Más de ocho mil profesionales se instalan en el Archipiélago tras la llamada del Gobierno autonómico para paliar el desplome del turismo. Las restricciones de la pandemia han eclipsado la llamada de Tenerife a millones de turistas por su eterna primavera. Pero el parón del principal motor económico de la Isla, que ha provocado una grave crisis económica, también abre ventanas a nuevas oportunidades. Es el caso del teletrabajo, que vive un enorme desarrollo también como consecuencia de la Covid-19. Propietarios de viviendas en alquiler, hoteles y empresas tinerfeñas sondean este mercado ante la gran demanda que ha surgido a raíz de la crisis sanitaria mundial. Empleados nacionales, europeos y de otros países más lejanos buscan eternas primaveras para trabajar a distancia. Tenerife quiere ser una.

Y los teletrabajadores empiezan a llegar atraídos por las grandes ventajas que ofrece la Isla y, sobre todo, por su clima y paisajes. Lo corrobora Doris Borrego, presidenta de la Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav). Las viviendas bajo régimen de alquiler vacacional han visto en este tipo de perfil una solución a la crisis del sector turístico que asola al Archipiélago desde que se declaró la pandemia hace un año. “Más del 50% de los viajeros que alojamos en nuestras viviendas son teletrabajadores y muchos llevan aquí desde hace meses”, detalla Borrego.

El tiempo hostil en los países de origen de estos teletrabajadores es uno de los motivos principales por el cual eligen Tenerife como destino para desarrollar su actividad laboral a distancia. Esto hace que muchos de ellos vayan renovando sus estancias según terminan hasta que no les queda más remedio que volver. Las principales exigencias de estos viajeros, aparte de una buena conexión a internet, son la comodidad y la tranquilidad. Es precisamente uno de los potenciales de la Isla. “En particular, eligen viviendas que disponen de amplias terrazas o exteriores y piscinas climatizadas”, revela la directora de Ascav. Amplía que “asumen no haber disfrutado de vacaciones durante la pandemia, por lo que se deciden a viajar y a gastar más en confort y comodidad de grandes casas, villas o fincas para teletrabajar desde Tenerife”.

Establecimientos hoteleros y empresas isleñas se empiezan a lanzar a la búsqueda de teletrabajadores. Es el caso del Hotel Los Olivos, en Costa Adeje, que se ha adaptado a esta nueva demanda. Los Olivos ofrecen paquetes específicos, adaptados a las necesidades de estos nuevos perfiles, con reservas mayores a un precio reducido. Los clientes vienen, en su mayoría, de países del norte y centro de Europa como Inglaterra, Alemania o Bélgica.

Adaptarse al nuevo mercado

La adaptación de los hoteles a este nuevo mercado es más compleja que en el caso de las viviendas vacacionales. Al ser lugares pensados sobre todo para el ocio, tienen que reconvertir zonas en lugares habilitados para la rutina laboral, como disponer de una buena red wifi. “Hemos adaptado algunas zonas del hotel para hacer salas de coworking [trabajo compartido] y de reuniones dentro de nuestras infraestructuras”, explica Roberto Ucelay, consejero delegado de Hotel Los Olivos. “Hemos generado una oferta comercial distinta, con precios más bajos pero condicionado a largos plazos de estancia: desde 21 días a 4 meses”, precisa.

El objetivo del hotel es darle el mejor servicio posible al teletrabajador, adaptándose a sus necesidades para que amplíen lo máximo su estancia. “Los que compran un par de meses suelen ampliar la estancia en el 90% de las ocasiones porque están mejor aquí que en sus países de origen”, comenta Ucelay. Los responsables del hotel, no obstante, son conscientes de que este negocio no es el que más interesa a largo plazo. Con la esperada llegada del turismo masivo, este resort no concibe mantener este servicio. “Cuando la demanda sea la de siempre, dejaremos de trabajar con este tipo de ofertas”, declara el consejero delegado.

Otro ejemplo de apuesta por este mercado la protagoniza Pueblos Remotos. Es una iniciativa que se desarrolla en Icod de los Vinos con un perfil sostenible. Satisfacen las mismas prioridades que las demás plataformas de hospedaje: internet por fibra, espacios para el trabajo común y reuniones en ambientes relajados. En Pueblos Remotos destaca una particularidad: su clientela. “El 80% de nuestros clientes vienen desde otros territorios nacionales, sean ciudadanos españoles o extranjeros”, puntualiza Carlos Jonay Suárez, codirector de Pueblos Remotos. “Los peninsulares que vienen aquí a trabajar han aumentado mucho debido al covid porque la situación está peor en Madrid o Barcelona”, añade.

Suárez precisa que pese al aumento de teletrabajadores en el país como consecuencia de la pandemia, este es un modelo laboral que existe en España desde principios de siglo. “En 2019, el 5% de los trabajadores españoles eran telemáticos”, indica Carlos Jonay. Añade que “para cuando la situación se estabilice, las cifras serán cercanas al 11% de trabajadores telemáticos fijos, más del doble de los que había antes de la pandemia”.

No se trata de un perfil cerrado. Influyen muchos factores como el clima, el lugar, los servicios del destino o los países de origen, pero todos coinciden en una demanda: una conexión a internet de alta velocidad. Y es que cuando se trata de teletrabajo, una conexión fluida que permita el desempeño profesional de estas personas es un punto innegociable dentro de estas nuevas demandas. “Uno de los principales requisitos que nos ponen es el wifi por fibra”, destaca Doris Borrego, presidenta de los alquiladores vacacionales.

Distintos tipos de perfil

No todos los perfiles de viajeros de larga estancia coinciden en sus características, ya que sus objetivos y su desempeño laboral varía según el caso. Tanto Roberto Ucelay como Carlos Jonay Suárez concuerdan en que se diferencian tres tipos de viajeros que llegan a la Isla con el mismo propósito. Los viajeros de larga temporada no son teletrabajadores al uso, pero también se desplazan a los hoteles y viviendas vacacionales tinerfeñas por salir de sus países, más afectados por la pandemia. “Son profesionales con negocios de restauración en países europeos, que al estar cerrados, vienen varios meses ya que, al no poder trabajar, al menos están en un lugar paradisiaco para ellos hasta que su país reactive su actividad”, expone Ucelay.

Luego está el perfil de teletrabajador estándar, al que su empresa le da la libertad de realizar su trabajo desde cualquier lugar. Cada vez más las personas con estas características que eligen Tenerife. Según Suárez, “vienen por temporadas de 6 meses, otoño e invierno, de forma sostenida y son bastante fijos con sus destinos durante los años”. Acostumbran a pasar los meses más fríos de sus países de origen bajo las temperaturas más cálidas y estables del Archipiélago, volviendo a sus hogares en temporadas más amables en cuanto al clima.

El último gran perfil es el del nómada digital. Más errático que los anteriores, destaca por permanecer poco tiempo en cada uno de sus destinos dada la libertad que les otorga vivir de las redes sociales o las nuevas tecnologías. “Buscan experiencias nuevas y relacionarse entre ellos, durante 1 o 2 semanas y hasta unos 3 meses”, concluye Suárez.