El afán cada vez más extendido de hacerse fotografías –para luego subirlas a las redes sociales– en los parajes naturales más impresionantes se ha convertido en todo un peligro para la naturaleza. Uno de los espacios más amenazados de la Isla por el efecto postureo está en el sur de Tenerife. Se trata de Los Escurriales, más conocido como Paisaje Lunar, situado en un punto del Parque Natural de la Corona Forestal perteneciente al municipio de Granadilla de Abona.

Los conservacionistas critican que la llegada cada más numerosa de noveleros a este singular espacio donde se entremezclan caprichosamente materiales volcánicos con la acción escultórica de la erosión causa daños irreparables. “Desgraciadamente este es uno de los puntos de nuestra naturaleza que se han puesto de moda para la cada vez más extendida foto de postureo en las redes y que tanto daño está haciendo a muchos lugares emblemáticos: masificación, residuos, erosión del terreno y daño a la flora”. Lo denuncia Pasa Sin Huella en su perfil de Facebook, un grupo formado por 60 asociaciones ecologistas, de montañeros, agentes medioambientales e investigadores de Canarias.

Jaime Coello es el portavoz de la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello, uno de estos colectivos conservacionistas que participan en Pasa Sin Huella. Asegura que han pedido al Cabildo de Tenerife que ponga carteles por todo el Paisaje Lunar para informar de que está prohibido acceder a él. “Había carteles que lo avisaban pero se fueron degradando y ya no queda ninguno. Hemos pedido al Cabildo que los reponga e incremente la vigilancia”, asegura Coello, que advierte de la degradación cada vez mayor que sufre el paraje por la constante llegada de excursionistas. “Un poco por la atracción del lugar y un poco por el incremento de personas que salen a la naturaleza por la pandemia, hemos observado importantes afecciones en el Paisaje Lunar, espacio que, además de tener una gran riqueza natural, es frágil”, remarca Jaime Coello.

Los Escurriales tienen tanto valor que figuran en el Inventario de Lugares de Interés Geológico de España, confeccionado por el Instituto Geológico y Minero Nacional. “Son depósitos de piedra pómez esculpidos por el viento y la lluvia con una fisonomía única y muy especial”, comenta el portavoz de la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello. Jaime Coello recuerda que hay varios senderos que conducen a este punto a las puertas del Parque Nacional del Teide. “Entrar en él no está permitido. Para disfrutarlo basta con verlo desde una distancia prudencial. Pero hay mucha gente que no respeta las normas, por desconocimiento –y eso que hay información en internet– o porque ponen el interés de hacerse la foto por encima del bien común”, subraya.

Hay otros puntos de gran valor natural del Sur, más o menos protegidos y parecidos al Paisaje Lunar, que se encuentran también amenazados por el efecto postureo. Coello pone el ejemplo del Arco de Tajao o de Bijagua, muy cerca del pueblo pesquero de San Miguel de Tajao, en Arico. Es una de las formaciones geológicas más singulares de Tenerife. A escasos metros de la autopista del Sur y de muy fácil acceso, este arco volcánico formado por la erosión mide 30 metros de largo y 10 de alto. También se ha convertido en un lugar muy frecuentado para hacer fotografías. En su caso, no está prohibido visitarlo.

Para todos estos espacios que llaman tanto la atención, los conservacionistas piden más medidas de protección. “Tiene que haber una combinación de control de las autoridades, información y concienciación ciudadana. Si no, será imposible conservarlos. Los perderemos para siempre”, resalta Coello, cuya asociación, junto a Pasa Sin Huella, denuncia permanentemente a través de sus redes los atropellos a los lugares más importantes de la naturaleza tinerfeña.

Situado en los altos del municipio de Granadilla de Abona, entre pinos, el Paisaje Lunar se ha convertido en uno los puntos que más atraen a los amantes del postureo. Está formado por depósitos de piroclastos (fragmentos sólidos de material volcánico) emitidos en distintas y sucesivas erupciones explosivas de magmas viscosos. El viento y la lluvia han terminado de configuran un paraje singular, único, pero muy frágil. Cada pisada o alteración de los excursionistas lo degrada. Está prohibido entrar al Paisaje Lunar. |