El director gerente del Hogar Santa Rita, Tomás Villar, sigue sin responder a los medios de comunicación que le han cuestionado sobre la polémica abierta por las graves deficiencias detectadas en el funcionamiento de la mayor residencia geriátrica de Canarias, con unos 600 mayores acogidos, pero ha grabado un vídeo de casi 13 minutos, junto a Candy García, colaboradora de Santa Rita, en el que ofrece una singular versión sobre lo ocurrido. Llega a afirmar que incidencias sanitarias como el brote de sarna que sufrió la residencia son «algo innato en la vida humana» o que las informaciones respecto a los contundentes informes oficiales que elaboró el Hospital Universitario de Nuestra Señora de la Candelaria y los requerimientos de la Consejería de Derechos Sociales del Gobierno canario, a los que ha tenido acceso EL DÍA y adelantados por Radio Club Tenerife, son «un bulo».

Tomás Villar, director de Santa Rita, sostiene que la sarna es «algo innato en la vida humana» M. PISACA / D. PADRÓN

Villar dice que Santa Rita es un ejemplo de transparencia por llevar «11, 12 ó 13 años mostrándonos a través de estos vídeos en todas las casas de Tenerife y de las islas, donde expresamos nuestras inquietudes, problemas y bondades, que son muchas. Ya Canarias conoce cómo somos y cómo trabajamos. Y queremos seguir trabajando por y para los demás desde la claridad. Somos un referente canario a nivel nacional y creo que en Europa. A partir de ahí, queremos seguir trabajando con esa tranquilidad y profesionalidad, y con esta realidad palpable».

El director gerente, Tomás Villar, se ha pronunciado sobre las últimas polémicas en un vídeo grabado y divulgado por el propio Hogar Santa Rita.

Candy García afirma que quienes trabajan en el Hogar Santa Rita son «personas pacíficas» y que por eso «tienen la fe, la seguridad, la tranquilidad y la paz interior que nos permite seguir avanzando sin la necesidad de entrar en ningún tipo de conflicto», con el convencimiento de que «todo pone al final todo en su lugar». Sin embargo matiza que «como seres humanos que somos, llega un momento en el que nos sentimos afectados porque, indudablemente, no nos merecemos ningún tipo de crítica destructiva, puesto que estamos abiertos al progreso, la innovación, la creación... y con la pandemia hemos adoptado nuevos protocolos para mejorar».

Nada han gustado en el Hogar Santa Rita las informaciones que en los últimos días se han hecho eco del informe elaborado por personal del Hospital Universitario de Nuestra Señora de la Candelaria durante la intervención del centro por uno de los mayores brotes de Covid-19 registrados en Canarias, con más de 200 contagios y 21 fallecidos; los posteriores requerimientos y controles del Gobierno canario, y una denuncia ante la Fiscalía. Esos documentos, elaborados por profesionales de la sanidad pública y por los responsables de la inspección de los centros de mayores en Canarias, son, según dejan entrever los responsables de este hogar, «una injusticia que también se debería de condenar», producto de «abrir las puertas de este gran centro y de nuestro corazón». Primero habla de bulos, pero Villar termina por reconocer en el mismo vídeo tanto la existencia de los informes como de las incidencias sanitarias detectadas.

Tomás Villar entra en contradicción al afirmar que «los trabajadores, que son profesionales auténticos, que viven el día a día del residente y ven cómo es el trabajo que se desarrolla respecto a la alimentación, la hidratación y el cuidado en general, están muy enfadados, muy cabreados, cuando ven en los periódicos y en las emisoras que se saca a relucir un bulo, porque es un bulo. Historias que ponen el trabajo de esos profesionales en entredicho. Por eso asumo la responsabilidad de contrarrestarlo».

Las cosas «bien hechas»

«El Padre Antonio nos enseñó siempre que la paz interior, la paz mental y la certeza de hacer y estar haciendo las cosas bien es lo que te tiene que llevar adelante... y no los dimes y diretes», subraya Villar. Dimes y diretes que han terminado en una denuncia a la Fiscalía, una intervención por orden de Sanidad por un brote de Covid-19 y otro de sarna, la obligación de contratar a una nutricionista y el mantenimiento de un control diario del centro por parte del Gobierno de Canarias.

El director de Santa Rita justifica su negativa a atender a los medios que han pedido su versión: «Yo, responsablemente, no puedo estar saltando de emisora en emisora, de periódico en periódico, intentando contrarrestar algo que ya no existe, que no ha existido, y me lo corroboran mis profesionales que están siempre ahí en el atendimiento personal. Por eso hemos decidido en el centro responder a través de nuestro programa, que sabemos que llega mucho. Una forma de expresarnos sosegada y tranquila. Nuestra red social es la mejor información».

Sobre el gran brote de Covid-19, que motivó la intervención del Hogar Santa Rita por parte de Sanidad, Villar pasa de puntillas: «Como todo el mundo, hemos pasado la crisis de la pandemia, llevamos año y medio con esto. Tuvimos un 2020 prácticamente todo el año con buenos indicadores, indicadores mínimos de contagios y de fallecidos. En todo caso, en diciembre, con el cribado famoso, que ya conoce todo el mundo y del que hemos sufrido las consecuencias. Hubo una serie de incidencias que Salud Pública conocía y se ha trabajado en función de eso. Eso ha pasado, pero ya estamos trabajando en el año 2021».

El propio Villar deja claro que la sarna no es ningún bulo y justifica que se haya producido esa incidencia sanitaria en el Hogar Santa Rita: «Incidencias sanitarias hay aquí, pero también en las casas, en los hospitales, en los centros, en las residencias... Incidencias sanitarias que surgen porque tienen que surgir, porque es algo innato en la vida humana». Y presume de haber implantado criterios de calidad hace cuatro años en un centro inaugurado en 1981, hace ya 40: «Nosotros llevamos casi cuatro años controlando la calidad del centro. Tenemos nuestro propio plan de calidad que nos marca pautas y notas para proceder en cada situación».

Después de hablar de bulos, reconoce que «esa incidencia sanitaria se ha informado a Salud Pública y a todo el que debe saberla», en referencia al brote de sarna. Y añade que lejos de ser una invención mediática «fue controlada y está controlada. Es una incidencia cuasinormal. ¿Qué factores han influido? Pues no se sabe. Solo Dios lo sabe». Este vídeo trata de calmar a los familiares de residentes: «La tranquilidad impera hoy. No hay ninguno de nuestros queridos mayores, como le gustaba decir al padre Antonio, que sufra malnutrición, todo lo contrario; que sufra deshidratación, todo lo contrario... Sí habrá, por supuesto, notas y momentos, pero es que, queridos amigos, de nuestra población residencial casi el 40% es multipatológica. Inciden muchos factores que afectan a la nutrición y a la hidratación, pero no es algo controlable, se puede ayudar, se puede intentar... pero de eso a decir que aquí no se da de comer ni de beber. Eso es una infamia».

«Les invito a visitar el centro, cuando se pueda, por supuesto, para que juzguen y vean las maravillas que tenemos aquí y la profesionalidad de nuestros trabajadores, que son los principales afectados por todo esto, tal y como me han hecho ver. La situación actual es de total tranquilidad y total control, así que no sabemos a qué vienen estas cuestiones», en referencia a los informes sobre el brote de sarna y otras anomalías que se ocultaron a la opinión pública en diciembre de 2020. En un mensaje a «familiares, amigos y los que leen esas noticias», García pide que «no se dejen contaminar con esos bulos y fakes que solo buscan audiencia», en referencia a unos informes reales y oficiales.

Argumentos para defenderse

En cuanto a la denuncia a la Fiscalía y un posible proceso judicial, fuentes del Hogar Santa Rita señalan que «existen evidencias y respaldo documental para, llegado el caso de que se produzca algún requerimiento judicial, defender la gestión realizada». Esta residencia pertenece a una fundación privada con un patronato formado por Roque Silva (presidente), Pedro J. Hernández García (vicepresidente), Tomás Villar (tesorero), Maribel González (secretaria) y cinco vocales, entre los que hay tres trabajadores con responsabilidades de supervisión. | R.S.