El Cabildo de Tenerife ha presentado una campaña de Prevención y Extinción de incendios que abarca más allá del período considerado tradicionalmente como campaña de verano. La sequía y el cambio climático son los dos factores que aconsejan alargarla. En este caso a ocho meses, hasta casi diciembre, con la idea de llevar el dispositivo especial en el futuro a los 365 días del año. Este 2021 serán 293 personas las que formen parte del operativo, cuyo coste asciende a un total de 3.590.179 euros. La Isla se divide en ocho bases o puntos de trabajo fundamentales para anticipar y actuar, en caso de emergencia. Lo anuncia el presidente insular, Pedro Martín, junto a la consejera de Medio Natural y Seguridad, Isabel García, y el jefe de servicio de la Unidad de Forestales, Pedro Martínez.

Martín recuerda «la preocupación» por lo relacionado con la seguridad y prevención de incendios desde el inicio del mandato. Lo argumenta con el incremento en un año y medio de la dotación de medios tanto de bomberos como a las brigadas forestales.

La campaña tinerfeña trasciende a los meses de mayor incidencia marcados por el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Incendios Forestales de la Comunidad Autónoma de Canarias (Infoca), que van desde junio a septiembre. Se amplían a ocho, como ya ocurrió el año pasado, dos por delante y dos por detrás, de abril a diciembre. En este tiempo se realizan labores de mantenimiento y preparación de las masas forestales.

Ha valorado Martín decisiones como «ampliar los horarios del Cecopin a las 24 horas los 365 días, lo cual no ocurría hasta hace un año y medio». Argumenta, además, que los períodos establecidos como de riesgo bajo, medio y alto se alteran con el cambio climático. Incide en que la prevención es la clave, para apuntar que «no muchas Islas ni regiones españolas pueden presumir de disponer de una estructura contra incendios forestales como la de Tenerife».

Recursos.

Durante este verano se activan 293 trabajadores en la campaña, de los cuales 162 son personal propio del Cabildo y 133 llegan como refuerzo. El jefe de la Unidad Operativa Contra Incendios Forestales, José María Sánchez, ha detallado la composición de las brigadas. Son 64 especialistas de guardia en el turno de día y 30 en el nocturno. Ha incidido en que también se dispone de siete cañones de alta presión que se conectan a la tubería de la dorsal de cumbre de la Isla y dos depósitos portátiles de 20.000 litros. Destaca la construcción de uno nuevo en Chivisaya, en los altos del municipio de Candelaria, para la carga de los helicópteros. De vuelta a los recursos humanos, enumera que disponen de 8 mandos técnicos, así como de 12 agentes de medio ambiente, 13 brigadas de 8 componentes, 2 tipo dos con 8 efectivos, 21 en las autobombas ligeras, 3 en nodriza y 14 en vehículos autobomba forestal. A ese personal se unen como refuerzo operativo 133 efectivos, de los que 3 son técnicos, 3 coordinadores de campo, 84 forman parte de 21 equipos de brigadas tipo dos y se suman 16 miembros de conjuntos disuasorios distribuidos por el Sur. Además de los recursos humanos, la campaña cuenta como medios propios con dos helicópteros Ecuriel AS350 B3, con base en el Aeropuerto Tenerife Sur, tres autobombas nodriza con capacidad para 9.000 litros, 19 forestales de 3.500 a 5.000 litros, 29 ligeras pick-up de 500 litros y un vehículo de Puesto de Mando Avanzado. El Cabildo cuenta de forma habitual con cuatro puntos base de actuación en las tres zonas en que se divide la Isla: La Tahonilla, Aguamansa, Buen Paso y Vilaflor. Durante la duración del dispositivo se añaden otros cuatro en Erjos, Arico, Los Topos (Guía de Isora) y Gaitero (norte, kilómetro 22, dirección al Parque Teide).

Rastrojos.

Pedro Martín señala a la hora de hacer balance que el pasado año «la mayor parte de los incendios forestales que se produjeron en la Isla fueron resultado de la quema de rastrojos y de la falta de cuidados en los mismos». En cifras, se llegó nada menos que a más de 450 casos. De ahí la inversión de 3,6 millones en la campaña que se desglosan así: Cecopin, 345.611; refuerzo operativo Brifor, 1.761.478; tratamientos preventivos, 611.122; flete de helicópteros, 871.968, y nuevo depósito de Chivisaya para carga de helicópteros, 210.000 euros.

«Nuevos riesgos».

La consejera de Gestión del Medio Natural, Isabel García, valora: «El cambio climático hace que los periodos de campañas contra incendios forestales conlleven nuevas magnitudes de riesgo en las zonas rurales agudizadas, además, por el abandono agrícola y los fenómenos extremos de lluvia y sequía». Añade que «estos factores generan una mayor acumulación de material combustible de la vegetación en algunos lugares». Subraya que «por eso, hay que reforzar la respuesta inmediata y los trabajos preventivos con la mejora de las masas forestales que eviten incendios en zonas periurbanas de alta peligrosidad para la población». García insiste en la necesidad de trabajar para preservar las 37.000 hectáreas de pinar y las aproximadamente 147.000 de monte verde que hay en Tenerife.

Manifiesta que estos nuevos retos exigen llevar a cabo replanteamientos para abordar la reconstrucción de la «nueva» naturaleza. Por eso, anuncia un equipo permanente para prevención y la puesta en marcha de un plan de biodiversidad a aprobar en breve.

Arico: un 85% de regeneración

Cuestionada sobre el reciente incendio de Arico, la consejera explica que, a falta de la extinción total –todavía hay 16 operarios en la zona–, el 85% de la superficie vegetal quemada «puede regenerarse o reverdecer en dos años». El presidente aclara: «El perímetro del incendio fue amplio, pero no tanta la superficie de pinar afectada; el incendio se centró en matorral. El del pinar fue un fuego bajo». Lamenta «la retama perdida. Ya está en regresión en la parte sur del Parque Nacional del Teide por el cambio climático y la sequía. Es la especie que más ha sufrido y la que tarda más en recuperarse». Políticos y técnicos fueron cuestionados por un viejo debate: helicópteros o hidroaviones. Los expertos valoran la acción de los primeros como más eficaz al no tener que subir de cero a 2.000 metros y poder operar en barrancos. Entre los helicópteros, el ideal es el Kamov, por su capacidad. Son 5.000 litros frente a los 1.000 de los del Cabildo. Otra cuestión: torres de vigilancia. De ocho se ha pasado a dos porque, según Pedro Martínez, el tiempo y las nuevas tecnologías han hecho perder casi todo su sentido original de vigilancia. Conserva el segundoplanificado en su día: punto de comunicaciones.