Tenerife es el paraíso canario de los charcos. De norte a sur, de este a oeste, la costa tinerfeña está llena de piscinas naturales de sobra conocidas o por descubrir plagadas de una biodiversidad que nadie imagina. Además de ser una seña de identidad, se han convertido en un gran reclamo para quienes buscan una forma diferente de disfrutar del mar, más en contacto con la naturaleza volcánica. Solo hay que asomarse a internet, donde circulan cientos de artículos con clasificaciones de los mejores charcos de Canarias. Por eso, la Consejería de Turismo acaba de declarar a 117 de estos charcos de interés turístico regional. Y Tenerife acapara la mayor parte: 61 de 117, el 52% de todas las Islas.

El Plan Director de Charcos de Marea presentado esta semana contempla medidas para mejorar sus instalaciones de servicios con una inversión de 29,4 millones de euros. Fernando Miñarro, director general de Infraestructura Turística de Canarias, explica que se han seleccionado las piscinas naturales más accesibles y visitadas, así como las mejor equipadas y con mayores valores paisajísticos. «El objetivo es mejorar todos los equipamientos con el máximo respeto a la enorme biodiversidad que hay en estos charcos. En ningún momento se pretende modificar el paisaje. Es un plan para mejorar los accesos y los aparcamientos, con actuaciones para minimizar el impacto de la intervención urbanística ya realizada o por hacer», detalla el responsable de este departamento de la Consejería de Turismo.

En Tenerife, el municipio con más jacuzzis de lava es, con diferencia, La Laguna (28). Y dentro de La Laguna, el punto que se lleva la palma es Punta del Hidalgo (27). Esta parte de la costa ligada al macizo de Anaga presenta una plataforma volcánica que se adentra en el mar un kilómetro y se extiende por más de cuatro kilómetros, en una sucesión de charcos y calas de arena negra entre coladas con formas esculpidas al capricho de las olas y las mareas. Ahí están Punta Arroba, Redondo, Intermedio, Alargado, Cumplido, El Redondillo, De Las Ovejas, Del Mono... Y el Charco Del Diablo.

El norte de Tenerife concentra los más conocidos por la población local: Charco del Viento de La Guancha, El Caletón de Garachico, el de La Laja de San Juan de la Rambla o Los Charcones de Buenavista del Norte. Pero en este listado del Gobierno de Canarias también aparecen opciones interesantes en el sur: El Roquete de Arico, los 8 del Malpaís de Rasca (Arona), el Del Marqués de Adeje, La Jaquita de Guía de Isora... «Lo que buscamos es sencillamente poner en valor estos rincones extraordinarios de nuestra costa, que aportan una experiencia diferente y única, al mismo tiempo que garantizamos su preservación», detalla Miñarro. La consejera de Turismo, Yaiza Castilla, aporta como otros objetivos «la consolidación de un modelo específico de intervención en el litoral de conservación e integración en la oferta del destino» con la colocación de señalizaciones, mejoras generales –que también atañen a la seguridad– y nuevas dotaciones, como solárium y zonas de sombra.

Este primer censo de las piscinas naturales de interés turístico regional surge de un proyecto más amplio. El embrión es la obra Charcos en Marea, editada por la Consejería de Turismo y en la que se realiza un estudio detallado y pormenorizado de los 492 charcos de marea censados en Canarias. Su autor es el arquitecto y estudioso de las costas volcánicas de Canarias Alberto Luengo, una obra que se integra en el proyecto Ecoáreas-Mardetodos, que desarrolla el Gobierno de Canarias desde 2014.

La clasificación se realizó a partir de un cribado de esos 492 descritos por la obra de Luengo. «Primero se descartó la mitad y luego quedaron los 117 que consideramos que se adaptan perfectamente a los criterios de selección», cuenta el director general de Infraestructura Turística de Canarias. Tenerife acumula la mayor cantidad, quizás porque hay una tradición en la Isla que viene de muy de atrás y que ha empujado a algunos ayuntamientos a financiar actuaciones en los charcos más conocidos. Pero el resto de las Islas también tienen de gran valor, aparte de los salvajes, que no han entrado en esta lista porque son más inaccesibles y porque la prioridad en ellos es conservar intacto su mundo natural. Además de los 61 de Tenerife, se han identificado como de interés turístico 18 en Fuerteventura, 11 en Lanzarote, 10 en Gran Canaria, 8 en La Palma y El Hierro y 1 en La Gomera.

Sergio Hanquet, fotógrafo, buceador y divulgador, conoce muy bien los charcos de Canarias. Pero sobre todo conoce la enorme riqueza natural que ocultan. «Hay mucho más de lo que la gente imagina: algas, crustáceos, peces, pulpos... Incluso se forman sales que también tienen un gran interés». La mayor parte de esas especies, comenta este belga afincado en Tenerife, se caracterizan «por una gran resistencia a los cambios constantes en las condiciones naturales». «Hay que tener en cuenta que muchos de estos hábitats se llenan y se vacían dependiendo de las mareas, sufren saltos de temperatura y salinidad...».

«Los que visitan estos lugares deben tener en cuenta la enorme variedad de vida que poseen». Por eso, Hanquet pide «mucho respeto por el entorno natural y bañarse con mucho cuidado». «Lo que no puede ocurrir es lo que pasa a veces, que llegas a un charco y te encuentras con acumulaciones de residuos. Son ecosistemas delicados y se puede disfrutar de los charcos pero con mucha precaución», subraya.

Este Plan Director de Charcos de Marea va en paralelo con planes puntuales que desarrollan algunos ayuntamientos que persiguen el mismo objetivo que el Ejecutivo regional. El caso más significativo en la actualidad es el de La Laguna y su proyecto Sendero Litoral de Punta del Hidalgo. Después de conseguir la Bandera Azul para el también conocido como Camino de San Juanito, el alcalde lagunero, Luis Yeray Gutiérrez, promueve una actuación en esta parte de la costa –desde la playa del Roquete, junto a la Cofradía de Pescadores de Nuestra Señora de la Consolación, hasta el Charco de la Arena– en un sendero marítimo con servicios y equipamientos y sin alterar sus valores naturales. Es precisamente en esta franja litoral de Punta del Hidalgo donde se concentran 27 de los 117 charcos declarados de interés turístico regional.

A la izquierda y la primera superior, foto tomada ayer del chaco del Tancón, en Los Abrigos. Sobre estas líneas, charco de La Jaquita, en el municipio de Guía de Isora.