«Estoy contenta, muy contenta. Diría inmensamente feliz». Lo asegura Magdalena Gil, una madre coraje que después de ocho meses en «lista de espera» ve luz al final de su particular túnel, el que sin querer representa su hija Nazaret. Justo cumple hoy una semana en su casa tras salir por cumplir la edad del Hermano Pedro, El día en que el IASS le ha concedido la ansiada «plaza fija residencial». En el Centro Psicopedagógico de San Juan de Dios.

Magdalena inicia la jornada con nervios. Los previos a los preparativos de la concentración que ha organizado, tras solicitar los permisos en la Subdelegación del Gobierno, en la puerta de la sede del Instituto del Cabildo, en el antiguo Hospital Militar, muy cerca de la plaza Weyler. Ahí ha convocado a familiares y amigos para reivindicar la urgencia de que Nazaret acceda a ese recurso público Lo que eran calvarios de fin de semana se han convertido en diarios, Los trastornos psíquicos de la chica –22 años de pura fuerza– la llevan a las conductas violentas. Entonces rompe todo lo que encuentra a su paso y agrede. Como valoraba Magdalena: «Así no se puede vivir, de ninguna manera».

Bien temprano, a las ocho de la mañana, la historia da un giro. Magdalena recibe la llamada de Moisés Pulido, subdirector de Valoración y Acceso del IASS dentro de la Unidad Orgánica de Atención a la Dependencia. La convoca con urgencia al Hospital Febles Campos y le adelanta que hay un posible plaza para Nazaret en San Juan de Dios.

La reunión.

La reunión se produce con Pulido y una trabajadora social –en el IASS conocen un expediente sobre el que ella ha reclamado en varias ocasiones–. Luego le presentan a la subdirectora de Discapacidad. El acuerdo queda sellado. Por fin Nazaret tiene esa plaza fija residencial. Necesaria y urgente. Magdalena sale del Febles Campos «feliz» y casi sin creérselo. Explica que «bajé como en una nube a la concentración y la desconvoqué dando las gracias a los que estaban allí. A ellos, a los trabajadores del IASS que se manifiestan habitualmente en ese lugar y a todos los que me han ayudado». Como madre desesperada sólo se ha dirigido a los medios de comunicación cuando ya estaba a punto de rendirse. Su caso se ha conocido públicamente tanto a través de la prensa como de la radio o la televisión. Y con intervenciones desde lo público como la de la Diputación de Común. No parecía justo que dada su situación en la que incluso había riesgo físico para ella y sus otros dos hijos, menores de edad, no se tomara cartas en el asunto con rapidez. Hay peligro tanto para la enferma, con tendencia a autolesionarse, como para la unidad familiar.

Al final del proceso.

Todo eso so parece ahora historia pasada. Resta ahora el traslado de algunos usuarios actuales para que Nazaret ocupe una de las plazas. La previsión es que a mitad de mes ya esté en el que va a ser su nuevo hogar. Ayer mismo posaba junto a sus padres, contenta ella también, en la puerta de San Juan de Dios. Allí estará arropada y atendida como corresponde a sus patologías. Esa plaza que Magdalena busca desde hace años con la fuerza de un amor inmenso, el de una madre que sabe que su hija «no puede vivir en nuestra casa».

Un centro de alto nivel.

El Centro Psicopedagógico de San Juan de Dios empieza a funcionar el 1 de octubre de 2009. Tiene una superficie total de 3.413 metros cuadrados construidos. Se levantó en su momento en terrenos adyacentes al Hospital con subvenciones del Cabildo de Tenerife, Gobierno de Canarias y Ministerio de Asuntos Sociales. Desde enero del 2018, cuenta con una unidad especializada para personas con Trastorno de Espectro Autismo (TEA), donde se atiende a 12 usuarios. Un proyecto que cuenta con la colaboración imprescindible del Cabildo a través de la Unidad de Atención a la Dependencia del Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS). En la unidad residencial se habilitan 55 plazas para pacientes con problemas más severos con alto requerimiento de los recursos asistenciales de los cuales doce son para usuarios con trastorno de espectro autismo y ocho para aquellos de vivienda con apoyo. Una declaración de intenciones: «La misión del Centro Psicopedagógico de Tenerife es aliviar el mundo del dolor y el sufrimiento mediante la prestación de una asistencia integral a la persona, desde el respeto a su dignidad». La intención es que «sea ejemplo para la sociedad por el trato humano, personalizado, eficaz, actualizado y comprometido con el modo de hacer descrito en la Carta de Identidad, fruto del trabajo compartido entre los Hermanos y Colaboradores».

«Hay más Nazarets y Magdalenas»

Magdalena insiste en que «nunca debió llegarse a esto. Creo que se han cometido negligencias en este caso, se han pasado la pelota de unas administraciones a otras y no me han escuchado durante un año». Tiene muy claro que «pese a estar contenta, hay muchas más Magdalenas y Nazaret en Canarias. Y no se resuelve el problema hasta que no se levante un edificio». Se refiere a un Centro de Atención Inmediata al Discapacitado (CAID) «como existe para los menores». Apunta que ese lugar «se hace imprescindible en la atención a las personas con discapacidad como un punto intermedio antes de la derivación definitiva».