pequeñas pero expandidas frente al litoral entre Santa Cruz y el Valle de Güímar, aparecieron el martes y obligaron a cerrar la playa del Roque de las Bodegas, en Anaga. En los siguientes días se extendieron por otras playas de la capital tinerfeña y de los municipios de Arafo, Candelaria y Güímar, provocando cierres provisionales de las zonas de baño.

A la espera de una nueva comunicación de la Delegación del Gobierno estatal en Canarias, que solo ha aclarado que se está investigando el origen de las manchas de piche y que en principio «no revisten gravedad», se sospecha que pueden proceder de la limpieza irregular de buques que pasan por las aguas tinerfeñas. El convenio internacional Marpol, para prevenir la contaminación provocada por los barcos, obliga a las embarcaciones a eliminar los restos de aceite y fuel almacenados en los depósitos en puerto. Sin embargo, hay capitanes y armadores que intentan ahorrar tiempo y dinero realizando esas tareas en alta mar, provocando vertidos que en ocasiones llegan a las costas y tienen importantes consecuencias.

Tenerife está muy expuesta, como el resto de las Islas, a estos vertidos de hidrocarburos, al ser punto de paso o parada de miles de petroleros o cargueros. Al menos 1.500 buques que transportan crudo utilizan las aguas isleñas en sus rutas hacia Europa, África o Asia. Los capitanes que realizan estas limpiezas irregulares en alta mar se aprovechan de la gran dificultad de controlar este denso tráfico marítimo. El Estado utiliza satélites europeos para vigilar a estas embarcaciones pero las pequeñas manchas son muy complicadas de detectar. En cualquier caso, la Delegación ha informado que se sigue investigando esta llegada de piche a las costas tinerfeñas.

En cuanto a los vertidos de aguas fecales en Granadilla, el Ayuntamiento aseguró ayer que desconoce su origen. Hoy se conocerán los resultados de las nuevas pruebas realizadas en las playas de Leocadio Machado –la playa de El Médano que concentra las actividades de kite surf– y Los Abrigos para determinar si mantiene el cierre o las abre a los bañistas. Los ayuntamientos afectados han expresado su preocupación por unos vertidos que alteran el uso de las playas en pleno periodo estival.