CC propone una campaña anual permanente contra los incendios en Tenerife

La consejera de CC-PNC, Blanca Pérez, explica: «El Cabildo tiene que adaptarse a las nuevas circunstancias y es necesario que el operativo se desarrolle durante todo el año, de tal forma que se dé respuesta a la nueva situación ambiental que tiene Tenerife». Añade Pérez que «esto permitiría ampliar los trabajos que vienen realizándose en los últimos años, como labores selvícolas para la reducción del combustible forestal, podas, aclarados, limpieza de pistas, mantenimiento de los cortafuegos y quemas prescritas».

Además, desde CC se solicita al Gobierno de España la incorporación de un batallón completo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Canarias, porque «con esa unidad en el Archipiélago aumentarían las capacidades y los medios para combatir los incendios forestales, entre otras emergencias. En la actualidad, la UME dispone en Canarias de Unidades de Intervención en Emergencias Naturales (UIEN) que dependen del II Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM II) de Morón de la Frontera (Sevilla), pero, explican desde la formación política, «si tuviéramos un batallón completo, dispondríamos de más medios humanos y materiales, como sería la incorporación de un helicóptero más para combatir el fuego”. Eso supondría un segundo recurso aéreo de estas características para incorporar con extrema rapidez a los trabajos de extinción del fuego.

Blanca Pérez también demanda al Gobierno de Canarias que en la actualización del Infoca (Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Incendios Forestales de la Comunidad Autónoma de Canarias) «se estudie la evolución de la temporada de incendios y se adecúe a las circunstancias reales de riego derivadas del cambio climático». Pérez concreta: «Es decir, hay que estudiar los cambios en la definición de época de Peligro Alto de incendio y Peligro Medio para poder actuar en consecuencia».

Razonamientos

CC recuerda que «la mitad del territorio de Tenerife tiene algún tipo de protección ambiental». También que «la transformación del modelo económico productivo y las nuevas condiciones ambientales han originado el abandono paulatino de la agricultura de secano tradicional de medianía». Esa transformación, junto con el abandono de los aprovechamientos forestales, «hace que los montes y su entorno tengan una alta carga de combustible durante todo el año». Desde CC añaden el factor del cambio climático, «con largas temporadas de sequía y el aumento de las olas de calor» que originan «incendios cada vez más frecuentes y de mayor intensidad fuera de la temporada de verano como el reciente en Arico».

CC relaciona las consecuencias ambientales, que ponen en peligro una biodiversidad «única en el mundo», así como «la dimensión social» en la protección de la población o el freno a los recursos forestales y geológicos. Un paisaje agrario de medianías «convertido en motor económico de diversas actividades, desde la simple visita a la industria gastronómica hasta la lúdico deportiva, tanto de visitantes como de población local».

En ese sentido, añaden, «la crisis generada por la pandemia ha supuesto una mayor presión en los espacios naturales». De ahí el plantearse «cambiar los modelos de protección contra el fuego y no solo al aumentar efectivos y medios tecnológicos, sino también con medidas preventivas que minimicen el riesgo en el monte y en la interfaz forestal. Un monte más resiliente al fuego, pero también una población más resiliente y con mayor conciencia ambiental».