La emblemática escultura de la pescadora regresa a la playa del muelle de Puerto de la Cruz casi cinco meses después de sufrir un atropello accidental que dañó su estructura y obligó a ejecutar una laboriosa y compleja restauración tanto interior como exterior. Esta obra del artista vasco Julio Nieto se ha convertido desde su instalación junto al muelle portuense, en el año 2008, es todo un símbolo y en una fotografía obligada para vecinos y visitantes.

El pasado 15 de julio, una excavadora que trabajaba en la obra de los nuevos colectores de aguas pluviales del muelle chocó accidentalmente con el brazo de la pescadora y la desencajó de su cimentación. Durante varias semanas permaneció torcida hasta que finalmente se llevó hasta los talleres de Fornax Fundición, en La Matanza de Acentejo, donde su autor, Julio Nieto, y Miguel Ángel Padilla se encargaron de arreglar los daños y dejarla como nueva.

La pescadora vuelve al muelle

Julio Nieto nació en Durango (País Vasco) en 1964. Se formó como maestro industrial y muy pronto comenzó a desarrollar una formación artística autodidacta que lo ha convertido en un prestigioso escultor. A los 22 años trasladó su residencia a Tenerife, donde desarrolla su obra artística desde hace ya 34 años. Nieto ha protagonizado más de una treintena de exposiciones en Tenerife, Madrid, País Vasco, Alemania, Francia, Italia o Estados Unidos.

Un orgullo para su autor

Nieto reconoce que siente un orgullo especial por la aceptación de su pescadora, “ya que es una de las piezas que más fotografía la gente. Queda a la altura de la calle, no está sobre ningún pedestal y se ha convertido en una figura muy familiar y entrañable. A veces voy a comprobar cómo evoluciona su pátina y tengo que hacer cola para poder sacarle una foto”.

La pescadora vuelve al muelle

Esta escultura fue un encargo del Club de Leones de Puerto de la Cruz y se costeó mediante aportaciones de la gente. Nieto cuenta que inicialmente planteó para esta ubicación una pescadora cuyo cuerpo está completamente formado por peces y otros animales marinos. “Era exactamente igual, con la misma postura, pero se trataba de una apuesta más arriesgada, potente y divertida, que en aquel momento se descartó. Se optó por algo más convencional como la pescadora actual”, recuerda. Aquella pescadora con cuerpo de peces también se hizo realidad. Estuvo expuesta en Barcelona y en la actualidad está en Alicante. Nieto no pierde la esperanza de que algún día pudieran reunirse “la pescadora del siglo XX con la del siglo XXI”.

Seccionada por la mitad

Tras el choque fortuito, no bastaba con recolocar la escultura y fijarla de nuevo al suelo. El golpe movió la barra de acero interior que sujeta esta escultura de bronce, así que Nieto y Padilla tuvieron que cortarla por la mitad para sustituir esa sujeción y volverla a unir. Un trabajo que duró varias semanas. “Tuvimos que reconstruir la estructura interna, repasar todas las uniones y rehacer la pátina, así que ha quedado estupenda, como nueva. Ha sido como volver a darle vida”, destaca Nieto.

En el proceso de restauración, Nieto descubrió que algunas personas habían usado la escultura “como una especie de hucha para pedir deseos”. La boca de esta vendedora de pescado está abierta, “en la posición de la letra o extendida del final de la letanía pescado, caballas, pulpooo”. Y por ese orificio muchas personas comenzaron a meter monedas que llenaron parte del interior de la obra. “Al cortarla por la mitad nos encontramos el dinero que la gente fue echando dentro en estos años”, explica Nieto entre risas.

En la mañana de ayer, operarios del Ayuntamiento portuense devolvieron a la pescadora a su lugar original con la ayuda de un camión grúa. Ya vuelve a caminar decidida con su cubo y su cesto llenos de pescado y de pulpos, como recuerdo permanente de la tradición marinera que marca el carácter de la ciudad.