El drago del Colegio Nazareth no sobrevivirá. Ayer, el Cabildo confirmó que «no podrá ser trasplantado en otro lugar, debido a problemas biológicos y a los desperfectos producidos por su desplome en el mes de julio». Estas palabras de la consejera insular de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García, confirman los temores de la comunidad. “Hemos puesto a disposición del Ayuntamiento de Güímar el área de Biodiversidad de la Institución insular, aunque no hemos podido hacer nada para recuperarlo», ratifica García, quien había acordado con el alcalde, Gustavo Pérez, la colaboración del Cabildo en el traslado y trasplante de este ejemplar de más de 130 años.

El Dracaena draco del colegio Nazaret, de unos 10 metros de altura y un ancho de copa de 11,50 metros y más de 15 toneladas de peso, se desplomó el pasado 20 de julio como consecuencia de varios factores, entre los que el Cabildo cita «la presencia de hongos en su porte». Gustavo Pérez explicó que, con el propósito de intentar recuperarlo, «en una primera valoración se contempló la posibilidad de trasplantar el árbol a un lugar cercano. Sin embargo, los informes nos indican que este trasplante no tendrá éxito debido, principalmente, al poco desarrollo de sus raíces», dijo el alcalde.

En permanente coordinación con la dirección del Colegio de Nazaret, los especialistas consultados, entre los que el Cabildo menciona al presidente del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Güímar, Luís Marrero; el arquitecto Alberto Luengo, así como varios expertos en botánica, biología y replantación, han concluido que su «estado de salud, sumado a la rotura de más de la mitad del ramaje, ha hecho imposible que pudiera ser trasplantado». En referido informe también aclara que «no es lo mismo trasplantar un drago con su cepellón de raíces en buen estado fisiológico, que replantar un drago caído con serias patologías y en un lamentable estado de conservación». El documento refleja que «incluso el posible enraizamiento de sus brazos es también muy limitado, dado que el ramaje carece de raíces aéreas».

Fue durante la mañana del 20 de julio cuando cedió finalmente este drago, mientras se desarrollaba un campamento de verano en lo que hoy se denomina Colegio Santo Domingo. La comunidad educativa de este colegio de titularidad privada considera que el ejemplar se encontraba enfermo desde hace seis años, como mínimo. Esta evaluado como uno de los más antiguos de cuantos existen en la Isla.