Memoriales con flores artificiales, velas, placas con nombres y fechas o fotos, portarretratos sueltos o atornillados a rocas, piedras pintadas, símbolos religiosos y pequeñas capillas para recordar a seres queridos se multiplican en los espacios naturales protegidos, como el Monumento Natural Montaña de Guaza, denuncia a través de su cuenta de Facebook la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello. Jaime Coello, su director, explica que al deterioro del espacio no solo contribuyen estos recuerdos atribuidos a extranjeros, sino grabados con nombres de visitantes, rocas del acantilado pintadas y restos de rituales de santería.

Los memoriales son una práctica que “se ha puesto muy de moda” y quienes la materializan eligen para ello lugares que, se supone, gustaban al fallecido objeto del homenaje. “Esto se está empezando a desmadrar. Hay quienes creen que todo espacio público, sobre todo los protegidos, por estar más aislados, son lugares en los que pueden hacer de todo”, manifiesta. “Esta costumbre degrada la naturaleza y si todos hiciéramos lo mismo, las áreas protegidas se convertirían en inmensos cementerios”, apostilla.

En el Monumento Natural Montaña de Guaza son numerosos los puntos en los que se encuentran fotografías, plantas, portarretratos, poemas y velones –sus recipientes de plástico– junto a piedras desplazadas configurando un entorno invadido a modo de altar para recordar a personas que estuvieron por la zona, en alguna ocasión, durante su vida. “Es muy desagradable acudir a la naturaleza a disfrutar y estudiar sus valores y encontrar por todas partes el recordatorio del paso de la gente. Es verdaderamente frustrante”.

Juan Coello Bravo se muestra especialmente preocupado por el deterioro que están alcanzando lugares como Montaña de Guaza, Rasca, Montaña Amarilla, Montaña Pelada y Montaña Roja. “La degradación es especialmente grave en los espacios naturales protegidos del Sur, es inaceptable”, manifiesta, si bien valora que la administración “muestra su falta de medios para actuar, aunque no hace nada para paliar esa situación”. En esa línea, recuerda la existencia de muchas plazas de agentes de medio ambiente sin cubrir en la plantilla del Cabildo.

El director de la Fundación Telesforo Bravo tiene claro que “el modelo de intervención de La Caleta de Adeje se tiene que extender a todos los espacios protegidos del Sur”, además de propiciar la implicación de los ayuntamientos con suelo protegido de forma que la Policía Local, Seprona y agentes de la unidad de Medio Ambiente patrullen de forma conjunta para asegurar recursos en todo momento “ante situaciones dramáticas que se producen los fines de semana o a determinadas horas del día”.