El Rosario es un municipio con una gran sensibilidad hacia los animales. Lo demuestran detalles como la señal –única en esta localidad– de precaución, posibilidad de patos cruzando la vía en el comienzo de la calle La Fuente, en La Esperanza, por la presencia próxima de patos en el estanque situado en la esquina de la plaza, bajo el lagar, y sus ocasionales paseos por los alrededores. Escenas como la ocurrida esta semana –que aparecen en las fotografías– se repiten. Y es que 12 patitos han nacido días atrás. Hasta que cumplan unos meses están en dependencias municipales con una lámpara de calor, comida y bebida para que cojan fuerza y los otros patos nos los atosiguen o los piquen.