Lo que se presagiaba como unas plácidas vacaciones de ida y vuelta a Escocia se han convertido en una auténtica tortura para Ankor Ramos, un policía local de Santa Cruz amante de los viajes y la fotografía que hace 15 días partió a la región de las tierras altas de Reino Unido con el objetivo de conocer los secretos de sus principales paisajes, ciudades y pueblos. La sorpresa se presentó el pasado domingo cuando, ya con el billete en la mano para un regreso directo a Canarias desde Edimburgo, los empleados de la compañía de bajo coste Ryanair le denegaban el viaje porque “tenía que presentar una PCR”. Y la queja no se hizo esperar. De nada sirvieron las explicaciones sobre la legislación vigente en Canarias o la intervención del Consulado español para que el viajero subiera al avión. Ankor se quedó en tierra.

La paradoja surge desde el minuto uno cuando para viajar a Escocia no se le exigía ningún tipo de prueba a los viajeros procedentes de Canarias, especificando las Islas como un territorio diferenciando del Estado español. Con esas condiciones Ramos se echó la mochila al hombro, cogió el avión y pasó 10 días visitando todos los rincones de tierras altas y a la hora de regresar todo cambió. Se le exigió una prueba.

El tinerfeño Ankor Ramos en Edimburgo. | | ANKOR RAMOS

Se trata de un ejemplo de lo que le puede ocurrir a cualquier canario si decide viajar por Europa con la confusión como bandera en base a unas normas marcadas por la pandemia que se interpreta de distintas formas en cada uno de los países; por cada una de las compañías aéreas; o por agencias de viaje. Una vez con la negativa para embarcarse, a Ankor no le quedó otra que buscarse la vida por todas partes “sin posibilidad de salir del país”. Cancelación de billete, respuesta negativa del seguro por cancelación de viaje suscrito y la búsqueda de un laboratorio para hacerse la prueba de la Covid-19 para poder regresar a Tenerife. Todo ello con el consiguiente gasto que supone quedarse una semana más hospedado en Edimburgo, comer y hacer vida hasta que el viernes, previsiblemente, pueda coger el avión de regreso, si finalmente le llegan los resultados de la PCR que realiza hoy, martes. “Menos mal que he conseguido un hotel céntrico en Edimburgo a 30 euros la noche”, puntualiza. Lo único que quiere Ankor es olvidar el estado de locura en el que se ha visto envuelto desde el viernes pasado, con la incertidumbre de no saber si finalmente podrá regresar o le surgen más piedras en el camino que le impidan volver a casa.

Ni la intervención del Consulado de España en Edimburgo pudo convencer el domingo a los empleados de la compañía Ryanair

“No sé lo que ha pasado. Tengo ciudadanía española y me han solicitado la PCR cuando voy en un vuelo directo sin escalas desde Edimburgo hasta Tenerife. No sé si es legal o no, la verdad. Lo único real es que estoy atrapado aquí sin que se solucionen las cosas”, aseveró Ankor. En su opinión, Raynair interpreta de una forma distinta la norma canaria, “exigiéndome la PCR y por eso no puedo volar”. Se queja de que la trabajadora que le denegaba el vuelo en ningún momento le dio la posibilidad de poder hablar con un superior para aclarar la situación que se había creado en base a “una orden que le han dado y se aferra a ella sin entrar en razón”. “No sé si existe descoordinación entre la compañía que opera con Canarias y el propio Ejecutivo regional”, plantea.

Fue el momento en el que el policía santacrucero llamó al Consulado de España en Edimburgo para pedir ayuda. Pero ni la intervención de un funcionario diplomático que intentó intermediar hizo que entrara en razones la empleada. Se tenía que hacer la PCR, “no sé si por el desconocimiento voluntario o involuntario de la empleada de Raynair que me atendió. Creo que no me pueden prohibir el embarque: el vuelo era directo y en Tenerife se me hace la prueba y tengo el compromiso de aislarme hasta tener el resultado”.

Ya estaba claro que Ankor se iba a quedar en Edimburgo al menos cinco días más, en el mejor de los casos, por mucho que se quejara, ya que entre lo que se hace la prueba de la PCR (la cita la tiene hoy, martes, en el mismo aeropuerto a un precio de 88 euros al cambio) y se le dan los resultados “podría coger el vuelo de regreso el viernes”. “Todo ello con los tiempos muy limitados, 72 horas. Si hay retrasos nos remontaríamos al domingo y habría que ver si sigue vigente la prueba”, apuntó con resignación.

Ahora centra todos sus esfuerzos en no darle ya demasiadas vueltas a todo lo sucedido desde que el domingo llegó al aeropuerto y se le denegó el viaje. No obstante Ankor Ramos reconoció que una vez que llegue a Tenerife “estudiaré” si se puede poner una reclamación o no al a compañía por no dejarle volar “aunque estemos en mitad de una pandemia”. Mientras tanto toca esperar sin poder hacer nada y eso se traduce al final en que el gasto de estancia en Escocia por hospedaje y comida se dispara y la molestia de estar más tiempo del que había programado para sus vacaciones.