El sector ganadero de Tenerife está herido de muerte con una cabaña en caída libre los últimos 15 años. Hoy su número es prácticamente la mitad que en 2005. Las explotaciones han bajado también, el 50% en una década, de casi 1.300 a las actuales 668. Sin embargo, ha aguantado vivo esta época de pandemia que parecía su puntilla. Los profesionales focalizan dos problemas principales. Uno, estructural, la competencia desleal de productos de fuera. El otro, coyuntural este año: la acaparación de materias primas de China o los países árabes en los nichos tradicionales de Tenerife –un ejemplo, la soja de Brasil– lo que trae como consecuencia una gran subida del precio del pienso. La nota de esperanza la pone el consejero del Cabildo, Javier Parrilla: “El sector ha resistido y tenemos la oportunidad de ocupar un hueco en el mercado cuando vuelva el turismo y abran los hoteles”.

El censo de 2020, según datos del servicio técnico de Ganadería y Pesca del Cabildo, establece 668 explotaciones ganaderas en la Isla. Con este desglose: 102 avícolas, 202 de ganado caprino, 24 de conejos, 78 de ovino, 66 de porcino y 196 de bovino. Los datos numéricos de la cabaña tampoco invitan al optimismo pese al ligero repunte medio del año 2020 que caerá seguro en el 2021 con el balance del Año I de la pandemia.

El de ganadero ya es de por sí un trabajo duro y sacrificado con un horizonte de rentabilidad largo y costoso. “Una auténtica ciencia en cada tipo de animal, no es algo lineal”, explica el consejero.

Parrilla sostiene que la clave para este año es “defender y desarrollar la producción propia” después de que el coronavirus lo frenara casi todo. Incluido el Plan Insular de Ganadería cuyo primer paso debe ser la encomienda para la redacción que espera tener “para final de año”. Otra línea fundamental pasa por mantener en parte la línea de subvenciones directas del ejercicio anterior. Las entiende “necesarias en una situación aún excepcional”, aunque, valora, “podremos hacer más política”. También hay apuestas novedosas como la compra de novillos de reproducción; es decir, vacas preñadas cuyos terneros nacerán aquí. Sin olvidar la razas autóctonas. Parrilla valora “la aprobación el pasado miércoles en el Parlamento de Canarias de la PNL que regula su protección”. Y junto a la cantidad, la calidad. Como la de quesos semicurados que “no tienen nada que envidiarle al manchego”.

Desde el sector.

Candelaria Rodríguez Suárez preside la Cooperativa La Candelaria que gestiona la quesería de Benijos, de las pocas industriales de la Isla –comercializaron casi cinco millones de litros de leche el año pasado–. Incide en el proceso de acaparamiento de las materias primas en el mercado mundial de cereales que ha originado “la mayor subida de precios del pienso desde la crisis d e2008”. Y denuncia la competencia desleal: “Nuestro ganadero no puede subir los precios ante la competencia del producto foráneo”. Este, añade, “es un mercado abierto a terceros y al excedente de las grandes extensiones europeas o peninsulares pese a ser un territorio fragmentado. Por no hablar de la permisividad con alimentos o medicamentos prohibidos aquí”. Insiste: “Llega carne a muy bajo precio y no podemos competir. Ya han desaparecido prácticamente las explotaciones de conejo. Se acabó la cunicultura”. Recuerda como el cierre de la hostelería “ha perjudicado a la producción de huevos porque tienen un ciclo de 21 días y si no se consumen en ese plazo hay que tirarlo”. Critica que existan “grandes cadenas de supermercados que los comercializan con logos del Teide o el Drago y los traen de fuera”. En la carne, añade, “es aún peor porque ya viene despiezada de la Península y además con ayudas”. Respecto a la leche “proliferan las marcas blancas que dan más beneficio a la cadena, que no tiene patria, y no al productor. No podemos competir en precios e incluso nos los imponen”. Y concluye: “Lo que faltaba es que traigan cabras de fuera como se rumorea” porque “si se deja de hacer queso con la leche de las razas autóctonas estas quedan en peligro y se perderá la identidad porque no se elaborarán los quesos de forma tradicional”

La vaca basta.

Unas mil cabezas de esta raza autóctona canaria se mantienen en la Isla. La Asociación Canaria de Arrastre y la Federación de Arrastre de Ganado , que preside Santiago Cacho, con el apoyo del Cabildo han trabajado duro para mantenerla pese a su escasa producción cárnica y láctea. En un año sin romerías ni ferias han organizado 17 pruebas –con todas las medidas sanitarias– desde que se decretara el estado de alarma centralizadas en la Casa del Ganadero de La Laguna. Los animales no pueden salir a pastar y como dice Cacho ”hay que llevarles la comida a la mesa y cada vez es más cara”. El futuro de la raza, pese a todo, es “incierto como la ganadería, en general”, augura, porque “se producirá una selecciono natural y sólo se mantendrán las vacas productivas”.