Lo que empezó como una manera de compensar las emisiones de dióxido de carbono de la producción del documental Soñando con alas se ha convertido en un movimiento ciudadano para recuperar en la comarca de la Isla Baja las poblaciones de un ave que fue muy común: los gorriones morunos.

Germán Pinelo y Juan José Ramos Melo, autores del documental Soñando con alas, se plantearon el objetivo de construir y colocar cien cajas nido en el municipio de Los Silos para ayudar a recuperar la diezmada población de gorrión moruno (Passer hispaniolensis) en la comarca y compensar las emisiones de dióxido de carbono del rodaje, producción y promoción de este largometraje documental. Así nació la Operación Gorrión, a la que cada día se suman más colaboradores.

El pasado día 13 de febrero se celebró el primer taller familiar de elaboración de cajas nido, una iniciativa que no ha parado de crecer y que ya cuenta con el apoyo de Can Bio Diversity, la Asociación para el Estudio y Conservación de las Culturas y la Biodiversidad del Desierto (Alaemon), La Carpintería Espacio Creativo, la Asociación Abeque, Birding Canarias SLU, Nicolás Ruiz Espintapajaros y los ayuntamiento de Los Silos y Buenavista del Norte.

Hoy y mañana se organizan dos nuevos talleres familiares, una nueva oportunidad para “involucrar a los más pequeños en la conservación e investigación de la naturaleza, mediante el uso de las aves como interlocutoras de los problemas de nuestro planeta”, según explica Juan José Ramos. El primer taller será esta tarde, de 16:00 a 17:30 horas, en la plaza silense de La Luz. Y mañana la actividad se traslada, de 11:00 a 13:00 horas, a la plaza de Los Remedios, en Buenavista del Norte.

“Tenemos un doble objetivo: recuperar las poblaciones de gorrión moruno en la Isla Baja y, a la vez, sensibilizar a la gente respecto a los problemas que sufren las aves comunes, que se están perdiendo. Hay muchas especies que para nuestros padres eran muy habituales y ahora cada vez se ven menos”, advierte Ramos.

Este naturalista, fotógrafo y especialista en ecoturismo recuerda que “en Los Silos la disminución ha sido drástica. En mi cuaderno de campo tengo un conteo desde la azotea de casa de mis padres, a mediados de los años 90, donde contabilice 1.200 gorriones, que volaban del este hacia el dormidero de la plaza. Hoy en día en la plaza no hay gorriones y en el casco solo unos pocos, calculo que unas 20 o 25 parejas como mucho”.

Entre las posibles causas de la reducción de la población de gorriones se habla de la colonización natural de la tórtola turca, “aunque aquí en Canarias no existen datos que evidencien esa teoría”, detalla Ramos, quien teme que “debe tratarse de una combinación de factores: las ciudades y pueblos de hoy son más limpios y ofrecen menos alimento; los posibles efectos de productos fitosanitarios en jardinería y control de plagas; la disminución de lugares donde criar; enfermedades como la malaria aviar o la viruela; el cambio climático, e incluso problemas de fertilidad por los campos electromagnéticos de la telefonía móvil”.