Desde el 26 de marzo preside la Junta de Compensación de El Mojón con el apoyo unánime de los propietarios de casi el millón de metros cuadrados que suma el mayor área de desarrollo turístico de Canarias. Serán 850 millones de inversión y 3.500 empleos en tres años de construcciones y otros 3.000 para la actividad de lo que se construya. Para hacer posible todo eso, su prioridad es desbloquear la recepción de este plan parcial por el Ayuntamiento de Arona en un momento que reconoce “complicado”, pero su carácter positivo hace que se muestre muy optimista. Con su llegada, algo ha cambiado.

¿Cuál es el objetivo que asume con la Presidencia del plan parcial El Mojón?.

El prioritario es desbloquear la situación burocrática para conseguir que el Ayuntamiento recepcione la urbanización y podamos comenzar los proyectos que comprenden el plan. Por otro lado, no debemos obviar que El Mojón es la mayor pastilla de suelo turístico de Canarias. Para que la gente se haga una idea, es más del doble que Los Cristianos, algo que nos da la oportunidad de construir un concepto de vacaciones que tenga una gran diferenciación. Para eso debemos unirnos todos los propietarios en una estrategia común y compartida que nos permita competir juntos en el mercado y darle verdadero valor al destino.

¿En qué situación está la recepción por el Ayuntamiento?

Seguimos esperando la recepción de la urbanización. Ahora es un momento complicado en Arona y somos conscientes de que este tipo de decisiones no son sencillas, pero son más de 20 años los que llevamos con un solar horrible a la entrada de Los Cristianos con unas posibilidades inmensas. Estamos seguros de que la situación se resolverá de un momento a otro. Hay criterios técnicos que vienen de interpretaciones urbanísticas distintas, pero hemos generado un espacio para dialogar y explorar vías de solución.

¿Cómo están las relaciones con el gobierno local?

Tenemos una relación cordial y profesional con el Ayuntamiento. El alcalde nos ha reiterado en más de una ocasión que está comprometido con la viabilidad de esta zona estratégica. Ambas partes conocemos el potencial de El Mojón para el municipio, en términos de atracción de la inversión y generación de empleo, y estamos seguros de que juntos podemos dar grandes beneficios a la sociedad canaria, inversores y turistas.

¿Cuáles son las cifras que barajan de inversión y empleo y cuántas parcelas son?

El desarrollo del plan atraerá 850 millones de euros de inversión que se destinarán a crear, desde cero, una nueva urbanización. Solo en cifras de empleo, la recepción por el Ayuntamiento supondrá la contratación de más de 3.500 trabajadores durante los primeros tres años de construcción y unos 3.000 más para dar servicio a los nuevos negocios, una vez estén en funcionamiento. El plan asume una importante responsabilidad con el entorno y la sociedad civil, dedicando 150.000 metros cuadrados a dos parques de 50.000 metros cuadrados que ya están terminados, zonas recreativas y deportivas, colegios… Todo de uso libre para residentes y visitantes, además de un espacio público para congresos y exposiciones.

Spring Hoteles, es dueña de la parcela de mayor tamaño. Anuncian ustedes un proyecto singular para ese lugar.

Efectivamente, en 2017 adquirimos una parcela excelentemente ubicada con la idea de crear un concepto verdaderamente diferenciador para el que vamos a comenzar con una inversión de 85 millones de euros. Por el momento, trabajamos en ello y solo puedo adelantar que tendrá mucho que ver con la tecnología y la idea de proporcionar vivencias inolvidables en torno al turismo activo.

¿Se dice que la próxima licencia que se concederá en El Mojón es la de Spring Hoteles?

El Mojón ya tiene una licencia de construcción otorgada vinculada a la recepción y también alguna de movimientos de tierra, pero el empresariado quiere seguridad jurídica y ésta pasa por la recepción oficial de la urbanización. A partir de ahí se tienen que otorgar todas la licencias que se soliciten y se ajusten a derecho.

Vulcano, Arona Gran Hotel & SPA y Bitácora son los hoteles de Spring. Todos en Arona. ¿Cómo capean la pandemia?

Está siendo un año muy complicado, pero intentamos aprovecharlo de la mejor manera. A pesar de las pérdidas que se generan al mes por tener los hoteles sin clientes, hemos invertido en reformas –el Bitácora reabre en mayo con un concepto completamente renovado que gira en torno a la diversión para todos los públicos y el Arona está cambiando pavimentos y ampliando su azotea Up!–; estamos formando a nuestros equipos, a través de la Universidad Spring y nuestra escuela de idiomas, para regresar más preparados y destinamos muchos recursos a trabajar en nuevas formas de comercialización y promoción, utilizando herramientas de marketing que nos permiten recoger datos, analizarlos, procesarlos y activarlos para crear estrategias más rentables.

Spring Hoteles es una empresa que innova. ¿Qué es lo próximo para Tenerife?

Soy muy insistente con este tema, pero es importante que empresa pública y privada trabajemos juntos en una estrategia de destino compartida que nos permita ser autónomos y menos dependientes de terceros. Esto pasa por abrazar la datocracia y explotarla. Para eso, debemos unir recursos y destinarlos de forma más rentable y eficiente, invertir en promoción inteligente y tratar de tener ascendencia en la conectividad, algo que hasta ahora no hemos podido controlar y es clave para el futuro de nuestro destino.  

¿Los ERTE son una solución al problema laboral para empresarios y trabajadores?

Son un parche. Menos es nada, pero ese dinero es solo una parte pequeña de lo que cuesta mantener los hoteles cerrados. Seguimos pagando impuestos y tasas municipales y debemos mantener los hoteles en condiciones óptimas, además hay que seguir haciendo promoción para el futuro y mantener a nuestra comunidad informada y conectada con nuestro destino. Entre los tres hoteles perdemos casi 600.000 euros mensuales.

¿En qué cree que se ha fallado en este año de pandemia en lo que al turismo se refiere?

Ha habido una falta total de estrategia de control del virus. Un destino como Canarias pudo haberse convertido en el refugio de Europa desde el pasado julio, gracias a su condición de insularidad que permite controlar muy bien a todas las personas que viajan. Ha faltado planificación, liderazgo, gestión y consenso, algo que, por ejemplo, hicieron muy bien en Madeira y que les ha permitido salir mucho mejor parada que nosotros.

¿Se salvará la temporada de invierno de este año?

Por los datos que manejamos, a partir de septiembre se empiezan a animar las reservas. Esto vendrá determinado por la apertura de los países emisores y el ritmo de vacunación. Teniendo en cuenta que en invierno somos el único destino de sol de Europa y las ganas que tiene la gente de viajar, miramos hacia el invierno con esperanza.

¿Cómo será el turismo después de la pandemia desde la perspectiva empresarial, laboral y del cliente?

La reapertura del turismo vendrá acompañada de una competencia feroz, por lo que a nivel empresarial será importante lograr una diferenciación y una hiperpersonalización, porque el cliente viajará para emocionarse y buscará experiencias significantes. A nivel laboral, el personal necesitará formarse en habilidades y competencias nuevas que permitan a las empresas sortear este tipo de crisis que generan contextos ambiguos y cambiantes. En cuanto al cliente, es su momento. Ha llegado la era del cliente para quedarse, y es aquí donde las empresas deberemos poner al cliente en el centro e invertir para llegar a él, conocer sus intereses y ofrecerle las ofertas que más se le ajusten.