El Cabildo recibirá este mes la aprobación definitiva del proyecto del Circuito Insular del Motor por parte de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y de la Federación Internacional del Motor (FIM). El mismo está en proceso de adaptación para ser homologado a fin de que se puedan realizar entrenamientos de Fórmula Uno y de MotoGP. La disputa de grandes premios en ambas categorías requiere de las contrataciones correspondientes.

El proyecto para obtener la calificación del Circuito a construir en Atogo fue presentado en diciembre del año pasado ante la FIA y la FIM, habiendo comenzado el proceso de su homologación en octubre de 2020. En febrero del ejercicio en curso, ambas federaciones designaron a sus consultores, Beppe Muscioni y Franco Uncini, que emitieron el informe preliminar recibido por el Cabildo hace un mes. El mismo establece la necesidad de realizar algunas modificaciones en el diseño para su adaptación a la normativa que entrará en vigor en 2023. Las mismas afectan a la entrada y salida de boxes, así como a algunas curvas y las zonas de escapatorias (espacios de seguridad para los pilotos entre la pista y la barrera de protección). La Corporación insular entregó en abril el anexo con esas modificaciones. «Ahora estamos a la espera de que las federaciones emitan el informe definitivo», señala el vicepresidente y consejero insular de Carreteras, Enrique Arriaga.

La empresa pública Gestión Urbanística de Santa Cruz de Tenerife (Gestur) tiene casi concluido el proyecto del Circuito Insular del Motor (formalmente denominado Parque Internacional del Motor de Tenerife), a expensas de los ajustes finales. Una vez concluido, el Cabildo de Tenerife procederá a licitar la obra «a partir de septiembre», apunta Arriaga Álvarez.

Tipos de homologación.

Para el caso de las pruebas automovilísticas, el futuro Circuito de Atogo será homologado en Grado 2 (incluye todo tipo de pruebas, menos las carreras de Fórmula Uno) más 1T (autoriza los entrenamientos de esa categoría); en el caso del motociclismo, en Grado B (no incluye la disputa de pruebas MotoGP) más AT (autoriza los entrenamientos de esa categoría). «Para pasar el Circuito al máximo nivel y celebrar las carreras, lo único que haría falta sería tener los contratos», apunta el consejero.

Primera fase.

La construcción del Circuito del Motor comenzará con una inversión de la Corporación insular, cuya cuantificación está pendiente de que concluya la redacción del proyecto definitivo con el visto bueno de las federaciones internacionales de Automovilismo y Motociclismo. La explotación inicial estará a cargo de Gestión Insular para el Deporte, la Cultura y el Ocio (Ideco, S.A.), una sociedad del Cabildo de Tenerife. Las obras consistirán en construir la pista, las instalaciones generales del complejo, garajes y una parte de las gradas.

Acceso Norte.

El Cabildo comenzó en octubre la construcción de la entrada rodada al Circuito del Motor, obra cuya primera fase está a punto de culminar. Arriaga anuncia la próxima licitación de la segunda fase. Pero hay novedades. «Esta vía aumentará sus dimensiones porque pasa a ser una vía insular, de forma que servirá para distribuir tráfico desde la Autopista del Sur hacia San Miguel de Abona y Granadilla de Abona», explica el vicepresidente. Además, en el límite de la primera fase de esta vía se construirá un mirador desde el que se visualizará el futuro complejo.

Parque Internacional del Motor.

La segunda fase de la construcción del Circuito pasa por la licitación de una encomienda por la que la empresa adjudicataria completaría la obra y asumiría su gestión entre 25 y 30 años. Una de las apuestas del gobierno insular es que el Circuito disponga de un complejo industrial relacionado «pura y exclusivamente» con actividades relativas al motor. Construcción que también realizará y explotará la concesionaria. Se trata de una instalación que permitirá a los equipos oficiales elaborar piezas y otros elementos de los coches y motos de competición así como desarrollar toda la actividad mecánica referida a estos vehículos. Además, es un centro abierto a las empresas presentes en el mercado general de la automoción y a la implantación de talleres de reparación. «La gestión de este polígono industrial es un elemento que contribuye a hacer mucho más atractiva la inversión privada en el Circuito Insular del Motor», expone Enrique Arriaga.

El vicepresidente recuerda que el Cabildo ha invertido «muchísimo dinero» en infraestructuras deportivas, citando los casos del césped artifical en los campos de fútbol, los terreros, atletismo (el estadio de Tíncer) y las piscinas, «pero nunca ha gastado un solo céntimo en el deporte del motor, que tiene muchísimos aficionados en la Isla y es un segmento con una importante actividad económica. Es de justicia que dispongan de esta instalación para realizar pruebas de forma segura y con las condiciones adecuadas». Arriaga también sostiene que el Circuito del Motor «es un atractivo económico de relevancia». Desde su perspectiva, «puede crear mucho empleo y atraer inversiones» que convertirán a este proyecto en «otro punto de generación de riqueza para Tenerife, algo que, con la recuperación de la economía en marcha, es más necesario que nunca».

Consciente de que esta es la enésima ocasión en la que se anuncian las obras del Circuito Insular del Motor, Enrique Arriaga entiende que hay motivos para creer que «no es un anuncio más», citando el caso de la construcción de la primera fase del acceso Norte, de la próxima homologación final del proyecto por parte de la federaciones internacionales.

El Circuito Insular del Motor ocupará 350.000 metros cuadrados, tendrá una longitud de 4.068 metros lineales con una recta principal de 819 metros y 16 curvas –11 a la izquierda y cinco a la derecha–, el ancho oscilará entre 12 y 15 metros y la velocidad varía de los 180,19 a un máximo de 310,59 kilómetros por hora.