Las balsas de Tenerife están, tras las recientes lluvias y el añadido del agua regenerada, en el nivel más alto de su capacidad de los últimos veinte años. Así lo demuestra el balance del histórico elaborado por Balten que refleja un 69,7% de almacenamiento total. A fecha del pasado martes, día 19, se alcanzaban los 3.488.591 de metros cúbicos. En apenas una semana, entre el 11 y el 19 de enero, han sido recogidos 420.000. Javier Parrilla, consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, lo considera “un muy buen dato” aunque se muestra en su habitual línea de cautela y vigilancia.

“He pedido el informe histórico desde el año 2000 y no hay precedentes”, apunta Parrilla. Con los añadidos, a tener muy en cuenta, de que está cerrada y preparada para afrontar obras la balsa de Llanos de Mesa, en San Juan de la Rambla, y que la última de grandes dimensiones que se abrió fue la de Lomo de Balo, en Guía de Isora, en el año 2003, con una capacidad de 535.392 m3.

“Tal vez esta semana las cifras se equilibren, pues haya que hacer frente a un riego”, valora Padilla. Por eso, insiste, “hay que mantener la prudencia, pero con poco que serene en este final de mes habrá una cifra de agua almacenada difícilmente superable”. El consejero resume:“Intentaré que se negocien precios de compra a la baja donde sea posible para prevenir al máximo”.

“Cautela”. Es la palabra más repetida por Parrilla porque “los datos que están colgados en la web son normalmente de principio o final de mes. Hay que esperar al viernes que viene o al lunes siguiente para contar con una vitola más fiable”. Pese a ello reconoce que “va muy bien”.

Hectómetros y porcentajes. El cuadro adjunto resume los hectómetros cúbicos de capacidad y el porcentaje a que equivalen. Padilla explica:“Puede parecer incongruente que, con menos volumen, los porcentajes sean mayores”. Esto se debe a que “al ser la serie tan larga, las infraestructuras no son las mismas. Ha habido incorporaciones y reparaciones de larga duración que hacen llegar a esa conclusión”. Así se explican los tantos por ciento mayores que el actual, supuestamente sin precedentes, en 2002, 2003 y 2004. En este sentido, hasta 2003 la capacidad total de las balsas era de 4.5 hectómetros cúbicos. Al ser menor el total del almacenamiento da un porcentaje mayor que el de ahora. En 2001 no existían aún varias balsas: Trevejos (2002), 0,27 Hm; Lomo del Balo (2003) 0,53, y Los Partidos (2007). “Había menos balsas y por lo tanto menor total de almacenamiento” concluye Parrilla. El cuadro refleja las oscilaciones de dos décadas. Con un año negro en cuanto a sequía, 2011 (dato de enero de 2012) con 1,5 hectómetros y un 27% de capacidad. Como periodos especialmente negativos, los años 2006 y 2007, así como 2016 y 2017.

Días de lluvia. El consejero da algún ejemplo de lo ocurrido los pasados días de lluvia intensa: “Hemos colocado tomaderos en el barranco Santos y el agua ha terminado en la balsa de Valle Molina, en Tegueste, o en el Valle de San Lorenzo”. La colocación sistemática de esos tomaderos, siempre que sean rentables, es una de las iniciativas a desarrollar. Parrilla valora al carácter “benévolo” de la borrasca Filomena, que dejó muchas precipitaciones y apenas daños en Tenerife. “Ni siquiera el viento los ocasionó a las producciones”, apostilla. De todas maneras, Parrilla resume: “Lo que garantiza el riego de nuestros campos es el trabajo de regeneración de aguas residuales y los aportes complementarios de la desalinizadora de Fonsalía. La lluvia ayuda también, por supuesto”. Reconoce que ”es siempre una bendición. Para el campo de forma directa, pero también porque nos permite ahorrar a los agricultores y a la institución”. Estas de principios de enero lo han sido. Buenas para las papas porque se han filtrado en la tierra y, por supuesto, “para limpiar”, asegura el consejero. No tanto para la producción de flores, pues ese empapado puede haber afectado “morfológicamente” al ciclo de crecimiento de las plantas. Esos, sí, las reservas, valora, ”nos dan cierta tranquilidad, pero sin confiarnos en absoluto”.

Agua regenerada. Parrilla recuerda que el futuro del agua de uso agrícola en la Isla de Tenerife está en el agua regenerada, símbolo de la estrategia del Cabildo insular en este sector. “Nuestro sistema no es como el Gran Canaria”, explica. Y posteriormente detalla:“No está hecho para recoger el agua de lluvia por dos motivos fundamentales: primero, por la cuestión orográfica, porque no tenemos grandes cuencas hidrográficas que pudiéramos haber usado para hacer presas, y segundo, por la naturaleza de nuestros suelos, que no son impermeables”.