Parte de la energía renovable de la Isla, eólica y fotovoltaica, está concentrada en los parques del Sur –Arico y Granadilla– podría estarse “tirando a la basura”. En un lenguaje técnico, a falta del análisis riguroso y en profundidad, los datos apuntan a que el vertido de excedentes fuera de la red “es significativo” en Tenerife. Lo asegura el ingeniero, catedrático y director del Máster en Energías Renovables de la Universidad de La Laguna (ULL) –exconsejero del Cabildo– Ricardo Guerrero Lemus.

Guerrero pone como ejemplo “la congestión” que existe en la zona de Arico. Ha elevado sus “percepciones” sobre la situación al foro del grupo de expertos de la Agencia Internacional de Energía en el que representa a España. En su última reunión han acordado iniciar estudios sobre los vertidos de excedente solar y eólica, coordinados por el representante de Suiza. Lo impulsan ante la necesidad de minimizar este tipo de vertidos e introducir transparencia y previsibilidad en su gestión por parte de los operadores de las redes de transporte y distribución. Un trabajo que podría ser aplicable a Canarias.

Guerrero anuncia que va a solicitar información sobre este asunto al Gobierno de Canarias y a Red Eléctrica de España (REE).

El avance progresivo e imparable en la penetración de las energías fotovoltaica y eólica está directamente relacionado con el proceso hacia la absoluta descarbonización que plantea la Unión Europea (UE) en el umbral del año 2050. Guerrero apunta que si no se toman medidas de forma anticipada en la red eléctrica “se estaría tirando energía renovable a la basura”, dado que puede no estar preparada para una mayor volatilidad de la oferta, “y eso nos perjudica a todos”. El catedrático valora que no solo es un problema para el medio ambiente y la economía del territorio, sino que se ponen en riesgo las inversiones presentes y futuras en este ámbito.

El proceso

Guerrero explica: “En Canarias la programación de la generación eléctrica se hace por el procedimiento de despachos. Los gestores de parques eólicos y fotovoltaicos deben enviarlos a REE con un día de antelación para indicar sus previsiones”. Luego, con esta información, REE configura el denominado mix de generación, completándola con la térmica de las centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles”.

“Esta generación con fósil –continúa Guerrero– debe mantener unas bandas de regulación que permitan subir y bajar potencia en función de las oscilaciones en generación de los parques eólicos y fotovoltaicos”. En algunos momentos de mucha previsión de generación renovable se exige a grupos que generan con fósil que trabajen en valores de mínimos técnicos”. Quedaría sólo la opción de desconectarlos, pero esto en muchos casos no es posible si se quiere garantizar la seguridad del sistema –grupos que puedan sufrir averías–.

El catedrático relata: “Con los grupos alimentados con fósil trabajando en mínimos técnicos a veces no queda hueco para inyectar toda la renovable que se puede producir”. Por eso, REE envía consignas de producción máxima a los parques para que no sobrepasen determinados límites. Esa diferencia entre lo que los parques pueden producir y lo que producen por las consignas de REE es lo que se denomina “vertidos fuera de la red”. Es decir, energía renovable que no cabe y no se inyecta en el sistema eléctrico.

Soluciones posibles: “Principalmente nuevos grupos que tengan mínimos técnicos más bajos, velocidades de arranque superiores, sistemas de almacenamiento, electrónica de potencia...”,

Reconoce el experto tinerfeño que “también puede ocurrir que valga la pena tirar esa energía a la basura si la pérdida es muy pequeña en relación a las necesidades de mejora de la red y a la posible afección medioambiental” Pero, insiste, “hay que valorarlo con rigor”. Para ello, resume, “es necesario entender en primer lugar cómo se aplican los procedimientos operativos y las consignas. Por eso pedimos información”. El catedrático de la ULL indica que “la idea es elaborar un informe de buenas prácticas y propuestas de mejora”.

Guerrero Lemus explica que el Documento de Planificación de Redes de Transporte 2021-2026 trata de resolver con nuevas líneas y subestaciones esa congestión en Arico que pone como ejemplo. En las alegaciones de la ULL al borrador se incide en dos aspectos. Por un lado, la introducción del autoconsumo –”que ha venido para quedarse como una gran ola”– en la planificación. Por otro, Guerrero entiende que “no tiene sentido que en Canarias se plantee mucha más eólica que fotovoltaica cuando esta es más barata –y más en territorios insulares con un significativo sobrecoste por transportar e instalar aerogeneradores–, más predecible y disponible en períodos diarios, menos sometida a variaciones estacionales, y con un menor impacto visual en territorios tan dependientes del turismo”.

La mayoría está en manos privadas

La energía renovable está en manos privadas en Canarias. La participación pública es distinta en cada Isla, mayor en Gran Canaria que en Tenerife, donde ronda el 70%. La media en el Archipiélago supera el 80%. Eólica y fotovoltaica suponen menos del 20% del total. Los expertos como Guerrero creen que las leyes deben determinar para la transición energética obligatoria una mayor implicación y participación ciudadana para “democratizar la energía”. También en el terreno de las mentalidades. Sobre el coste, en el caso de la solar, y respecto al impacto, visual y estético, de los aerogeneradores en la originada por el viento. Valora Ricardo Guerrero el informe Deloitte Los Territorios No Peninsulares 100% Descarbonizados en 2040 que establece una contribución óptima de renovables en Canarias: 75% fotovoltaica y 25% eólica, con un 30% del global de autoconsumo. Y concluye: “Es importante tratar de adaptar las redes a las tecnologías que más se adapten a las características insulares y a reducir el sobrecoste de la generación eléctrica”.