El casco urbano de Buenavista del Norte acogió en la mañana de este sábado una original propuesta de teatro callejero para promocionar el comercio local. La ruta teatralizada Vamos de compras, protagonizada por tres actores de la compañía Jaster & Luis Creaciones, llenó todas sus plazas y ofreció un recorrido, en general a toda pastilla, por los principales negocios del centro urbano de este municipio. El teatro callejero se puso al servicio del comercio local con una peculiar, alegre, alocada y fugaz «visita extraterrestre».

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El punto de partida de la ruta fue en el exterior de la Casa de la Cultura, en la calle del Puerto. La Policía Local, voluntarios de Ayuda en Emergencias Anaga (AEA) y el equipo de la organización del acto velaron en todo momento por garantizar la seguridad de los asistentes y el respeto a las medidas de prevención de contagios por Covid-19. Todos los asistentes acudieron con mascarillas, se identificaron, higienizaron sus manos y trataron de seguir la ruta sin aglomeraciones, con la atención continua del equipo de seguridad. El reto más difícil fue ordenar los cruces con los viandantes, que en alguna ocasión no aceptaron de muy buena gana las indicaciones que se daban para garantizar el respeto a la distancia de seguridad.

Teatro callejero para animar las compras

Pompas de jabón y música

Desde la salida, el vehículo de los protagonistas llamó poderosamente la atención. De nombre Pi, esta nave propulsada con pompas «sostenibles» de jabón y música fue el elemento que hacía girar las cabezas a su paso. Manejado por el señor Vista, marcó el ritmo de la visita y se detuvo en cada una de las paradas que marcó el mapa comercial del casco buenavistero. A su lado, la señora Buena, una auténtica adicta a las compras, y el joven Teno, siempre sobre patines, completaban el elenco de «visitantes extraterrestres». Su objetivo, realizar todas las compras posibles y regresar a Buenavista sin Norte, el planeta al que se marcharon de vuelta apenas una hora después de visitar casi una veintena de negocios.

Fue un recorrido rápido, en el que los espectadores tuvieron que esforzarse por seguir el ritmo de Teno, Vista y Buena, que lo mismo paraban en una tienda de moda para anunciar descuentos del 10% que visitaban una floristería o se metían dentro de un escaparate para mostrar algún producto en venta. En cada negocio cargaban nuevas bolsas, que fueron llenando su peculiar nave, repleta de mangueras, tubos, relojes, mandos, engranajes y un extraño propulsor dorado con los signos del zodiaco.

En su carrera por llevarse a su planeta los objetos y prendas más variopintas, se sorprendieron al descubrir productos vintage como una freidora, un taladro o una lámpara especial para autorretratos o vídeos de Tik Tok. En cada negocio, mostraban a los espectadores algún producto disponible y los descuentos especiales, que oscilaban entre el 10 y el 60%.

El público asistente incluyó a espectadores de todas las edades, desde niñas pequeñas hasta señoras jubiladas; parejas; familias, y espectadores que acudieron en solitario para disfrutar de esta novedosa fórmula promocional. No hubo tiempo para aburrirse, la comitiva apenas paraba, salvo cuando coincidían varias empresas en unos pocos metros. La nave se deslizaba silenciosa mientras Teno, en patines, se encargaba de la avanzadilla y de informar, en ocasiones a gritos, de los nuevos hallazgos: «¡Una librería! esto es justo lo que estaba buscando y, además, tienen descuentos en los libros infantiles» .

La señora Buena, con su inclasificable gorro verde, hizo honor a su nombre al encargarse de brindar una especial atención a los más pequeños. También contó a los asistentes algunas de las mejores oportunidades de la ruta, como el descuento del 50% en toda la ropa de invierno de una tienda deportiva, o el 60% de rebaja en colchones y tapiflex en los almacenes del «señor Manolo». Fue precisamente en esta tienda de colchones y electrodomésticos donde el señor Vista aprovechó la exposición exterior de camas para echarse una breve siesta, de la que fue expulsado sin contemplaciones al toque de campana. El paseo continuó por más tiendas de moda, de mascotas, librerías, floristerías, mercerías, calzado o el llamado Chef del Móvil. La parada final fue el pequeño centro comercial La Alhóndiga.

La concejala de Desarrollo Local, Vanesa Martín Évora (SSP), asistió a la ruta y al finalizar recordó que su objetivo ha sido «ayudar a dinamizar y a dar a conocer nuestro comercio entre los asistentes». La promoción se ha centrado en el exterior, puesto que el interés de la actividad era atraer a personas «de fuera del municipio» que podrían convertirse en futuro clientes. «Hemos tratado de buscar alternativas a la Noche en Blanco y Exposaldo, previstos para julio y octubre, ya que creemos que es posible que no se puedan organizar debido a la situación sanitaria. Con esta experiencia piloto, lo que hemos tratado es de afinar la experiencia, que esperamos repetir al menos dos veces más en lo que queda de año. Ha sido una prueba y nuestra intención es seguir mejorándola en el futuro. Nos ha servido para ver cuestiones que se pueden ajustar», reconoció la concejala. En el municipio de Buenavista del Norte, que cuenta con una población de 4.786 habitantes, hay censadas alrededor de 200 empresas, donde el sector de bares, cafeterías y restauración es el más importante «tanto en el casco como en las medianías».

Buenavista sin Norte que se acercaron en su nave Pi a realizar sus compras, a toda velocidad, por algunos de los principales comercios del casco urbano. Les acompañaron una veintena de espectadores