Un importante derrumbe que se produjo el pasado jueves ha vuelto a poner en evidencia la inestabilidad de la costa de San Juan de la Rambla y el riesgo existente para el popular sendero de La Rambla de los Caballos y al menos una veintena de casas situadas en el acantilado entre Las Aguas, El Cantito y La Rambla (El Rosario). El Ayuntamiento ordenó de forma inmediata el cierre de un tramo de este sendero, pero al día siguiente los técnicos municipales determinaron que no existía riesgo para los transeúntes y volvió a abrirse. El alcalde, Ezequiel Domínguez (PSOE), reconoce que la preocupación se mantiene y espera que “todas las administraciones se impliquen” para tratar de solucionar un problema muy complejo que tiene su origen en un fenómeno natural e inevitable: la erosión marina de un acantilado.

El Ayuntamiento de San Juan de la Rambla emitió el 21 de abril de 2016 una seria alerta, un “SOS urgentísimo”, por el peligro de derrumbes en su escarpada y habitada franja costera, concretamente en el entorno del sendero de La Rambla de los Caballos o Ribera del Mar y las viviendas de El Cantito y La Rambla. Una costa que la exalcaldesa Fidela Velázquez (PSOE) definió como “la más dejada de la mano de Dios de toda la Isla de Tenerife”. Casi cinco años después de aquella petición municipal de auxilio, la situación apenas ha cambiado y los desprendimientos y el riesgo continúan.

Informes de 2008 y 2009

El problema no era nuevo en 2016. Ya en enero de 2008, hace más de 13 años, el arquitecto del Ayuntamiento ramblero emitió un informe donde detalló que las construcciones situadas en el margen norte del camino Ribera del Mar se encontraban en “un riesgo inminente de derrumbe”. En noviembre de 2009, el arquitecto municipal realizó otro informe sobre los riesgos de desprendimientos y la falta de seguridad en La Rambla, la playa de Los Roques y la costa de La Manguita.

Tras aquellos informes y denuncias públicas, el Ayuntamiento de San Juan de la Rambla ha encontrado cierto apoyo en el Cabildo de Tenerife, que ha trabajado en las propuestas técnicas para la estabilización del sendero, que tiene una gran importancia cultural y turística para San Juan de la Rambla. La idea que más gusta al Consistorio es la de mantener el camino con el recorrido tradicional, pero con varios tramos elevados con una especie de puentes o pasarelas, para salvar las zonas con mayor riesgo de desprendimientos. Si se desprendiera alguna parte inestable, seguiría siendo posible caminar sobre esos puentes, ya que se apoyarían en las zonas más seguras del entorno.

Ezequiel Domínguez ha recogido el testigo de Fidela Velázquez en el gobierno local y comparte la preocupación expresada por la dirigente socialista en los últimos años: “Necesitamos la implicación del resto de administraciones públicas para resolver este problema. Hay avances con el Cabildo de Tenerife, pero hará falta el apoyo de otros organismos como por ejemplo Costas”.

Lograr que el camino de La Rambla de los Caballos sea seguro es un primer paso para el que ya existen avances por parte del Ayuntamiento y el Cabildo. Quedará pendiente la parte más compleja y sensible: analizar la seguridad de las viviendas que cuelgan del acantilado y tomar decisiones al respecto. Por el momento, toca seguir apelando a la suerte. Después de que los técnicos municipales comprobaran que este último derrumbe en la costa está a “una distancia suficiente para no comprometer la seguridad del camino”, se decidió su reapertura inmediata. Tampoco se considera que el desprendimiento comprometa la seguridad de la casa más cercana.