Tenerife se consolida como la Isla más poblada de Canarias, lidera el crecimiento demográfico en el Archipiélago y multiplica por cinco el aumento de población de Gran Canaria en los últimos cinco años. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó recientemente la revisión oficial del Padrón municipal a 1 de enero de 2020, unos datos que agrandan la brecha poblacional entre las dos islas capitalinas. Entre 2016 y 2020, Tenerife ha ganado 40.420 nuevos habitantes, el equivalente a una población como La Orotava. En ese mismo periodo, Gran Canaria suma apenas 7.691 nuevos residentes, la población de El Paso (La Palma).

En 2015, Tenerife tenía 888.184 habitantes y Gran Canaria, 847.830. La diferencia poblacional en ese año era de 40.354 personas en favor de la capital de la provincia tinerfeña. Según los datos recién publicados por el INE respecto a 2020, Tenerife tiene 928.604 habitantes, 73.083 más que Gran Canaria (855.521). Una diferencia similar a la suma de las poblaciones de Adeje (49.030) e Icod (23.316).

El ritmo de crecimiento es mucho más acelerado en Tenerife, pero también comenzó antes, concretamente en 2016, cuando ganó 2.927 habitantes (casi la población de El Tanque) mientras que Gran Canaria continuó perdiendo población en los años 2016 (-2.635) y 2017 (-2.037). Los números son positivos en Gran Canaria desde 2018 (+3.559), pero el ritmo de incremento es mucho menor que el de Tenerife. En 2018, 2019 y 2020, Gran Canaria ganó 3.559, 4.514 y 4.290 habitantes, respectivamente. En esos tres años, Tenerife sumó 10.077, 13.128 y 10.763, una diferencia acumulada de 21.605 personas más en favor de Tenerife en apenas tres años.

Los datos del INE señalan que en 2020 Tenerife sigue liderando el crecimiento poblacional de Canarias al aportar 10.763 nuevos habitantes, algo más de la mitad del crecimiento en todo el Archipiélago. Las diferencias con el resto de islas son evidentes: Gran Canaria ganó 4.290 residentes; Lanzarote, 3.523; Fuerteventura, 2.846; La Palma, 787; El Hierro, 179; y La Palma Gomera, 175.

El doctor, investigador y profesor titular de Geografía Humana en la Universidad de La Laguna (ULL) Vicente Zapata subraya que “atendiendo a esos datos provisionales, Tenerife registra la mitad del crecimiento que ha experimentado Canarias en su conjunto, 10.763 efectivos de un total de 21.085, el 51%. Y creciendo un 1,17% frente al 1,0% regional. La población tinerfeña se viene recuperando tras la finalización de la última crisis económica, pero este último año crece menos que el anterior, lo que es lógico en un año atípico y muy complejo por el efecto de la pandemia. Con todo, ha seguido sumando habitantes”.

La inmigración es la clave

Zapata considera que un análisis a escala nacional ayuda a entender el porqué de este crecimiento: “El crecimiento natural es realmente exiguo, siendo, una vez más, la inmigración el factor fundamental que explica el crecimiento poblacional. La población de origen latinoamericano ha seguido manteniendo altos indicadores de crecimiento en España y comunidades como la venezolana han aumentado en más de 50.000 personas. Seguro que eso ha tenido reflejo en Tenerife, al igual que la comunidad italiana entre los europeos comunitarios, que son dos de los grupos humanos que más han crecido en Tenerife en los últimos años”.

“Tenerife sigue y marca en parte la tendencia regional de crecimiento, porque nuestra región es una de las comunidades autónomas que ve aumentar su población en este último año”, resalta Zapata, quien añade que “a falta de más datos, habrá que hablar de hipótesis, como, por ejemplo, que ha continuado la llegada y el asentamiento de población inmigrante de origen extranjero, seguramente con la instalación de personas venezolanas e italianas, entre otras. Aún desconocemos si la pandemia ha provocado la salida de personas que se han visto afectadas por el cese o la ralentización de la actividad económica, algo que habrá que valorar en los próximos meses”.

A juicio de Zapata, “también habrá que valorar hasta qué punto islas como Tenerife y Gran Canaria, incluso otras de las no capitalinas, se han convertido en refugio para población de origen europeo. Llegados, por ejemplo, por los efectos más devastadores de la pandemia en países como Reino Unido o más recientemente Alemania, Francia y, sobre todo, Italia”.

Otro factor a tener en cuenta, según este experto, será “el impacto del teletrabajo respecto a la migración de personas y familias hacia el archipiélago para realizar su actividad económica desde aquí, algo que ya ha tenido reflejo en los medios de comunicación. Sin duda, Canarias tiene y tendrá un atractivo especial para personas y familias que buscan un lugar con más seguridad y amplios y diversos servicios que ofrezcan respuesta a sus necesidades”.

Zapata considera que Gran Canaria “sigue una pauta similar a Tenerife, porque, en el último año, también ha ralentizado su crecimiento”. Sin embargo, Tenerife parte con la ventaja de contar con unas cifras más elevadas de población y una incidencia mayor de los fenómenos migratorios regulares, “por lo menos en los últimos años”.

Los datos del Padrón municipal reflejan un crecimiento poblacional en todos los municipios de Tenerife con cuatro excepciones casi anecdóticas: La Matanza y Garachico, que pierden dos habitantes cada uno; Tegueste, que pierde siete respecto a 2019, y La Victoria de Acentejo, que tras años de crecimiento sostenido pierde 27 habitantes, un exiguo 0,29% de su población total (9.158). Las localidades que más incrementan porcentualmente su población son San Miguel (+3,51%), El Tanque (+3,22%), Vilaflor (+2,87%), Adeje (+2,42%), Güímar (+2,33%), Granadilla (+2,16%) y Guía de Isora (+2%).

En términos absolutos, y de acuerdo con su mayor peso demográfico, los principales aumentos se concentran en Santa Cruz (+1.882), La Laguna (+1.408), Arona (+1.561), Adeje (+1.161) y Granadilla (+1.087). El crecimiento poblacional insular se centra en los municipios del Sur, que suman 6.257 vecinos, y en el área metropolitana, que aporta 3.409 habitantes más. En el Norte el aumento es de 1.097 vecinos, 5,7 veces menos que en el Sur.

El alcalde de San Miguel de Abona, Arturo González, valora el crecimiento, pero no esconde que también genera cierta inquietud en los tiempos actuales: “Las cifras en cierto modo asustan y responsabilizan porque nos obligan a mejorar los servicios a la población y ahora tocará abordar la postpandemia desde los servicios sociales. Nosotros queremos seguir siendo un pueblo, no una ciudad, pero algo debe tener el agua cuando la bendicen”. Además, añade que estos son los datos a 1 de enero de 2020, “pero durante el resto del año se ha mantenido un crecimiento poblacional considerable”.

Román Martín, alcalde de El Tanque, detalla que en los últimos años su municipio “ha venido experimentando una tendencia demográfica favorable a raíz de la apertura del anillo insular, el retorno de muchas familias venezolanas y el considerable aumento de los servicios municipales”.

La alcaldesa de Vilaflor, Agustina Beltrán, considera que “con la consolidación de las nuevas tecnologías lo de vivir en el campo no es ningún problema, puesto que se puede trabajar desde casa, con la ventaja de tener un espacio más amplio por las estructuras de las viviendas, algo muy diferente a estar en un piso. Eso ha hecho que muchas personas busquen alojamientos fuera de las grandes urbes, cosa que nos beneficia. A eso se suma el retorno de jóvenes a las casas familiares, lo que contribuye a que aumente la población”.

Airam Puerta, alcalde de Güímar, subraya que el incremento de 2020 ha estado “muy por encima de años anteriores, lo que permite consolidar a la localidad en la categoría de los municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes. Y eso implica tener más competencias y más ingresos. Es una satisfacción y una responsabilidad”. A su juicio, “la aplicación de nuevas políticas en el municipio también ayuda”.

Para José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje, “son datos positivos porque muestran un municipio vivo, activo y atractivo para residir. Que el padrón evolucione es bueno, aunque también debemos fijarnos en que lo haga de manera mesurada y ordenada para poder seguir dando buenos servicios a la ciudadanía. Se trata de que exista un equilibrio entre el crecimiento poblacional y el desarrollo de infraestructuras y servicios. Un ayuntamiento como el nuestro debe hacer un gran esfuerzo para atender a toda esa población y a la población extra que supone el turismo en condiciones normales, sin pandemia, lo que nos obliga a dar servicios a 150.000 personas”.

Isla Baja: menos vecinos que en 1960

La despoblación de los cuatro municipios de la Isla Baja, en el noroeste de Tenerife, comenzó a finales de los años 90 del siglo XX y se agravó en el siglo XXI. Entre 1994 y 2020, las localidades de Buenavista del Norte, Los Silos, El Tanque y Garachico han perdido 3.119 habitantes. Hace 26 años, Buenavista tenía 823 habitantes más; Garachico, 1.154 más; Los Silos, 862 más, y El Tanque, 280 más. La pérdida de población ha sido tan importante que la Isla Baja tiene en 2020 menos población que en 1960. La Isla Baja tenía hace 60 años un total de 18.137 habitantes, 887 más que en 2020, cuando la cifra global se fija en 17.250. En 2020, El Tanque es el segundo municipio que más crece de Tenerife (un 3,22%) y también tienen cifras positivas Los Silos (+1,06%) y algo menos Buenavista (+0,16%). Garachico pierde dos habitantes. El experto en Geografía Humana Vicente Zapata no percibe un cambio de tendencia: “Los registros de crecimiento son pequeños, insignificantes en Buenavista y hasta negativos en Garachico. Sólo El Tanque y Los Silos parecen aumentar, probablemente por la incidencia del asentamiento de población latinoamericana. Esa comarca sigue presentando los datos de envejecimiento más pronunciados de la isla, por lo que este aporte corregirá poco su dinámica demográfica”.