El PSOE ha expulsado de forma definitiva a José Julián Mena, alcalde de Arona, del partido. El Comité de Ética y Garantías de la dirección nacional envió el pasado miércoles al alcalde el escrito en el que rechaza sus últimas alegaciones. Con esta decisión, Mena agota todas las opciones de recurso a través de la vía orgánica, es decir, en el seno de la formación socialista. Ahora solo le queda una vía externa, la judicial. José Julián Mena es alcalde tránsfuga y pasará al grupo de no adscritos cuando el Ayuntamiento reciba la última notificación del órgano de la dirección nacional del PSOE –se producirá en los próximos días– y el pleno de este primer mes de 2021 lo reconozca como tal.

Las direcciones nacional, regional e insular del PSOE echaron a José Julián Mena el 16 de noviembre por faltas “muy graves”, entre ellas negarse a acatar la orden de estos órganos –de julio del año pasado– de entregar el acta de concejal. Tras conseguir una mayoría absoluta en las elecciones de mayo de 2019, Mena llevó al grupo de gobierno y al Ayuntamiento de Arona a una grave crisis política tras destituir el 22 de junio de 2020 a Luis García, concejal de Urbanismo, y hacerse cargo de este área.

García había advertido a sus compañeros del gobierno municipal de una presunta trama, compuesta por personas cercanas al alcalde, que extorsionaría y coaccionaría a funcionarios y empresarios para controlar supuestamente el urbanismo en el municipio, con la revisión de un Plan General en el trasfondo. Mena respondió cesándolo, a lo que García reaccionó llevando el caso a la Fiscalía de la Audiencia Provincial, que investiga estos hechos. La presunta trama estaría formada por el abogado Felipe Campos y Nicolás Jorge, asesor de Mena e investigado por presuntos delitos relacionados con la corrupción urbanística de su etapa como edil de Granadilla de Abona.

Con la expulsión de Mena, las direcciones nacional, regional e insular de los socialistas –que han actuado de forma coordinada– pretenden resolver la inestabilidad política instaurada en el ter-cer municipio de la Isla, el quinto de Canarias por población –tiene empadronados a más de 100.000 habitantes– y uno de los más relevantes desde la perspectiva económica, al ser una potencia turística mundial. El grupo de gobierno socialista está roto y sin opciones de reconciliación –seis ediles apoyan a Mena y otros seis a García– y las direcciones socialistas también se vieron obligadas a imponer una junta gestora al frente de la agrupación aronera. Fueron apartados el propio Mena –como secretario general– y el presidente, Agustín Marichal, sobre el que también pesa un expediente de expulsión del PSOE pendiente de culminar.

El pleno del Ayuntamiento de Arona del 26 de noviembre pasado iba a reconocer a Mena como tránsfuga –tras recibir la notificación de su expulsión por parte del PSOE– pero el propio Mena lo impidió pese a que la medida figuraba en el orden del día. Lo hizo retirando el punto en el que se iba a abordar la toma en conocimiento de su declaración de no adscrito después de que el secretario presentara un informe complementario. Concretamente, el funcionario señaló que el mismo día del pleno recibió copia del escrito de alegaciones de Mena a la Comisión Federal de Ética y Garantías contra su expulsión. El rechazo a esas alegaciones de Mena fue el que se comunicó el miércoles al alcalde aronero.

Será teóricamente en el próximo pleno en el que se dé por oficial el paso a tránsfuga de José Julián Mena, lo que puede abrir la puerta a una moción de censura. Los principales partidos de la oposición, especialmente el PP y CC, están hartos de la deriva del gobierno menista en absoluta minoría. Águeda Fumero, portavoz del Grupo Popular de Arona, aseguró que la situación del Ayuntamiento, con un alcalde que se intenta aferrar al poder con las argucias que sean, es deplorable. “Arona vive en un culebrón permanente, en un desgobierno insostenible en el peor momento posible para los vecinos de un municipio muy importante”, subrayó.