La sal y su cultivo combinan los cuatro elementos fundamentales de la antigua alquimia para la obtención del oro blanco que es la sal marina de Canarias, y basada en la Teoría griega de la Tetrasomía de las modalidades de la materia: el agua, la tierra, el aire y el fuego.

El agua, suministrada por el mar que riega, baña y salpica todas y cada una de nuestras salinas; la tierra representada por el barro y tajo sencillo o compuesto con que se mantienen impermeables las láminas de agua en los cocederos o evaporados; el aire que sopla en forma de vientos suaves, cálidos, templados, moderados o no, y el fuego que emana del sol y que al evaporar el agua hace cristalizar a los 25º ese tesoro níveo que es la sal.

En las Islas Canarias se sabe que los aborígenes ya recolectaban la sal de las charcas, cultivando la misma y salando con ella la carne y el pescado. Con el paso de los siglos y gracias a los primeros gaditanos y portugueses que arribaron a nuestras costas, se inicia la construcción de salinas tal y como las conocemos hoy en día para obtener este producto de gran valor como conservante y en la alimentación.

Agua para las papas a falta de un mes para que comience el invierno

Más frío que agua. Es el resumen del día de ayer, cuando el Gobierno de Canarias había declarado la alerta en Tenerife por fenómeno meteorológico adverso en costas y viento, lo que justificó que los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna activaran sus respectivos planes municipales de emergencia y se suspendiera, incluso, el encendido oficial de la iluminación navideña en la capital, prevista para la tarde de ayer.

Los termómetros registraron una bajada de temperatura, con Izaña a 2 grados bajo cero que contrastó, en el mismo territorio insular, con los 22,5 grados –temperatura máxima en Tenerife– del Aeropuerto Reina Sofía, en el Sur.

Aunque el operativo se puso en marcha desde las ocho de la mañana, el palo de agua se cebó con La Laguna, la Península de Anaga y la comarca norte entre las diez de la mañana y poco después del mediodía. Hasta las seis de la tarde de ayer, los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) acreditaban lo que era una percepción entre vecinos y visitantes: La Laguna fue la localidad de la Isla donde más llovió, ayer, al registrarse 39.6 mm, seguida de la capital tinerfeña, con 26.8 mm, o los 21.4 mm del Aeropuerto Los Rodeos, o los 20.6 de Izaña.

Agua para las papas a falta de un mes para que comience el invierno

Junto a la lluvia, y la incomodidad que supone para transeúntes y para conductores –en especial aquellos que se vieron sorprendidos en la zona de Jardina y Las Mercedes–, la velocidad máxima del vientos se cebó con Iñaza, en el Parque Nacional del Teide, con hasta 120 kilómetros por hora, poco después de las tres de la tarde. La racha más fuerte tuvo lugar, según los datos registrados por la AEMET, a las 15:00 horas, en la estación de Izaña, y alcanzó los 149 kilómetros por hora.

En el Aeropuerto de Los Rodeos, en La Laguna, la segunda zona más afectada por el viento, la velocidad máxima alcanzó los 60 kilómetros por hora, a las seis de la tarde, si bien la racha máxima fue a las tres de la tarde, cuando superó los 80 kms/h.

El día comenzó con el arrastre de los desprendimientos que dejó la noche en la carretera de acceso a Anaga, ya fuera desde Jardina, en La Laguna, o por la subida de Taganana, en Santa Cruz. Los equipo de trabajo de Dragados contratados por el área de Medio Ambiente en colaboración con el Cabildo y la corporación chicharrera dejaron expedito el paso hacia Casas de la Cumbre y los caseríos del entorno que la noche anterior se habían quedado sin energía eléctrica y también privados de cobertura telefónica.

Santa Cruz se levantó con agua

Las primeras lluvias que sorprendieron a los padres llevando a sus hijos al colegio hacían temer una jornada pasada por agua. Pero se quedó en lo que pudo haber sido y uno fue, con tapas de alcantarillas que evidenciaban que estaban desbordadas por las aguas pluviales. Según los datos facilitados por el Cecopal de la capital tinerfeña a las seis de la tarde de ayer, las precipitaciones provocaron 24 incidencias por desprendimientos, caídas de árboles o ramas, atascos de alcantarillas y fallos en los sistemas semafóricos.

A las diez de la mañana, un desprendimiento en la carretera de Igueste motivó que se activaran los efectivos de la Policía local, que procedieron a restituir la normalidad en la zona, en colaboración con voluntarios de Protección Civil que atendieron pequeñas incidencias, como las tapas de alcantarillas que se levantaron en la transitada avenida Benito Pérez Armas. El agua empapada, pero afectaba de forma desigual a los distritos de la capital. En la calle Adalberto Benítez Togores, en la zona de Las Mimosas, unas ráfagas de viento derribaron unas ramas a la calzada cerca de las dos de la tarde, casi a la vez que desde la autovía de San Andrés se recibía la llamada de alarma de que una piedra de grandes dimensiones – del tamaño de un jeep– había caído desde la ladera sobre el arcén de la vía, a unos cien metros de la salida del pueblo de San Andrés, por lo que hasta los efectivos de la Guardia Civil se movilizaron hasta la zona para contribuir a velar por la seguridad en el tránsito, después de acotar el carril más próximo a la ladera.

Desde el distrito de Anaga al del Centro. En la avenida 25 de Julio fue precisa la intervención de efectivos de Protección Civil para aliviar las aguas pluviales, mientras que también los voluntarios se trasladaron al Sureste para retirar las hojas de palmeras que cayeron a la calzada de la TF293, en Santa María del Mar.

En Anaga, el agua empapó el campo para la cosecha pero no provocó desprendimientos relevantes; tampoco se registró cortes de suministro ni en la cobertura telefónica. Fulgencio Ramos, vecino de Cumbres de la Cumbre, contó cómo un palo de agua lo sorprendió poco después de las diez de la mañana en Jardina. De regreso a su casa, se trasladó en medio de la normalidad de un día de lluvioso y gracias al despliegue realizado por las cuadrillas de mantenimiento, hasta el punto de que, tan reivindicativo como se le reconoce como histórico dirigente vecinal de la zona, hasta lamentaba que “con la que está cayendo y esta gente mojándose en la carretera con la que está cayendo; es que es hasta un peligro para ello y también para los conductores”. Ya a primera hora de la tarde, hasta el tiempo se despejó en la Península de Anaga; más frío que agua.

La Laguna, pasada por agua

Desde primeras horas de la mañana, el Ayuntamiento de La Laguna activó el Plan de Emergencias Municipal (PEMU) coordinado a través del Cecopal. A lo largo del día los servicios de seguridad y emergencias han atendido las llamadas ciudadanos sobre esas incidencias, aunque sin que se haya registrado un caso grave. En la avenida La Trinidad se atendió varias inundaciones en la vía; o una vivienda anegada, así como una incidencia vinculada a un vehículo atrapado en el hueco de una alcantarilla; más dos casos de caída de cascotes sin más importancia.

Además se registraron once 11 incidencias por levantamiento de alcantarillas, dos por posible caídas de postes de alumbrado público, tres caídas de árboles y una por persona que se estaban bañándose en las piscinas.

La lluvia empapó el norte de Tenerife durante casi toda la jornada de ayer, pero sin causar incidentes dignos de mención, toda una bendición para los agricultores, que esperaban estas lluvias de noviembre como agua de mayo. Las precipitaciones empezaron a caer desde la madrugada y continuaron, de forma intermitente, durante el resto del día. Fueron lluvias intensas por momentos, pero en general de una duración muy breve, con periodos de calma en los que incluso el sol pudo atravesar la nubosidad predominante. La bajada de temperaturas sí se dejó notar, con temperaturas mínimas de apenas 12 grados en municipios como La Orotava, donde los termómetros no superaron los 15 grados durante el día.

El oleaje y el mal estado del mar causó preocupación en municipios como Garachico, Puerto de la Cruz, Los Realejos o Tacoronte, donde las autoridades municipales tomaron diferentes medidas de prevención de accidentes.

El oleaje obligó a cerrar el Lago Martiánez y las principales playas de la ciudad turística de la comarca (Playa Jardín, San Telmo y Martiánez), así como la realejera playa del Socorro o El Bollullo, en La Orotava. El Consistorio de Garachico prohibió el aparcamiento en las calles más expuestas al mar, como la avenida marítima, que estaba previsto que se cortara anoche al tráfico.

La costa de Tacoronte y el Sur

El Ayuntamiento de Tacoronte también balizó y limitó el acceso a las zonas más cercanas al mar en El Pris y Mesa del Mar, donde se cerraron la playa de la Arena y la vía litoral de El Pris. El alcalde, José Daniel Díaz (NC), reconocía que se esperaba el oleaje más intenso en torno a la medianoche.

En el Sur, la incidencia de la alerta que se decretó pasó de puntillas en una jornada que dejó agua para las cosechas e incidencias puntuales en un día para disfrutar de una lluvia normal.

La previsión meteorológica para mañana indica que estará nuboso con chubascos débiles a moderados en el norte, que podrían ser en forma de nieve por encima de los 2.000 metros durante la madrugada; en el resto no se descartan y tenderá a remitir por la tarde, según informó ayer la Agencia Efe.

Precipitaciones más débiles, aunque persistentes

Según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), las temperaturas mínimas sufrirán pocos cambios y las máximas un ascenso. Los termómetros oscilarán entre los 20-21 grados de máxima en La Palma, La Gomera y Tenerife y los 14 grados de mínima en la isla de El Hierro.

El viento soplará del noroeste moderado a fuerte, más intenso en puntas nordeste y noroeste y cumbres centrales, en donde las rachas podrían alcanzar los 70 km/h. Al final del día tenderá a norte moderado.

La AEMET prevé que Canarias seguirá bajo la lluvia hoy además de tener nieve en el Teide y en el Roque de los Muchachos a partir de los 2.800 metros. Por su parte, los vientos soplarán fuertes del noroeste en el archipiélago, muy fuertes en cumbres y también vientos del este intensos en el área mediterránea.

De cara al inicio de la semana, se esperan precipitaciones intensas, sobre todo la primera mitad de la semana en el norte de las Islas Canarias, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología para los próximos días.