Brotes de sarna, desnutrición, deshidratación y escasez y descontrol en las comidas en la mayor residencia de mayores de Tenerife. Estas son las anomalías detectadas por personal del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc) en el Hogar Santa Rita, en Puerto de la Cruz, después de hacerse cargo de este geriátrico a finales del año pasado para tratar de frenar un brote de Covid-19 que se cerró con más de 200 positivos y una veintena de fallecidos. Radio Club Tenerife ha desvelado esta semana el contenido del informe, elaborado unos días después de que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ordenara el 8 de diciembre de 2020 la intervención de esta residencia con 600 internos por el aumento de casos de Covid-19. La información se trasladó posteriormente a la Consejería de Derechos Sociales del Gobierno canario, la Fiscalía abrió una investigación y la consejera insular de Acción Social, Marián Franquet, advirtió entonces de que el Cabildo actuaría sin escudarse en la falta de competencias.

El personal sanitario del Hunsc detectó en diciembre de 2020 numerosas lesiones cutáneas «con meses de evolución» entre residentes y, tras solicitar un análisis dermatológico, se confirmó la existencia de un brote de sarna o escabiosis, que coincidió con el brote de Covid-19. La sarna es un trastorno de la piel que provoca picazón y es causada por unos ácaros minúsculos (Sarcoptes scabiei). Estos ácaros excavan en la piel y depositan ahí sus huevos, lo que puede generar una reacción alérgica y mucho picor.

Los sanitarios también constataron «anomalías en la alimentación de los usuarios», «escasez en las comidas» y «horarios dispares», así como «numerosas quejas de usuarios», de los que «muchos manifiestan pasar hambre». Ante esta situación, se solicitó una valoración al Servicio de Endocrinología y Nutrición, que recomendó al Hogar Santa Rita la contratación de un dietista para «poder llevar a cabo un plan nutricional para los residentes, ajustado a su edad y condición». Según desveló Radio Club Tenerife, «en algunos casos pasaban hasta trece horas desde la cena (a las siete de la tarde) hasta el desayuno (a las seis de la mañana del día siguiente)». En el caso de grandes dependientes que requieren asistencia para beber agua «también se hallaron signos de deshidratación».

El primer informe del Hunsc llegó a la Viceconsejería regional de Derechos Sociales el 28 de diciembre de 2020. El 18 de enero de 2021, el Jefe de Sección de Inspección y Registro de Centros de esa consejería envió al Hogar Santa Rita un requerimiento, con apercibimiento de posibles sanciones, en el que solicitaba la adopción urgente de tres medidas: la elaboración de un informe sobre las medidas adoptadas por la dirección del centro para resolver la ausencia de un especialista en nutrición; otro informe detallado sobre el brote de sarna en el que debía incluirse la fecha de detección, el número de personas afectadas y las medidas adoptadas por el centro para su control, con mención expresa a si se actuó «en coordinación con el Servicio Canario de Salud (SCS)», y, por último, la modificación del horario de comidas del centro para que «se reduzca el tiempo de ayuno entre la cena y el desayuno».

En ese requerimiento también se instaba al Hogar Santa Rita a entregar copia del contrato de la empresa o el profesional titulado en dietética y nutrición encargado de supervisar «el plan de alimentación del centro y de realizar, en coordinación con el equipo médico, el seguimiento de la situación nutricional de los residentes, estableciéndose dietas individualizadas para los que lo requieran».

Siete meses después de la emisión del informe y seis meses después del apercibimiento de la Consejería de Derechos Sociales, el Cabildo se remite por ahora a lo declarado en el mes de enero; la Consejería de Sanidad considera que su cometido terminó con la intervención por el brote de Covid-19, la emisión de los informes y su envío a Fiscalía; Derecho Social anuncia que ha abierto una nueva investigación, y el director gerente del Hogar Santa Rita, Tomás Villar, prefiere no hacer declaraciones sobre este asunto y guarda silencio.

La consejera de Acción Social del Cabildo de Tenerife, Marián Franquet, declaró el pasado 12 de enero de 2021 en la Ser que el Cabildo «no se va a escudar en la no competencia para no actuar» y recordó que en el Hogar Santa Rita hay muchos intereses públicos en juego: «Me extraña mucho que una Fundación que recibe tantísimo dinero público (hasta 6 millones de euros anuales por parte del consistorio insular en base a la concertación de plazas) no tenga representantes de las administraciones públicas en el patronato». Además de reiterar que «no mirarían para otro lado», Franquet garantizó que «el IASS se sentará con la Fundación para que explique, con los informes que tenemos y los que nos facilita el Servicio Canario de Salud, qué ha pasado y cómo se ha gestionado».

El Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) tiene concertadas numerosas plazas en el Hogar Santa Rita y es el principal financiador de este gran geriátrico fundado por el sacerdote Antonio María Hernández en el año 1981, junto a la parroquia de Punta Brava. Vendiendo «trocitos de cielo» el conocido como Padre Antonio recaudó más de 12 millones de euros con los que levantó el gran complejo del Hogar Santa Rita II, donde llegaron a residir más de mil mayores después del incendio del Hogar Santa Rita I, en octubre del año 2008, que obligó a evacuar a 310 ancianos y significó el cierre definitivo de aquella primera residencia. En marzo de 2011 fallece el padre Antonio y el Hogar Santa Rita queda en manos del Patronato de la Fundación Canaria Hogar Santa Rita.