El Pleno del Cabildo aprobó una moción, con los votos a favor de CC, PP y Sí Podemos, en la que se apoya al servicio de vigilancia –y su sentido público– de los trabajadores de Tragsa en el Parque Nacional del Teide. Ante la amenaza de despido de al menos parte de ellos a partir del próximo martes, día 1, cuando se cumpla la vigencia del contrato. Este fue prorrogado un año en octubre de 2019, precisamente a través de una moción institucional.

Después de una hora de receso para ponerse de acuerdo los grupos políticos –algo imposible– otra más se fue en un surrealista debate. Mientras los trabajadores se manifestaban ruidosamente fuera del Palacio Insular. Como han hecho durante toda la semana.

El debate se fue entre alusiones constantes a informes, funcionarios, técnicos y habilitados nacionales, el Interventor y el secretario general del Pleno, invitados a hablar. María José Belda, de Sí Podemos, llegó a manifestarse “asustada” por poder cometer una prevaricación de la que le advirtió la socialista Marian Franquet. Belda pidió otro receso de cinco minutos que no llegó a hacerse realidad y al final decidió seguir adelante. Se votó tres veces. La enmienda de la primera enmienda original. La segunda de CC y PP y lo que ya era una moción con todo lo anterior. De los Hermanos Marx.

“Inseguro, abierto, malo y sin garantías”. Así de contundente se expresa Ignacio Hernández, de CCOO, presidente del Comité de Empresa de Tragsa, sobre el acuerdo. Esperaban “una moción institucional con el apoyo del PSOE, que había aportado cosas. Pero hubo un cambio. La redacción final no garantiza la continuidad de Tragsa en el Teide”. Su esperanza la depositan ahora en una reunión que mantendrán el lunes con el presidente del Cabildo.