Adeje

50 personas, desalojadas de La Caleta en un nuevo dispositivo de vigilancia

Agentes de Medio Ambiente del Cabildo impiden las acampadas en este espacio protegido | A finales de 2020 hubo otro intento de ‘okuparlo’, también truncado

Desalojo de los okupas de La Caleta de Adeje del 14 de julio de 2020.

Desalojo de los okupas de La Caleta de Adeje del 14 de julio de 2020. / Andrés Gutiérrez

J. A. M.

ADEJE

El Cabildo informó ayer de que su dispositivo de vigilancia, formado por los agentes de Medio Ambiente, desalojaron el pasado sábado a más de 50 personas en la zona del barranco de Los Burros y Los Acantilados de Diego Hernández, en La Caleta de Adeje, asegurando que este grupo pretendía ocupar el espacio natural protegido, que fue objeto de una intervención para echar a los okupas del lugar y retirar los residuos que allí había el pasado 14 de julio.

La consejera insular de Gestión del Medio Natural, Isabel García, afirmaba ayer que los agentes de Medio Ambiente levantaron ocho actas de infracción durante el fin de semana “en algunas zonas de La Caleta a personas que pretendían acampar en varios espacios, seguramente alentados por el buen tiempo y coincidiendo con los días de Carnaval”, una acción enmarcada en el dispositivo de vigilancia continuo que realizan en este sitio de interés científico. García Hernández añadió que “desde el año pasado trabajamos intensamente en este importante espacio natural, habiendo procedido a la limpieza y desalojo de cuevas y cabañas; en la actualidad continuamos con la labor disuasoria de acampadas”.

El gobierno insular asevera que la vigilancia en el Sitio de Interés Científico (SIC) La Caleta de Adeje continúa e informa de que los agentes de Medio Ambiente, que realizan rondas de reconocimiento en todo el ámbito territorial de este espacio, “han levantado ya un gran número de actas de inspección desde que se produjo el desalojo, el pasado verano”. En esa línea, este servicio también intervino a finales de 2020 ante los intentos de volver a ocupar las cuevas, para lo que los infractores trasladaron durante la noche colchones y enseres nuevamente hasta el espacio natural.

Ante estos antecedentes, García anuncia que “estaremos pendientes de los intentos de ocupación que se produzcan, tanto con los agentes de Medio Ambiente como con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y, además, solicitamos a la ciudadanía colaboración y respeto ante las normas medioambientales, ya que estamos hablando de un espacio protegido que, por ninguna razón, puede volver a ser ocupado de esa manera tan irresponsable y poco sostenible en la que se había convertido”.

En pocas horas

Esta situación se produjo horas después de que tuviera lugar, el viernes pasado, un encuentro entre las administraciones implicadas en el cuidado del lugar. Liderado por el alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga; el presidente del Cabildo, Pedro Martín; la consejera de Gestión del Medio Natural, Isabel García, concejales y técnicos municipales, de Seguridad y Emergencias, Medio Ambiente, Servicio Provincial de Costas de Santa Cruz de Tenerife, Agencia Canaria de Protección del Medio Natural, Guardia Civil y Policía Autonómica Canaria.

Tras la misma, el alcalde informó de que un grupo de 18 personas realiza labores de vigilancia del espacio de interés científico La Caleta como medida para evitar que se reproduzca la degradación del lugar. Una acción que forma parte de un programa de control y sensibilización puesto en marcha por el Ayuntamiento de Adeje, que anunció la próxima puesta en marcha de un programa de empleo a través del que generar trabajo vinculado al mantenimiento de este lugar singular de la costa del municipio. En el primer semestre del año se aplicará el proyecto de restauración.

El último asentamiento

Con 78,3 hectáreas de superficie y con la catalogación de Sitio de Interés Científico con el propósito de “conservar y mantener un espacio costero de relevancia que sirve de refugio a aves marinas amenazadas, así como a limícolas y migratorias”, a mediados del año pasado este lugar estuvo poblado por quienes lo eligen para vivir o pasar largas temporadas en un centenar de casetas y cuevas, una de las mayores ocupaciones que se recuerdan de este espacio.

Basuras acumuladas, alteraciones en el terreno, marcas en los médanos, suciedad, mal olor... En la actuación de limpieza posterior, del enclave retiraron 1.800 kilos de escombros, entre los que se hallaban plásticos, enseres, ropa, restos de madera y hojas de palmera, además de basura de todo tipo. Fueron desmanteladas 29 cabañas y cuevas grandes, 38 de tamaño mediano y 55 pequeñas.

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