José Julián Mena sigue siendo alcalde por el PSOE. El Pleno no abordó ayer su expulsión definitiva del PSOE y el consecuente paso a la condición de concejal no adscrito porque el secretario de la Corporación aronera, Pedro Javier Hernández Velázquez, no emitió el informe preceptivo debido a que fue recusado para ello. El concejal Luis García registró anteayer la solicitud de “abstención y recusación”, por lo que el funcionario tiene el deber de inhibirse en la causa hasta que la misma sea resuelta. De hecho, informó al Pleno de que ayer había formulado su declaración en este expediente.

La oposición tuvo conocimiento de esta situación durante la reunión extraordinaria y urgente de la Junta de Portavoces celebrada a las 9:30 horas de la mañana de ayer para “dar cuenta del informe emitido por la Secretaría”, cumpliendo con lo acordado en la sesión ordinaria que tuvo lugar el lunes, para definir el orden del día del pleno. Pero el informe recibido no era el esperado, sino el referido a la legislación aplicable y el procedimiento a seguir con respecto a esta expulsión y la designación de concejales como no adscritos, elaborado a petición del alcalde.

En la misma reunión también fueron informados de que José Julián Mena registró en el Ayuntamiento –el viernes pasado (día 22), con número de registro 20210004481 y adjuntando copia–, la demanda civil presentada el mismo día ante la jurisdicción ordinaria, con la petición de medidas cautelares contra el acuerdo de su expulsión por parte del PSOE. Dos asuntos “omitidos” en la reunión de la Junta de Portavoces del lunes, sostienen los contrarios a Mena.

Debe informar otro

En todo caso, la Alcaldía tendrá que designar “de manera urgente” a otro funcionario que emita el informe correspondiente tras la constatación oficial de la expulsión de Mena por parte del Partido Socialista y sobre las consecuencia de ello en la configuración del Pleno de Arona. Así lo acordó anoche la Corporación al aprobar una moción de PSOE, CC, PP, Sí Podemos Arona, Ciudadanos por Arona (CxA) y Ciudadanos (Cs), con los únicos votos en contra de los partidarios del alcalde tránsfuga y a pesar de Raquel García, quien ejerció de alcaldesa accidental ante la “indisposición” de Mena, ausente de la sesión.

Como presidenta del pleno, quiso impedir la votación de la iniciativa, a lo que accedió tras imponer un receso de cinco minutos y recabar el asesoramiento oportuno del que el portavoz socialista, Leopoldo Díaz, regresó elevando el tono de sus intervenciones, hasta el punto de reprochar a Francisco Niño (Cs) sus palabras contrarias a la gestión de Mena y “advertirle” de que “podría hablar de su etapa como alcalde” (precedió al actual). Ocurrió después de que Raquel García tratara de arrogarse la potestad de alterar o no el orden del día y persistiera en evitar el asesoramiento del secretario que recabó la oposición.

Raquel García, nerviosa

El momento más singular de la sesión lo protagonizó el portavoz de Coalición Canaria, José Ramón Rodríguez, quien como defensor de la propuesta quiso, aún en receso, que el Pleno la votara, a pesar de que el secretario insistiera en que el quórum no era suficiente para hacerlo ante la ausencia de la Presidencia del órgano. “Esto es un espectáculo vergonzoso, inadmisible”, sentenció Águeda Fumero cuando la reunión plenaria superaba su ecuador.

Desde el inicio quedó claro que Raquel García sabía lo que tenía que hacer. Fue tajante e impidió la inclusión en el orden del día de la propuesta in voce realizada por la portavoz del Grupo Municipal Popular, Águeda Fumero, de que se incluyera en el orden del día el paso a no adscrito del alcalde de Arona. Fumero, insistente y con el respaldo de CC y Cs, vio truncada su primera petición de asesoramiento del secretario. García, que tuvo tiempo para llamar al orden del portavoz nacionalista, no le dio la palabra al funcionario y pasó al siguiente punto, en el que reconoció a la edil del PP que estaba nerviosa: “Normal, es mi primer pleno”. Como alcaldesa, quiso decir. Mientras, en el patio de butacas empezaba a haber tensión.

Y llegó la segunda reprobación. Hasta entonces, entre los asistentes al pleno –se completó el aforo autorizado en el Centro Cívico de Cabo Blanco– se alternaban tímidos aplausos a favor de unos, quienes siguen formando parte del gobierno municipal, y de otros, quienes forman el resto de la Corporación aronera. Fueron los segundos los que recibieron anoche la mayor ovación en el momento de aprobar la propuesta de Coalición Canaria de reprobar a José Julián Mena. Su portavoz, José Ramón Rodríguez, defendió que lo hacía por entender que Mena conculca “un derecho fundamental” de los concejales e impide el ejercicio de la oposición al control de la gestión cuando no convoca las sesiones plenarias ordinarias. Solo en 2020 ocurrió con las sesiones correspondientes a los meses de marzo, abril, mayo y diciembre. Rodríguez González habló de que es un atropello político y que con ese proceder “limita flagrantemente nuestros derechos. Sería lamentable acudir a los tribunales a defensa de un derecho fundamental”.

El ejemplo de Granadilla

La gestión cotidiana, la situación singular vivida durante 2020 por la pandemia y que “es una práctica común” fueron argumentos con los que el portavoz socialista justificó lo ocurrido con los plenos. Leopoldo Díaz se mostró conciliador a la hora de expresar que entendía “que haya cierto mosqueo o cabreo por la no convocatoria de los plenos. No hay ánimo de silenciarles”, aseguró antes de recurrir al ejemplo de Granadilla de Abona, municipio cuyo Ayuntamiento gestiona CC (con el PP) y que también incurrió en la no celebración de plenos ordinarios. “CC debe reprobarse por ello, entonces”, le espetó al portavoz nacionalista.

“Es un derecho, no frustración. Esto es un atropello político”. Lo dijo Águeda Fumero, quien recordó que el alcalde tránsfuga no asistió a las reuniones de la Junta de Portavoces celebradas de marzo a noviembre ni se convocan comisiones informativas. Un ejemplo, la de Urbanismo, que no se reúne desde septiembre, cuando Mena asumió la gestión del área.

Esta vez, sí. El secretario informó de que los plenos ordinarios tienen que celebrarse a las 19:00 horas el último jueves de cada mes y que debe ser convocado cuando corresponde.

Servicios Sociales, reparto de áreas y Dácil León

La ausencia de José Julián Mena “por indisposición” dejó en el aire sus explicaciones, si bien el portavoz socialista, Leopoldo Díaz, trató de despachar la justificación a los ceses de Dácil León y Juan Sebastián Roque con los escuetos pérdida de confianza y faltas de asistencia. Y casi se hace el silencio cuando la destituida levanta la mano para tomar la palabra. Dácil León habló para defender la gestión y para asegurar que “lo que pasa en este Ayuntamiento” no representa al PSOE, “que ahora mismo me ha dado la responsabilidad de representarlo. Tengo que ponerlo de manifiesto”. A renglón seguido, aplausos. Las áreas que gestionaban los dos ediles destituidos hasta hace unos días han sido distribuidas entre Raquel García (Promoción Económica y Sector Primario), Julia Morales (Educación, Cultura, Deportes y Juventud) y Francisco Marichal (delegación específica de Deportes). En todo caso, Mena tendrá que comparecer para explicar la situación de los Servicios Sociales, área que “no gastó casi un millón de euros de los asignados en 2020, que pasan a ser remanente”, según dijo CC en un pleno muy marcado por el celebrado en noviembre, donde la retirada del orden del día del pase del alcalde a la condición de no adscrito, en base a un informe del secretario, motivó una querella de seis ediles (cinco del PSOE y Luis García) contra Mena.