Gym, fitness, crossfit, box, coach... Las calles de Santa Cruz se llenan de referencias en inglés, la lengua de la actividad física. Pero quienes llevan esas palabras sobre chándales o sudaderas son de aquí. Y muy normales, los adictos al culto al cuerpo son los menos. Vinculados al sector de gimnasios y otros centros, no solo deportivos, sino culturales como las academias de danza –ahí está, por ejemplo, al pie del cañón el coreógrafo Genaro Arteaga–. Cientos de personas que reivindican el valor de lo que generan: salud.

Una pancarta preside la marcha por los raíles de un tranvía parado para dejar paso: “El deporte es vida. Luchamos por nuestros derechos. Gimnasios abiertos, ya”. La protesta es pacífica en medio de un discreto operativo policial. El grito más repetido: “No al cierre”, junto a declaraciones de principios: “Prefiero un cuerpo sano que ir a Meridiano”. Un cartel concilia: “Centros comerciales sí, gimnasios también. Todos queremos trabajar y sobrevivir”. Y otro aclara: “No somos el problema, somos la solución”. Pero “si me obligas a cerrar, ¿cómo voy a pagar?”.

21

Los gimnasios de Tenerife salen a la calle en demanda de ayudas por la crisis del Covid Carsten W. Lauritsen

“Si los médicos de familia no atienden, nosotros queremos beneficiar a personas con patologías como hipertensión, diabetes y demás”. La reflexión es de uno de los organizadores, justo a lado de significativos mensajes: “Entrenar libera hospitales” y “Somos necesarios como centros sanitarios”. Más oportunos, imposible.

Entre la masa hay personajes peculiares. Del incasable hombre del tambor a Anónimo, careta incluida, que como llegó se fue: arrastrando la columna de sonido que ameniza la mañana con ritmos de rapeo reivindicativo.

“Gimnasio es salud” se lee cuando comienza a lloviznar. A la una llega el frío y la gente se va. Han gritado por lo suyo en un desahogo de rebelión. La rebelión de Hércules y Xenas, pero, también de gente de toda edad y condición física. Hasta con mascotas o niños en carrito. De Santa Cruz, La Laguna, Icod, Puerto de la Cruz, Arona o Granadilla. Unidos para defender su futuro y el de muchos otros.