El Cabildo impulsa una campaña de concienciación para apoyar a los guías y las empresas de turismo activo de la Isla, especialmente afectados por la crisis del sector a consecuencia de la pandemia del coronavirus. El acuerdo institucional recoge la puesta en marcha de un programa de rutas contratadas con las que estén adscritas a las cartas de sostenibilidad de Turismo de Tenerife. El destinatario es la población local con el objetivo de que conozca y aprecie los puntos de interés de su entorno tanto naturales como históricos y patrimoniales. Los profesionales aplauden la iniciativa aunque recalcan que “lo fundamental es que el trabajo llegue a la mayoría de los 120 acreditados”.

El objetivo de estas rutas será, según el documento aprobado con consenso, “que los residentes puedan disfrutar de los tesoros de la Isla con el concurso de los guías de turismo oficiales de Tenerife”.

Asimismo se pretende “concienciar sobre la importancia del turismo y la conservación de nuestro patrimonio”, a través del trabajo de este colectivo especialmente castigado por la crisis”.

Trabajo de consenso

El consejero insular de Planificación del Territorio, Patrimonio Histórico y Turismo, José Gregorio Martín Plata, pone en valor el trabajo realizado desde la institución “a partir de una propuesta de CC que hemos transformado en una medida global con un objetivo medioambiental, social y económico que tendrá como fin la concienciación de la importancia del turismo destinada a la población local”.

Laura Bethencourt Yanes es la presidenta de la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Tenerife. Valora la medida: “Estamos contentos porque se deja de lado la política y se mira por el bien común del colectivo. Ahora hay que ver la fórmula que se plantea y los requisitos que se piden”.

Una cosa deja muy clara Laura antes de conocer en profundidad el plan del Cabildo: “Que este proyecto no se quede en una o dos empresas sino que llegue la gran mayoría, y si es posible, a todos los profesionales que lo hemos pasado muy mal durante este año. Que haya reparto del trabajo”.

Desde la Asociación, añade, “esperamos seguir participando en la iniciativa”. Y otro aspecto a resaltar: “Nos ilusiona volver a trabajar y, sobre todo, que el destinatario de nuestra labor sea la población canaria para ayudarla a que pueda conocer mejor su tierra y lo mucho de bueno que encierra”.

La pandemia del coronavirus y sus efectos ha sido devastadora para los guías profesionales habilitados en la Isla. No hay casi turistas y prácticamente nadie a quien guiar. Ellos fueron de los primeros colectivos en sufrir el impacto. Las cancelaciones de grupos llegaron ya en febrero de 2020, antes de la declaración del estado de alarma el 13 de marzo. Ahí se paró la actividad hasta la fecha. El pasado 21 de febrero celebraron un triste Día Mundial que coincide con la fundación de la Federación de Guías Profesionales de Turismo en 1985.

Laura explica que “hemos cumplido en este tiempo con nuestras obligaciones, ya que somos autónomos”. Han tenido que abonar el pago de la cuota –entre 287 y 350 euros al mes los que menos– sin olvidar otros gastos, incluida la formación, “que hemos mantenido”, apunta.

Ella ha hecho un poco de todo para sobrevivir en estos meses. Ama su trabajo y rechaza un intrusismo que lleva a barbaridades como decir que “Santa Cruz vivía de las minas de carbón”. O “a arriesgar a los turistas al borde de un precipicio en Masca”. Esto, insiste, “hay que regularlo, vigilarlo y sancionarlo”. Porque está en juego también “la imagen de la Isla”. Recuerda a la población local para finalizar, con la esperanza de ver la luz al final del túnel, que “no se quiere lo que no se conoce”.