«Nuestra posición, la del PSOE y la del gobierno en el Cabildo, respecto a la regasificadora en Granadilla es muy clara: a favor y ya, como transición que debe culminar con la implantación de las energías renovables y el hidrógeno». Lo asegura Javier Rodríguez Medina, consejero insular de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático.

Rodríguez argumenta: «No es asumible un sistema energético tan vulnerable en una Isla con entidad demográfica, turística e industrial como es Tenerife. Hemos sufrido dos ceros energéticos en 2019 y 2020 y en un solo año, entre 2009 y 2010, fueron tres». Insiste: «Si el camino es tener una Isla sostenible, no podemos tener una de las centrales más contaminantes de Europa como es la de Granadilla». Recuerda el consejero que «el ciclo combinado de esta central trabaja hace décadas con el gasoil. Apostamos por su sustitución como energía de acompañamiento por el gas natural, que contamina, pero muchísimo menos, como transición en el camino hacia la descarbonización». Considera que «estamos de acuerdo con el Gobierno de Canarias en cuanto al objetivo final: energías renovables, descarbonización e introducción del hidrógeno. Ellos proponen un cambio inmediato al hidrógeno y pensamos que no es posible sin esa transición, que debe pasar por el gas natural».

Rodríguez Medina muestra su «satisfacción» por la incorporación de Arona al Pacto de las Alcaldías por el Clima y la Energía. Es el último de los 31 municipios de la Isla en hacerlo (al inicio del mandato eran solo 17). Un proyecto europeo para desarrollar acciones encaminadas a la adaptación al cambio climático, la reducción de la pobreza energética y mitigar emisiones a la atmósfera, cuyo siguiente paso en la hoja de ruta es que cada municipio elabore su Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (PACES). Hay dos vías de interés en una iniciativa de futuro, según Rodríguez: «Ambiental, en una Isla que quiere generar economía circular, y la posición favorable ante los fondos europeos Next Generation».