El Cabildo de Tenerife apuesta por el cultivo de olivares en la Isla para obtener, entre otras cosas, aceite de oliva. De esta manera, prepara la firma de un convenio de colaboración, a través del Área de Agricultura, Ganadería y Pesca, que dirige el consejero Javier Parrilla, con el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) que permitirá la realización conjunta de ensayos de evaluación del material del olivo. El acuerdo, que ya tiene el visto bueno del Consejo de Gobierno de la corporación insular, tendrá una vigencia de cuatro años, con posibilidad de ampliar este plazo en el futuro.

Este convenio es fundamental para poder terminar los ensayos con olivos que ya están en marcha en la Isla y que desarrolla el Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural. Se trata de un cultivo de reciente introducción en Tenerife, pero que ha tenido una buena acogida por parte de los agricultores y que se ha extendido en poco tiempo prácticamente a todos los municipios de Tenerife.

El consejero Javier Parrilla destaca que «en la línea de nuestras políticas de desarrollo del sector agrario, la sostenibilidad es uno de los pilares y por ello el cultivo del olivo como alternativa para reactivar zonas de medianía de la Isla es una apuesta clara, especialmente en la comarca del sureste». «Se trata de un cultivo sostenible bajo parámetros hídricos y los resultados obtenidos hasta ahora de calidad de la aceituna nos hace seguir trabajando para que se convierta en una apuesta segura para los agricultores y agricultoras», remarca.

A través de este convenio, que no lleva aparejada ninguna obligación financiera específica por ambas partes, el Ifapa proporcionará el material necesario que se va a utilizar para el establecimiento del ensayo de evaluación y concede la autorización para cultivarlo, aspecto que se realizará en dos parcelas a diferente altitud sobre el nivel del mar en la vertiente sureste de la isla, en fincas experimentales del Cabildo de Tenerife. Los árboles que se plantarán se dejarán crecer libremente durante los dos o tres primeros años, limitando las intervenciones para procurar una copa a una altura aproximada de un metro. Cuando la copa haya alcanzado un volumen suficiente, se elegirán las dos o tres ramas principales que formarán la copa definitiva.