El presidente y portavoz de la Plataforma Los Silos-Isla Baja, Roberto Hernández, asegura que su colectivo trabaja para impedir que continúe el vertido de aguas residuales al mar a través del emisario submarino de Los Silos; acusa a las autoridades insulares y al Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF) de “tratar de confundir a la población” respecto a los distintos modelos de depuración, e insiste en plantear una solución que “no es ningún disparate”: la construcción de una depuradora con Sistema de Depuración Natural y Resiliente (SDNR) en la costa de Los Silos para “tratar las aguas que desde hace décadas se vierten sin depurar al océano e, incluso, asumir las que vengan de Garachico de forma temporal”.

“Han tratado de ridiculizar y descontextualizar nuestra postura alegando que queremos hacer 30 depuradoras en la Isla Baja. Es cierto que en su momento planteamos una propuesta similar para llegar, con depuradoras muy pequeñas en algunos casos, a todos los puntos de la comarca, también en las medianías, donde las aguas residuales se vierten a pozos absorbentes y el CIATF no plantea ninguna solución. Sin embargo, lo que hemos puesto ahora sobre la mesa son dos depuradoras naturales de bajo consumo energético para empezar: la primera en la costa de Los Silos, que permita dejar de utilizar el emisario submarino de los años 80 y asumir inicialmente también las aguas de Garachico, y otra en la costa de Las Cruces, junto a la ETBAR garachiquense, para impedir los vertidos al mar y evitar que las aguas de ese municipio tengan que mandarse en el futuro hacia Los Silos”, plantea Hernández.

Exigen un debate público

A juicio de la Plataforma Los Silos-Isla Baja, “esas dos depuradoras, una en la zona silense de El Polvillo, y otra en Las Cruces, solucionarían el problema de los vertidos al mar”. Aseguran que cuentan con el respaldo de técnicos y experiencias exitosas, a otra escala, como en Masca, Los Carrizales o Bolico. Hernández está tan seguro de lo que defiende que reta al Cabildo de Tenerife a organizar un debate público para enfrentar ambas posturas.

Este colectivo, que ha logrado llenar de pancartas de apoyo a la depuración natural centenares de viviendas de Los Silos y Buenavista, advierte de que van a “pelear con uñas y dientes” para que no se siga usando el emisario de Los Silos para seguir vertiendo aguas residuales sin depurar. También tratarán de frenar los planes insulares para que las aguas residuales de Garachico, tras recibir un tratamiento primario en Las Cruces, “contaminen el mar”.

Hernández sostiene que el emisario silense “incumple la normativa porque se hizo en los años 80 para una población de apenas 5.000 personas, ahora está muy deteriorado y tiene la autorización de vertido vencida desde 2017; sólo tiene una boca de evacuación; necesita reparaciones urgentes, y su diámetro no tiene capacidad para absorber las aguas de Los Silos y Garachico”.

Hernández se pregunta “cómo es posible que el Cabildo de Tenerife defienda en el año 2021 un proyecto para verter aguas residuales al mar, que es algo absolutamente contrario a la sostenibilidad, y se hayan cerrado en banda y se nieguen a apoyar una alternativa como la depuración mediante SDNR, que apenas requiere consumo de energía y tiene unos costes de mantenimiento mínimos, ya que solo necesita jardineros”.

Aprovechar la orografía

El modelo que defiende el colectivo se quiere implantar en una parcela cedida por el Ayuntamiento de Los Silos, “aprovechando la orografía del terreno”. Según Hernández, tendría capacidad para tratar las aguas residuales del municipio y las canalizadas desde Garachico, que podría reutilizar Los Silos. El SDNR, diseñado por José Peraza, incluye el filtrado previo de los sólidos para pasar las aguas residuales, por gravedad, primero por un reactor anaerobio, completamente cerrado, donde las bacterias comienzan la depuración; un humedal hidropónico donde determinadas plantas continúan la el proceso, y una laguna o estanque de acumulación para aprovechar las aguas para riego de jardines, baldeos o lucha contra incendios. Para Garachico, las dimensiones previstas para la instalación rondarían los 5.600 metros cuadrados, el equivalente a un campo de fútbol de tamaño medio.