En Tenerife están censadas -se estima que un 30% no se registran- algo más de 255.000 mascotas -667.000 en Canarias-. De ellas, unas 237. 000 son perros y casi 18.000, gatos, aunque el censo del portal Zoocan incluye équidos y la categoría de otros. Quienes comparten vida y residencia con ellas reivindican una playa a la que poder llevarlas. Solo hay dos en la Isla. Mucha demanda y poca oferta.

Perros, gatos, équidos y otras categorías. Son las mascotas. En Tenerife, un total de 255.166 y de ellas, 237.456 perros. Solo dos municipios de los 31 de la Isla, ambos en el sur, cuentan con espacios costeros habilitados para esos seres de cuatro patas que suelen compartir casi todo con sus dueños. Cientos, tal vez miles de tinerfeños, reclaman una mayor oferta de playas para ellos, y más en el verano. Solo la ofrecen por ahora Güímar (8.418 animales censados) y Granadilla de Abona (18.904). Compartir espacios en el litoral con los animales es una demanda en aumento. Testimonios para comprobarlo.

Aparte de los dos municipios mencionados, hay otros que podrían llegar a plantearse habilitar espacios para las mascotas. Entre ellos, la capital, donde hay 49.198, o La Laguna, con 42.559. Lo cierto es que, de momento, no hay ninguno en el Área Metropolitana ni en el Norte. Mucha demanda y poca oferta.

Carolina de León y Duque.

«¿Por qué no puedo ir a la playa con mi perro y tengo que aguantar a energúmenos que pelean como orangutanes?». Lo pregunta Carolina y añade: «Si mi perro se asusta es porque tú gritas o juegas a la pelota como si no hubiera nadie alrededor a quien poder darle».

Anabel Santos y Shaylo.

Reflexión de Anabel: «Nuestro perro es uno más en la casa. Nada nos gustaría más que llevarlo a todas partes, pero, lamentablemente, no es así». Lo explica: «Tenemos limitaciones para todo: transporte en barco (frío en cubierta), irnos de hotel o apartamento e, incluso, en terrazas, donde más de una vez nos han dicho que no podemos estar con él en una mesa exterior». Critican: «Cuando fuimos al Puertito de Güímar vimos que la playa reservada era la peor zona. Un espacio pequeñísimo y donde más marea hay. El resto de la costa, prácticamente vacía y los que tenemos perros, hacinados. Desde entonces, no hemos vuelto a la playa con él, es incómodo». Otra experiencia: «En hoteles o apartamentos es prácticamente misión imposible. A veces aceptan perros de hasta 10 kilos… El nuestro pesa 28. Aunque es mil veces más tranquilo que un perro pequeño. Lo dejamos en casa con amigos y familiares». Reconoce que «hay dueños descuidados y guarros, pero también otros cuidadosos y que dedicamos bastante tiempo al bienestar de nuestros peludos».

Jorge Maqueda y Lilita.

Suele ir a la playa del Horno-El Confital, en El Médano, «por el fácil acceso y la poca afluencia de personas». Pero, subraya, es un poco molesto tener que ir desde La Orotava (17.272 mascotas censadas) a El Médano al no haber en el Norte y estar saturadas las cercanas a Santa Cruz». Valora: «Creo que hay que habilitar más, porque aumenta la cifra de los que queremos disfrutar de nuestros enanos fuera de casa; es una pena que en Tenerife no podamos ir a pasar un día junto al mar. Veo que cada día hay más comercios o alojamientos que aceptan perros, lo cual es buena señal. Por desgracia, no dispongo de mucho tiempo para el ocio, pero antes todo se limitaba al Parque de San Benito (La Laguna 42.559) y a caminatas por La Caldera. Hoy tengo bastantes más opciones».

Ana Palacios y Tornillo.

Considera que «Tenerife debería tener más playas con acceso a perros». Recuerda que «solo existen dos espacios, ubicados ambos en el Sur». Reside en Los Realejos (11.840 registradas) y considera que «debería habiltarse al menos una en la zona Norte». Apostilla: «Es muy poco el ocio adaptado que ofrece la Isla, con lo que muchos propietarios se ven obligados a depender de familia o amigos para pasar las vacaciones. Otros, abandonan a los animales. Esto se podría arreglar con una buena oferta de ocio, acceso a instalaciones públicas, playas, hoteles, e, incluso, viajar entre islas en barco de manera más cómoda, no como ahora, con las mascotas de más de diez en una jaula en el parquin o a la intemperie».

Pablo Barrio y Nuka.

Deja claro Pablo que no suele ir a la playa con su perra porque «no le gusta mucho el agua», aunque «las veces que hemos estado ha sido positivo». Reconoce que « es un poco tedioso que cada vez que queramos ese plan haya que pegarse la tirada en coche, ya que las más cercanas suelen estar llenas de gente». Considera que «el Norte está desasistido, más cuando es la zona con mayor población canina, junto al área Metropolitana. Tenemos mucha costa y kilómetros de playa para poder dedicar unos cuantos metros a los peludos». Entiende que «hay más parques para perros, pero muchos no dejan de ser un cercado liso sin nada dentro, incluso sin sombra o bebederos de agua. Hay que pensar las cosas bien, pero se mejora algo».