Salvo que una fuerte marejada o un temporal lo impida, este jueves está prevista la firma a bordo del correíllo La Palma del convenio de colaboración entre la Dirección General de la Marina Mercante y la Fundación Canaria Correíllo La Palma, con el fin de apoyar el proyecto de restauración y conservación del buque. Excelente noticia que viene a coronar el 109 cumpleaños que en el día de ayer celebraba este histórico vapor.

En el acto, que se desarrollará cumpliendo las preceptivas medidas de seguridad que impone la pandemia, estará presente el director general de la Marina Mercante, Benito Núñez Quintanilla. La implicación en el proyecto de este organismo nacional, junto al reconocimiento y apoyo por parte e Puertos del Estado desde hace ya tres años, viene a significar que las dos instituciones nacionales de máxima representación en asuntos de puertos y de Marina Mercante están comprometidas con la conservación de este buque, “lo que viene a reafirmar la amplia dimensión y alcance de nuestro empeño”, tal y como señala Juan Pedro Morales, presidente de la Fundación Canaria Correíllo La Palma.

A propósito, Morales destaca que hay muchas otras entidades con las que se están gestionando apoyos al proyecto y resalta, principalmente, el interés manifestado por el presidente del Cabildo Insular de La Palma, Mariano Hernández, de incorporar a la primera institución de la Isla, cuyo nombre y matrícula lleva el buque, a la Fundación en calidad de Patrono. Asimismo, subraya la colaboración de la Autoridad Portuaria de Tenerife en diversas actuaciones.

Una dura travesía

En mares tan difíciles como los que le ha tocado navegar, la Fundación Correíllo la Palma ha superado un sinfín de temporales, “gracias a esos apoyos incondicionales y altruistas, muchos anónimos, otros por parte del voluntariado, pero todos ellos de igual importancia y trascendencia que nos han permitido no solo sobrevivir, sino, también, avanzar en el proyecto de restauración”, tal y como señala el presidente.

Echando mano del cuaderno de bitácora, Morales recuerda la crisis del año 2008, que los cogió del través, “con el barco recién botado al agua, después de la gran reparación del casco, doble fondo y cubiertas”, y lamenta que las obras de restauración no pudieran iniciarse hasta finales de 2017. “Cuando comenzamos a avanzar y cuando más y mejores apoyos pudimos recabar”, cuando ya se empezaban a divisar en el horizonte los destellos del faro y las luces del puerto, “apareció esta pandemia del Covid-19; pero aquí seguimos, sobreviviendo y a flote”.

Así, con la máquina avante, aproando el buque, este año –en el que se cumple el 109 aniversario de la botadura del histórico vapor–, se presenta lleno de proyectos y, también, esperanza. En este sentido, el presidente de la Fundación Correíllo La Palma reconoce que, gracias a la constante implicación del Cabildo de Tenerife, “vamos a poder licitar los trabajos de restauración de la cubierta y, también, los del puente de navegación”, terminando toda la obra de superestructura.

A su vez, estas intervenciones van a posibilitar el comienzo de la rehabilitación de los salones interiores de primera clase y la instalación de las escaleras nobles de la zona, “espacios que, una vez terminados, dotarán al buque de una gran capacidad de forma que será capaz de acoger las actividades culturales que se brindarán a las visitas que esperamos recibir a bordo”.

Sostiene Morales que todo esto va a ser posible “por la implicación y las aportaciones ya confirmadas de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, del Cabildo Insular de Fuerteventura, del ente público Puertos del Estado y del Ayuntamiento de El Sauzal”.

Ya en tierra, amarrado al muelle, el capitán deja que la memoria navegue por el tiempo: “Son ya 109 años, que se dice pronto”, y subraya que “apenas algunos privilegiados pueden contarlo”. Echando una mirada a los costados del buque afirma que “entre sus cuadernas se respira la historia que, a través de las olas, han visto surcar durante tantos años el ahora viejo vapor lleno de gloria marinera y portuaria, siempre estrechamente vinculada a la historia de nuestras Islas “.

Altivo en su atraque

El correíllo La Palma aún permanece altivo, atracado en la primera alineación del Muelle Sur del puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde tantas y tantas maniobras realizara en sus casi 65 años de servicio comercial activo. Ahora, junto a los enormes cruceros, su esbelta y fina estampa recuerda otros tiempos de la navegación en las islas, tiempos en los que los propios correíllos negros eran grandes, majestuosos, con sus casi 70 metros de eslora y cerca de 1.000 toneladas de desplazamiento bruto, comparados con aquellos valientes y también históricos veleros del cabotaje...

Y de la mar saltan destellos.