Óscar Izquierdo, presidente de Fepeco, califica como «nuevo atropello a nuestra Isla» el rechazo de la Autoridad Portuaria al proyecto de regasificadora de Enagás en Granadilla. Sostiene que «es fundamental en los próximos años, para que Tenerife no se quede descolgada del tráfico marítimo en el Atlántico medio». Consciente de que el gas natural «es una solución de transición» hasta alcanzar «la plena introducción de las energías renovables, con garantía de uso», el titular de la patronal de la construcción valora como «desconcertante y contradictorio» el hecho de que «el mismo Gobierno que pone todos los argumentos del mundo para que no se instale en Tenerife, apoya entusiastamente la instalación de una planta regasificadora en Gran Canaria, para de esta manera, convertir el Puerto de la Luz, en el referente del tráfico marítimo en la zona».
La consecuencia es que «Tenerife se quedaría descolgada, subsidiaria y dependiente del puerto grancanario», manifiesta Óscar Izquierdo, para quien «los parches que se anuncian ahora para intentar lavar la imagen, ante las críticas de la sociedad tinerfeña, sabemos que solo son promesas que no se cumplirán, como siempre ha pasado en Tenerife». Alude así al planteamiento de Puertos de Tenerife de emplazar un barco regasificador en el muelle granadillero y otra planta regasificadora en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, similar a la que aprobó el Puerto de la Luz y de Las Palmas –una planta de almacenamiento de gas natural licuado, regasificación y producción de energía que ocupará una superficie de casi 14.500 metros cuadrados de tierra, 38.226 metros cuadrados de lámina de agua y 2.312 metros cuadrados de canalizaciones subterráneas–, cuyo proyecto estará avanzado a finales de este año, según anunció el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos González.
Una realidad, no pleito insular
La Presidencia de Fepeco percibe un trato discriminatorio: «Estamos en lo de siempre, que la Isla de enfrente cuente con las infraestructuras en todos los ámbitos económicos y Tenerife quede desvertebrada y desarticulada en los equipamientos básicos necesarios para crear actividad económica y empleo». Izquierdo tiene claro que «no se trata de pleito insular, sino de una realidad palpable y empírica, que llevamos sufriendo desde hace décadas, por una falta de liderazgo político en nuestra Isla, que sea capaz de impulsar, defender y emprender actuaciones, generadoras de crecimiento económico o desarrollo social».
Izquierdo mantiene el discurso de que «Tenerife está perdiendo fuelle, se está hundiendo y agotando su potencialidad económica, estando en un claro proceso de deterioro integral». Una situación sobre la que viene advirtiendo durante el último año y sobre la que le llama la atención «el silencio del Cabildo de Tenerife ante las continuas políticas perjudiciales, despectivas y francamente despreciativas hacia nuestra Isla por parte de la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, que quiere, sencillamente, desaparecer del mapa a nuestra Isla del Atlántico medio».
El negocio se iría todo a Las Palmas
Alberto Villalobos asegura que la patronal que presidente, Femete, «tiene la certeza de que perderá competitividad si no se construye una regasificadora en Granadilla de Abona, ya que esa instalación industrial ayudaría decisivamente al desarrollo económico y sostenible de la Isla, al crear empleo cualificado,abaratar los costes de generación eléctrica y contaminar menos”. Recuerda que una normativa obligará a que los buques que transiten y hagan escala en los puertos de la Unión Europea deberán usar gas y no fuel, «con lo cual incrementaría enormemente la demanda de este combustible y generaría una oportunidad de negocio que, de no ser atendida convenientemente en los puertos de Tenerife, se iría todo al de Las Palmas».