La llamada de socorro de una madre, Magdalena Gil, para encontrar un lugar adecuado y «permanente» donde su hija, Nazaret, pueda ser atendida de forma adecuada ha encontrado eco en el Diputado del Común, Rafael Yanes. Este se ha reunido de urgencia con ella. Además de abrir expediente para el seguimiento del caso, le ha comunicado su intención de mediar. En este sentido, ya se ha puesto en contacto con el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo y, en concreto, con su presidenta y, a la vez, consejera insular de Acción Social, Marián Franquet, para interesarse por la situación de la afectada que, asegura su madre, «ha quedado en lista de espera cuando es algo urgente y a la desesperada».

Yanes reconoce que «la situación es muy complicada e insostenible para esta madre». Recuerda que «me ha contado que los fines de semana, cuando Nazaret vuelve a casa después de estar de lunes a viernes en un centro especial, pierde el control y llega a agredir a los miembros de la familia. Por eso, solicita una plaza residencial fija». Añade: «Y con carácter urgente, porque el día 23 (mañana, miércoles) Nazaret debe dejar por su edad el centro donde es atendida durante la semana».

Yanes señala: «Me he puesto en contacto con la consejera de Acción Social, Marián Franquet. Me dice que ha solicitado la información para conocer en qué puesto de la lista de espera se encuentra el expediente de Nazaret». Reflexiona para concluir: «La administración pública debe tener posibilidades para poder actuar, pero lo cierto es que la convivencia de esta chica, que, además, tiene una gran fortaleza física, con su madre y sus hermanos es un peligro. Incluso para ella misma».

Decidida

Magdalena ha mostrado entereza durante todo este tiempo. También en esta nueva cita. Ha contado su historia al Diputado del Común y la ha repetido al funcionario para la apertura del expediente. Pero, también se ha mostrado «harta de tanta burocracia y tanto papeleo». Por eso ha advertido con toda claridad: «Si no me hacen caso ni me dan una solución en estos días, estoy dispuesta a acampar en la puerta de la sede del IASS. Y mi familia también me va a acompañar, porque están tan decididos como yo».

Magdalena tiene muy claro que «no me voy a conformar con promesas y más papeles que rellenar. Lo único que pido, y me parece de justicia, es que mi hija tenga una plaza residencial fija, porque en casa no puede estar». Muestra de nuevo decenas de papeles que siempre lleva consigo. Desde informes de todo tipo, incluidos los psiquiátricos, a atestados de la Policía Local de Santa Cruz –vive en un barrio de la capital tinerfeña–. Siempre la protagonista es Nazaret. Incluso enseña hasta una sentencia como víctima de violencia en el ámbito familiar. Nada le ha valido todavía para encontrar un lugar fijo en el que pueda estar y ser atendida.

Pero, pese a todo, Magdalena es una madre que ama a su hija por encima de todo. Lo verbaliza: «Ella no quiere hacerlo, pero pierde el control». Recuerda que, «incluso, ha llegado a afirmar que le gustaría darse cuenta para poder pararlo porque yo sufro». Lo cierto es que desde noviembre del año pasado esta madre tinerfeña ha solicitado una plaza fija en algún centro del IASS. De momento está en lista de espera.