El ya pasado 2020 ha sido un año nefasto en cuanto a las necesidades y el aumento de la pobreza en la Isla. Lo demuestran los datos –cerrados el 30 de diciembre tras el reparto a familias de San Isidro (Granadilla de Abona)– de la ONG Sonrisas Canarias. Tiene sede en el barrio capitalino de Valleseco, pero su trabajo solidario abarca toda la Isla. Son 19 municipios de las distintas comarcas los que reciben las ayudas básicas de alimentos destinados a familias necesitadas. Han aumentado casi en un 44% durante 2020. Así han pasado de las 2.010 de 2019 a las 2.893 del año pasado. En cuanto a juguetes, la campaña de Reyes ha triplicado las cifras y ya se han superado los 1.700 regalos a niños de familias vulnerables. En el balance de municipios en primer lugar se sitúa Tacoronte con 949 familias, seguido de La Laguna con 954 –en la comparativa según la población– y Santa Cruz con 414.

Luis Febles, fundador y presidente de la entidad, quiere antes que nada “agradecer a todas esas personas, empresas, donantes, al Ejército, con la unidad AALOG-81, y a las administraciones públicas que nos han apoyado en uno de los años más oscuros desde que nacimos en 2004”. Considera en este sentido que “la crisis actual, que ha tenido un origen sanitario, ha sido mucho más dura que la de 2008 en cuanto a sus consecuencias sociales y económicas”. Febles recuerda que “principalmente hemos repartido alimentación a muchos vecinos. Del Área Metropolitana, del Norte y del Sur”. Añade que “cientos de personas han pedido ayudas, sobre todo en los peores momentos de la pandemia, y hemos estado ahí”. Todo ello –subraya– “gracias a los voluntarios que desde primer momento se han prestado a colaborar”.

Iniciativas excepcionales

Febles hace hincapié en las más de 700 ayudas extraordinarias, las SOS –atención en primera instancia–, que han tenido que afrontar, sobre todo durante el confinamiento. El balance general: ayudas directas a 11.750 personas de todo Tenerife. El presidente de Sonrisas Canarias considera 2020 “un año para olvidar” y 2021 lo afronta “con mucha esperanza”. La pandemia y las restricciones subsiguientes obligaron a muchas familias sin recursos a pedir auxilio y recurrir a la ONG. Por ello, a las cifras que se adjuntan en las estadísticas hay que añadir a esas casi 700 ya mencionadas y atendidas en el Norte y Sur de la Isla.

Una única ONG ayudó a casi 3.000 familias de la Isla el año pasado.

Sobre todo en los primeros meses de la pandemia –el período de marzo a julio– el incremento de la demanda fue respondido con un aumento de los voluntarios tanto en el Norte como el Sur para atender las peticiones casi en 24 horas tras la llamada de socorro. En concreto fueron 16 en la Zona Norte y 14 en el Sur. Provisionalmente se les acreditó para atender las situaciones de riesgo con un documento a presentar a la Policía cuando lo solicitara. Llegaban antes que los ayuntamientos y luego derivaban a los servicios sociales. Había que actuar así para responder con la máxima rapidez a las demandas de auxilio de quien lo estaba pasando muy mal. Febles considera “una debacle” lo ocurrido en el Sur. Allí, reseña, “el panorama era de hoteles vacíos y un sinfín de empresas en quiebra cuyos trabajadores son los que piden ayuda”.

Cabe destacar el hecho de que Tacoronte se ponga a la cabeza entre los municipios pese a tener bastante menos población que las grandes ciudades del Área Metropolitana. Le siguen La Laguna y Santa Cruz, donde ha aumentado la demanda, pero no en la misma medida debido, principalmente, a que existen más colectivos de reparto. También es considerable el aumento en Güímar y La Matanza de Acentejo. Uno de los voluntarios no puede evitar contarlo: “Hay quien dice que somos más conocidos en el pueblo que el propio alcalde de Tacoronte”.

El mes con más ayudas en 2020 fue el pasado octubre (321) aunque luego la tendencia ha sido descendente en el resto del último trimestre. Curioso que siga enero (319) el único normal junto a febrero, antes del confinamiento. Junio (277), julio (260), agosto (196) y, sobre todo, septiembre (296) fueron catastróficos, justo en una desescalada fallida que coincidió con el verano.

Los repartos semanales han tenido como escenario cada jueves la sede de la ONG en el número 33 de la calle Juan Silvestre, junto a la torre de la iglesia de Valleseco. En diciembre han sido durante dos días a la semana, martes y jueves. Febles explica que “por fortuna ya no se ven las colas de antes porque funcionamos con cita previa”. También destaca que “damos los juguetes en una bolsa negra para que nadie vea qué se lleva la madre”. Ante todo, dignidad pese a la pobreza. O por eso mismo.