Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife investiga el origen del vertido de hidrocarburo que desde el martes afecta a parte del litoral de Anaga, en Santa Cruz de Tenerife, y a varias playas del Sureste de la Isla. Así lo confirmó ayer la Delegación del Gobierno central en las Islas, después de que el Ayuntamiento de la capital tinerfeña solicitara la realización de gestiones para aclarar de dónde procede la contaminación. En cualquier caso, según fuentes de dicha administración, los expertos no creen que el derrame de fuel sea grave, en base a la monitorización que se efectúa a la mancha. Los satélites que controlan las fugas no detectaron el vertido el mismo día que llegó a tierra, el martes por la mañana.

El vertido no será grave pero sí sus consecuencias. Las playas del Valle de Güímar permanecían ayer cerradas al baño desde mediodía –excepto la del caserío de El Socorro, en Güímar– debido a la presencia de estos restos de hidrocarburos, de los que las autoridades desconocen su procedencia. Arafo fue el último de los municipios de dicha comarca en adoptar la medida, prohibiendo el uso de la Playa de Lima, su única zona de baño, situada junto al Polígono Industrial.

En el caso del municipio de Candelaria, el gobierno local anunció a mediodía de ayer que ampliaba a todo el litoral de la Villa Mariana el cierre de las playas de Las Caletillas y Punta Larga, que aplicó a última hora de la tarde del martes. La decisión se adoptó tras detectar la presencia de hidrocarburos en el agua y se procedió a colocar la bandera roja en todas las zonas de baño. Asimismo, la Concejalía de Sanidad activó el protocolo y tomó muestras de agua, que fueron remitidas al Servicio de Inspección Sanitaria y Laboratorio del Gobierno de Canarias para su análisis.

La prohibición del baño en la costa de Candelaria se mantendrá a la espera de los resultados de esas pruebas, lo mismo que en Güímar, donde el martes su Ayuntamiento también prohibió el uso público de El Cabezo A, la conocida como playa de la «L», en El Puertito. La medida fue ampliada 40 minutos después con el cierre total del litoral del Puertito de Güímar debido a la aparición del vertido de hidrocarburos. Ayer la situación empeoró durante la mañana, si bien a última hora de la tarde la situación había mejorado de forma sustancial. Hoy está prevista una acción de limpieza.

En torno a las tres de la tarde de ayer, el Ayuntamiento de Arafo se sumó a las medidas y recomendaciones de los municipios colindantes «ante la detección de la presencia de hidrocarburos en el agua». La empresa concesionaria del servicio de analíticas del agua de baño en la Playa de Lima fue requerida para constatar la existencia del vertido y tomar las muestras de agua. Mari Brito, alcaldesa de Candelaria; Juan Ramón Martín, alcalde de Arafo, y Gustavo Pérez, regidor de Güímar, reiteran el carácter preventivo de la prohibición de utilizar el litoral del Valle de Güímar para el baño y que la medida estará vigente 48 horas, al menos.

La capital cerró el martes la playa de Roque de las Bodegas, en Anaga, pero la reabrió ayer al comprobar que las condiciones habían mejorado. Los servicios de vigilancia, no obstante, se mantienen alerta por si aparecieran otras manchas. El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, pidió mientras a los gobiernos nacional y canario, Costas, Capitanía Marítima y Autoridad Portuaria que se investigue «de manera urgente» la procedencia de restos de hidrocarburos hallados esta semana en las playas de Almáciga, Benijo y Roque de Las Bodegas, en la zona de Anaga. Para Bermúdez, «es fundamental conocer la procedencia de dichos vertidos» y añade que «en el caso de Santa Cruz se trata de una zona de especial valor medio ambiental cuya conservación es responsabilidad de todas las administraciones».

El regidor santacrucero informó de que «el protocolo para estos casos fue activado de manera inmediata, cerrando las playas al baño y procediendo a la limpieza de dichos restos», aunque destaca que «si estos casos vuelven a producirse, el daño al ecosistema marino de la zona puede ser considerable, sin dejar a un lado el perjuicio para los empresarios de la zona, en el caso de que nos veamos obligados a volver a cerrar dichas zonas de baño».