Un grupo de 50 estudiantes tinerfeños de doctorado que reciben las clases en la Isla ha elaborado un recurso de reposición –a presentar cuando acabe el período de la aprobación provisional– contra la convocatoria de becas del Cabildo para este curso. Lo hacen al considerar que han sufrido ”un recorte del 70% al pasar de una horquilla variable de hasta 5.000 euros a un máximo fijo de 1.500”. Esta cantidad, argumentan los afectados, convierte en “insostenible nuestra situación al no poder afrontar los gastos mínimos”. Más si se tiene en cuenta que esta es la única ayuda que reciben desde las administraciones públicas.

Tatiana Castañeda Acosta es de La Orotava, tiene 30 años y estudia primer curso en la especialidad de Educación. Mientras, Kelly Leonardo Arzola, de 28, natural de Buenavista del Norte, está en quinto de Artes y Humanidades. Sus situaciones son dispares en cuanto al aspecto del tiempo que llevan aspirando a titular el doctorado –una extensión de la carrera universitaria– pero por eso mismo ellas entienden que “explican muy bien a la opinión pública cómo nos afecta esta medida que cambia las reglas del juego”.

Tatiana y Kelly estudian y comparten piso en La Laguna. “Hasta este mes que tendré que dejarlo por el tema de la beca” apunta esta última. Resumen que los tres años anteriores todo fue bien desde su punto de vista, pero ahora, tal y como reflejan las bases publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) en septiembre del año pasado, todo ha cambiado. Entre otras cosas porque, apuntan, “se elimina la cuantía variable en función de la renta familiar para el alumnado de estudios de máster (tiene otras becas regionales o estatales) y doctorado en Tenerife”. Esa variable “se sustituye por una cuantía fija de 1.5000 euros”. Los cambios, alegan las estudiantes, “suponen en la realidad una reducción de hasta el 70% de la beca” y “un agravio comparativo para quienes cursamos estos estudios respecto a los demás”. Insisten en que, tal y como han planteado en el recurso, “no partimos de las mismas condiciones, algo imprescindible en el concepto de la igualdad de un proseo como este en el cual la base a evaluar deben ser los méritos académicos y las condiciones socioeconómicas. En el orden que se establezca pero todos con las mismas condiciones en el momento de empezar el proceso”.

“Sin claridad ni argumentos”

Consideran Tatiana y Kelly, transmisora del sentir de sus compañeros, que ha habido “falta de claridad en el cambio de criterio” y, además, “no se argumenta el motivo por el cual se decide eliminar la atención a la situación económica del alumnado”.

La resolución provisional del pasado día 16 contabiliza un total de 86 solicitudes a estudios de doctorado. De las 65 concedidas, 40 corresponden a los que se van a realizar en Tenerife con esa cuota fija de ayuda de 1.500 euros, más otros 500 por familia numerosa, situación de dependencia o discapacidad de un miembro de la unidad familiar. El resto, 15, es para fuera de la Isla.

Entienden las estudiantes que “la situación se agrava porque es recurrente la demora del abono del importe de la beca que ha llegado a producirse a curso cumplido, incluso en el mes de octubre; o sea, ya en el siguiente”. Lo que solicita este grupo en su escrito de recurso es que se tenga en cuenta la posibilidad de incrementar la partida presupuestaria “y que se modifique el criterio relativo al importe de beca que establece esa cantidad fija inicial de 1.500 euros”. Todo ello para “atender a la situación económica familiar de la persona beneficiaria”.

Se niegan a ‘tirar’ de la familia

Tatiana es contundente: “Ni quiero ni puedo tirar de mi familia y con 167 euros al mes -es el único pago de todo el año- no me da“. Además, insisten ambas, “se viene ingresando el dinero en septiembre, o sea, a curso pasado- Por eso esta reducción en la beca no sólo influye al ejercicio presente (que no lo llega a cubrir) sino a la continuidad del próximo”. En este sentido, reflexionan: “Con un presupuesto anual de 1.500 euros no se puede estudiar e investigar a tiempo completo sin tener que recurrir a trabajos temporales“.

Kelly cuenta su caso: “Con el doctorado llevo desde 2016 –son tres años pero puede haber una prórroga de otros dos– y siempre he estado de alquiler. Las becas las utilizo para poder costear el curso completo”. Valora que “los tres anteriores ejercicios he recibido bastante más de 5.000 euros, la ayuda máxima por las condiciones de familia numerosa (tengo dos hermanos universitarios también becados), mi madre divorciada y trabajadora, el último año en un Erte...”. Considera que “ya estoy en el curso final y el problema, pese a ser grave, resulta menor aunque esos 1.500 euros son claramente insuficientes”, Más dificultades tienen los de Primero como Tatiana, obligada a trabajar y completar el coste del curso si quiere seguir estudiando. Las bases reflejan que las ayudas sólo se dan con jornada completa y presencial.

Explican que “esta disminución de hasta el 70% de la beca con respecto al año anterior afecta también al alumnado de nuevo ingreso que concurre a la convocatoria movido por las expectativas en cuanto a la cobertura económica única de los estudios de doctorado en la Isla que ofrece el Cabildo”.

Este cambio en la cuantía de la beca, subrayan, “precariza la economía del alumnado de máster y doctorado de Tenerife y pone en riesgo la dedicación y continuidad de su formación investigadora”.

Situación familiar

La clave, según resumen las afectadas , es “tener en cuenta la situación económica familiar para el cálculo de la cuantía variable”. Además, aclaran, “no existe otra beca análoga que cubra los gastos del curso completo y presencial dirigido al alumnado de estudios de doctorado. Los de Grado y Máster pueden acceder a las del Ministerio y el Gobierno de Canarias”. A manera de conclusión señalan Kelly y Tatiana que “la beca llega a curso cumplido, por lo que sólo sirve para cubrir los gastos del nuevo ejercicio académico. Por tanto, la reducción en la cuantía de este año afecta a la posibilidad de continuar los estudios tanto de máster como de doctorado en Tenerife”.

“Una redistribución del dinero para cubrir toda la demanda”

Fuentes del área de Educación del Cabildo explican que “tanto en las becas del curso académico 19-20 como del 20-21, el compromiso es atender a todas aquellas solicitudes que cumplan los requisitos”. Esto supuso el año pasado aumentar de 2.800.000 euros a 3.671.321, lo que, recuerdan, “logró atender a los componentes de la lista de reserva”. Este ejercicio “el compromiso es el mismo: que nadie quede sin ayudas”. Valoran que “para ello ha hecho falta una redistribución del dinero presupuestado entre los posibles beneficiarios con la intención de llegar a un total de cuatro millones de euros”. Argumentan que “la beca del Cabildo se focaliza en los estudios que por la oferta formativa de la ULL no se pueden cursar en Tenerife como sucede en los estudios de grado”. El objetivo es “compensar el gasto que suponen la lejanía y la insularidad”. Sin embargo, plantean, “se ha mantenido una ayuda en los cursos de posgrado y doctorado, aunque estos se puedan realizar en la ULL”. La fórmula ha sido “redistribuir la misma conforme a los posibles costes de los estudios con el fin de que la beca llegue al mayor número de solicitantes posibles”. Señalan que “ se trata de becas para cursar de forma presencial enseñanzas universitarias de grado, posgrado, especialización o investigación”. También contemplan ”ayudas de transporte para sufragar los gastos del traslado a centros docentes fuera de la Isla del alumnado universitario”. Es decir que se dirigen específicamente a quienes cursan de forma presencial estudios de grado, de máster o de posgrado, especialización o investigación. También al proyecto Erasmus para los matriculados en universidades españolas que cursen estudios oficiales de grado y hayan sido seleccionados como partícipes del correspondiente programa europeo. Concluyen que “son becas para, de forma presencial, la enseñanzas de grado, posgrado, especialización o investigación”.