A sus 37 años, en octubre del año 2019 comienza su trayectoria como cargo político, cuando sustituye a David Pérez como responsable municipal de Turismo. Técnico en Gestión de Turismo Cultural y Patrimonio, le ha tocado lidiar con el momento más crítico de la principal actividad económica.


Por segundo año consecutivo, los empresarios dan por perdido el verano turístico. ¿Coincide?

Estamos a mes y medio de acabar el verano y es evidente que el turismo ha bajado en todo el mundo, para empezar porque hay menos ofertas de vuelo, unido a la crisis sanitaria. Afortunadamente, se mantienen muchos puestos de trabajo a través de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Es evidente que nos preocupa mucho la recuperación del empleo en el municipio.

Para tratar de salir de esta crisis, el sector pone en el mercado una oferta muy variada. Desde su perspectiva, ¿la misma puede devaluar el destino Arona teniendo en cuenta el valor e importancia de la planta hotelera?

Al contrario. Tener una oferta variada permite al municipio contar con distintas opciones para reemprender la actividad. En todo caso, todos tenemos que tener en cuenta tanto el mundo post pandemia como la crisis climática a la hora de revalorarnos como destino turístico.

¿Qué importancia está teniendo en la actividad turística la escasez o inexistencia de oferta de coches de alquiler?

Es relativo. Afecta más al sector de alquiler de vehículos, pero existen alternativas de transporte para que las personas que nos visitan puedan conocer no solo el municipio, sino la comarca y la Isla en su conjunto.

El botellón es un problema en la coyuntura pandémica. Los turistas lo practican aquí. ¿Qué incidencia tiene? ¿Es una batalla perdida?

El botellón es un problema cultural, no coyuntural. Antes de la pandemia también había. Hemos visto recientemente cómo funcionarios de la Policía Nacional y de la Policía Local han tenido que emplearse en desalojar playas en el Sur, como en los casos de Las Vistas y de Troya, lugares a los que acude la gente después de que cierren los establecimientos. El turismo de masas trae aparejado este tipo de situaciones, pero es evidente que cambiar esa dinámica no se consigue de la noche a la mañana.

Las excursiones a los cetáceos es un reclamo hoy muy relevante. ¿Hasta qué punto?

Es importante que los turistas se interesen por la fauna y la flora de Canarias y de Arona, en este caso. Forma parte también de nuestro patrimonio. Por eso debe haber un control, para que no se masifique y se perjudique la vida de estas especies.

¿Qué opinión tiene de la construcción de un puerto en Fonsalía?

El alcalde y el equipo de gobierno tiene claro que se debe apostar por fortalecer el puerto de Los Cristianos y por mejorar, también, el pueblo, los accesos, etc. Tanto la pandemia como el cambio climático, así como experiencias como la del Puerto de Granadilla, deberían hacernos reflexionar sobre la idoneidad de determinados proyectos. Pero no solo eso. Los Cristianos merece una apuesta integral por parte del Cabildo y del Gobierno de Canarias. Así lo ha reclamado el Ayuntamiento de Arona, que ha presentado un proyecto completo de regeneración urbana y de mejora de la movilidad para Los Cristianos. Se trata de un documento que abarca desde el puerto hasta la propia autopista del Sur, que incluye el soterramiento de la avenida Chayofita generando un gran bulevar y propiciando que el tráfico pesado transite por una vía subterránea hasta la TF-1. Es una oportunidad que no se debe perder.

¿La respuesta del mercado británico es la que esperaba?

El Gobierno del Reino Unido ha mantenido a Canarias en nivel ámbar, pese a la subida de la Incidencia Acumulada. Es necesario comprender que la pandemia ha afectado a todos los países y a todas las personas. Así que es normal que mucha gente, al menos este año, haya optado por permanecer en sus países de origen. Igual que aquí el Gobierno de Canarias ha sorteado bonos, en Europa muchos gobiernos están fomentando su turismo interior, nacional.

¿Cuál es la apuesta del gobierno municipal como la futura modalidad turística para el municipio?

Es un tema que debe analizarse y consensuarse con el sector, con sosiego y con una mirada a largo plazo.

El Mojón se vende como la panacea para Arona. Turísticamente, ¿lo es?

No hay panaceas para ningún sector, sino mucho trabajo. Aquí lo importante es sacar adelante un plan que lleva muchos años esperando. No hay que perder de vista que se trata de una bolsa de suelo privado y que son esos particulares los que están tratando de ejercer sus derechos. El papel del Ayuntamiento de Arona es velar para que todo ese proceso genere empleo y oportunidades y que revierta con las cesiones correspondientes, con los grandes parques que pasarán a ser de uso público o la parcela de uso cultural, esencial para nosotros.

Arona es el municipio con la mayor planta hotelera de la Isla. ¿Cuál es su fortaleza?

La calidad de las instalaciones, la enorme experiencia, además de contar con la amplia variedad de la oferta.

¿Y su debilidad?

La dependencia de factores externos. Es improbable que el nivel de los vuelos aéreos de 2019, a escala internacional, se recupere antes de que finalice el año 2023, como aseguran los especialistas y la propia Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).

Parece que los charcos naturales serán elementos relevantes de reclamo turístico. En Rasca los hay. ¿Se lo han planteado?

En Rasca, estamos esperando a que el Gobierno regional termine de tramitar el expediente de ampliación de la Reserva Natural, promovido por el alcalde, José Julián Mena, una iniciativa que contó con el apoyo del pleno municipal. Quizá algún concejal pensaba en construir ahí un campo de golf, pero es absolutamente inviable. Nuestra prioridad es que se amplíe la reserva para proteger al máximo una zona especial, no solo de Arona, sino de Tenerife. La conservación de Rasca es lo fundamental, así que no se hará nada que vaya en contra de eso.