La carretera TF-21, que une el casco de la Villa con Aguamansa, es una vía clave para acceder al Parque Nacional del Teide, pero en su entorno también residen más de 8.000 vecinos de los barrios altos de La Orotava. La Asociación Don Víctor, donde tienen representación las asociaciones de vecinos de los ocho núcleos de las medianías villeras, reclama que no se olvide este proyecto y que se ejecute el último tramo pendiente de ampliación y mejora de esta vía: los seis kilómetros entre Barroso y Cañeño. El presupuesto de esta actuación ronda los 32 millones de euros.

La mejora de la TF-21 es una de las ocho prioridades que los colectivos vecinales de los altos de La Orotava defienden para mejorar el desarrollo y la calidad de vida de las medianías: una sala o auditorio de usos múltiples en Barroso; un plan de accesibilidad; una red de riego y de recogida de aguas pluviales; el nuevo Centro de Salud de Barroso, que comenzó a construirse en agosto de 2019 con un presupuesto de 1.110.000 euros, pero se paralizó poco después y sigue sin retomarse; la red de saneamiento; la extensión de la red de fibra óptica por los barrios altos, y la adaptación del Plan General de Ordenación (PGO) a la realidad de las medianías.

Tener una carretera TF-21 en buen estado, también en el acceso a La Caldera, es una vieja demanda de los vecinos de las medianías. Entre 2003 y 2009 se actuó en varios tramos de esta carretera, pero quedó pendiente esta parte intermedia, llena de curvas y con e firme cada vez más deteriorado. Los seis kilómetros que faltan se encuentran entre el punto kilométrico 7 y el 13, aproximadamente, entre el Camino de La Sierra-El Sauce, en Barroso, y la Cueva del Negro, en Cañeño.

Once años de espera

La primera fase del proyecto de mejora de la TF-21, entre la zona de El Recodo y el cruce del camino de El Sauce se inició en 2003 y culminó en 2006 y supuso una inversión de 6,5 millones de euros. La segunda fase, desde Aguamansa hasta Cañeño, se inició en 2007 y se prolongó dos años más. Supuso entonces una inversión de 4 millones de euros. Tras 10,5 millones de euros de inversión, la tercera y última fase se ha paralizado durante casi once años.

El objetivo de la mejora del tramo central de esta vía es crear un trazado más rectilíneo que el actual en todas las partes en las que sea posible, así como reducir las curvas. Dotar a la vía de una mayor seguridad para vehículos y peatones mediante la adecuación de los dos carriles con arcenes y la creación de varias rotondas. Además, se crearán muros de contención con piedra natural para generar el menor impacto posible.

Curvas peligrosas

En la actualidad, este tramo de la TF-21 tiene zonas con curvas muy cerradas y pasos estrechos en los que la circulación de guaguas y camiones de gran tonelaje supone un riesgo. En este proyecto aún pendiente, retomado por el Cabildo de Tenerife en el mandato anterior, se incluyeron algunas de las propuestas aportadas por los representantes de la Asociación Don Víctor: la previsión de la red de saneamiento principal; marquesinas de piedra vista para adaptarlas al entorno; la canalización de las aguas pluviales; las canalizaciones para soterrar la red de media y baja tensión; la extensión de la red de fibra óptica para que llegue a todos los barrios; zonas ajardinadas; arcenes adaptados a cada zona, y una señalización adecuada de los caminos.

Los representantes vecinales valoran que el Cabildo Insular de Tenerife retomara la actuación en el año 2017 y presentara el proyecto en 2018, pero en los últimos dos años apenas se han producido avances importantes y la obra sigue sin salir a licitación. Los colectivos vecinales se implicaron, además, para facilitar las expropiaciones de los 282 terrenos afectados. Mediaron con los vecinos y allanaron el camino a las administraciones para acelerar una obra que en principio sólo afectará a una vivienda.

Centro médico de Barroso

El nuevo centro médico de Barroso es otro anhelo de los vecinos de los altos de La Orotava, ya que esta infraestructura atiende a una población de 2.355 personas. Tras unas semanas de trabajos, en el verano de 2019, que se centraron en el desmonte de la parcela, la obra se paralizó por la inestabilidad de un muro cercano, que ponía en riesgo varias viviendas cercanas. El proyecto ha tenido que modificarse para reforzar esa zona y todo el procedimiento debe comenzar de nuevo, tras la renuncia de la empresa adjudicataria. El Gobierno villero ha dicho que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias tiene previsto volver a sacar a licitación este centro en el año 2021.