La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del colegio Pureza de María, en Los Realejos, lamenta el calvario que sufren cada día familias y vecinos por el retraso en las obras de la carretera general y el mal estado y abandono del muro de contención de esta vía a la altura del acceso al centro, cerca del barrio de La Montañeta. El presidente del Ampa, Agustín Dorta, detalla que esta situación, "con continuos atascos", les afecta diariamente, de lunes a viernes, desde hace años, "pues al no solucionarse esta situación ni acabarse los trabajos se han instalado semáforos de paso alternativo que generan grandes colas".

Las interminables colas de cada día repercuten en la vida personal, laboral y en otros muchos aspectos de las familias de los más de 1.000 alumnos del centro, que se ven obligadas a salir de sus casas con mucha antelación para poder llegar a la hora de comienzo de las clases, y luego pierden de nuevo muchísimo tiempo en las salidas. "Las familias están desbordadas por una situación que no parece tener fecha de caducidad", lamenta Dorta.

Además de sufrir estas interminables colas, "que hacen que la gente pierda los nervios", también se genera un problema de seguridad para aquellos que, para evitarlas, deciden acceder caminando, lo que supone un riesgo añadido por la inexistencia de aceras.

Las familias de La Pureza piden que las administraciones públicas se pongan de acuerdo y den, cuanto antes, "una solución inmediata a esta situación que también afecta a numerosos vecinos y usuarios de esta vía insular".

Dorta lamenta que la situación se haya enquistado y que "el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Los Realejos no sean capaces de ponerse de acuerdo. Vivimos en una situación de total incertidumbre porque vemos que hay declaraciones y mociones cruzadas, pero no se pone una solución ni un acuerdo eficaz sobre la mesa".

El presidente del Ampa considera que encontrar una solución, "aunque sea temporal", es una cuestión de "voluntad política y de entendimiento". Este colectivo se sitúa al margen de colores políticos y sólo reclama el final de "un problema que se alarga y se vuelve cada vez más insostenible".