Una de las pocas cosas buenas que ha dejado esta pandemia es que la gente haya vuelto a la tienda de la esquina, con todo lo que eso implica para el sector primario.

El sector primario de Tenerife es fuerte. Eso no significa que no haya sufrido los efectos de esta crisis. El golpe ha sido el mismo para todos, pero hay otras economías que no han podido resistir los efectos del confinamiento... La fortaleza de la que hablo no está asociada con un rendimiento elevado porque en este sector hay grandes calidades distribuidas en pequeñas producciones. En los últimos meses he insistido en la idea de que había que resistir; pasar esta mala racha porque siempre habrá un pescado grande dispuesto a comerse al chico. Si dejamos un hueco libre en el mercado no pasará mucho tiempo antes de que una gran organización, que están al acecho de esas oportunidades, active su maquinaria con el objetivo de hacerse con él. Tenerife ha vuelto a comer de los pequeños negocios y eso no son elucubraciones sino los datos de Mercatenerife.

También es cierto que los servicios han estado bajo mínimos y se modificaron las pautas habituales de comportamiento, ¿no?

Sí, la hostelería de Isla está funcionado a día de hoy a un 10% y la restauración media por encima del 50%. Lógicamente, ante estas circunstancias no queda otra que fijar unas medidas de emergencias como las que se tomaron con la pesca. Los días anteriores a la declaración del estado de alarma el mar estuvo malo y se acumularon jornadas sin faena, pero en cuanto pudimos se crearon alternativas como la venta puerta a puerta, que es algo que está prohibido desde un punto de vista de la trazabilidad del producto. Carmelo Dorta (director general de Pesca del Gobierno de Canarias) dictó un decreto que facilitó mucho los movimientos comerciales de los pescadores. Las cifras de faenado de carne ya están a un nivel superior del acumulado a lo largo de 2019. Y eso que los meses de enero y febrero no fueron excesivamente buenos porque el peso de un porcentaje alto de animales estaba por debajo de lo recomendado para hacer una matanza.

¿Hay constancia de unas conductas "abusivas" al marcar los precios de mercado?

Cambios de precios se han dado, pero no creo que estén relacionadas con una especulación abusiva... La fruta de importación estuvo más cara, pero eso también hay que explicarlo desde un punto de vista asociado a los problemas que se dieron en Europa a la hora de recoger las cosechas. O no había mano de obra o se adelantaron las fases de recogida y, por lo tanto, los tiempos y las cantidades que salieron al mercado no eran suficientes para abastecer la demanda.

¿Descarta, pues, la existencia de una picaresca?

Eso nunca se puede descartar al cien por cien. De hecho, durante y después del estado de alarma hemos escuchado y leído unas cuantas noticias vinculadas con las sanciones abiertas por el Gobierno de Canarias a pescadores furtivos... Lo que sí conviene aclarar es el gran desconocimiento que existe alrededor de los costes de producción -en la semana que mañana arranca se va a organizar un taller online en el que se van a facilitar contenidos relacionados con esta materia- que se trató de resolver con un decreto firmado el 25 de febrero, según el cual no se podían comprar o vender productos por debajo de su coste de producción.

Al margen del aluvión de malas noticias acumuladas en el último semestre, lo que no cambia es el halo agonizante que sobrevuela las cuestiones que están asociadas con el sector primario.

Añadir dramatismo o teatralidad a una realidad nos puede conducir a unos posicionamientos erróneos cuando lo que se quiere es analizar un escenario tan cambiante como la que se da en el campo... El miedo es libre y en ningún caso voy a decir que los agricultores, ganaderos o pescadores no lo hayan pasado mal. Lo que sí puedo asegurar es que el sector primario de la Isla es más fuerte de lo que muchos pensaban. No podemos perder de vista que estos profesionales trabajan con seres vivos, animales o plantas, y las variables que se dan a la hora de acabar con éxito una jornada en la finca o una salida en barco son muchas. La mayoría de ellas no están conectadas con los efectos devastadores de la crisis sanitaria. La crisis sanitaria la vamos a superar, pero los problemas del campo se quedan para siempre.

Una de esas dificultades está unida al cambio climático y a la escasez de agua.

El cambio climático es algo que ya no podemos negar, es real y ha venido para estar mucho tiempo entre nosotros. La temperatura del mar ha aumentado medio grado y eso implica la desaparición de unas especies y la aparición de otras. Sé que lo que voy a decir no le sentará bien a todos, pero el futuro de la Isla pasa por la creación de la Reserva Marina Pesquera de Teno y Anaga. Hay personas que creen que no se van a ver favorecidas por este espacio, pero se trata de un proyecto vital para el desarrollo larbario de numerosas especies. Además, allí hay corredores de túnidos que nos pueden dar mucho rendimiento.

¿Y los problemas del agua en tierra firme?

Ese es un debate complejo y difícil de abordar en base a los tiempos que se han agotado sin contar con una buena planificación... Una red de riego no se hace de un día para el otro y en la Isla llevan años sin hacer nada. El simple hecho de tener que atravesar una tubería por encima de un terreno privado ya genera muchos trámites administrativos. El retraso en esa planificación implica que ahora tengamos que esperar tres, cuatro o cinco años para disponer de unas infraestructuras en condiciones. En la balsa de Mesa de Campo de San Juan de la Rambla, por citar un solo ejemplo, hemos metido 663.000 euros para realizar trabajos de impermeabilización. Yo no he bajado, pero desde arriba se aprecian unas grietas de un metro o metro y medio de ancho que están afectando a unas láminas que tienen una vida útil de 10 a 15 años y que fueron colocadas hace 32. Allí lo único que hay es un metro y medio de alto de lodo porque el agua hace mucho tiempo que se perdió. En El Saltadero, en el municipio sureño de Granadilla de Abona, pasa algo parecido y ahí habrá que destinar otros 700.000 u 800.000 euros cuando se pueda... En Tenerife llevamos 25 o 30 años sin construir una balsa y hay que corregir esa planificación con unos fondos europeos. Sin ellos no estamos en condiciones de acometer unos proyectos que superan de largo nuestra capacidad económica. La regeneración de agua para destinarla a los cultivos es algo que vamos a subsanar en cuanto entren en acción las cuatro grandes depuradoras, cinco en la lista se incluye la reforma realizada en las instalaciones de Adeje / Arona, que deben mejorar notablemente el aprovechamiento de todos esos recursos hídricos.

No es algo que sea de su competencia, pero sí le toca a la hora de rentabilizar los vertidos incontrolados que se hacen al mar. ¿Se necesitan muchas sinergias con otras áreas insulares para corregir este desastre natural?

La Isla de Tenerife tiene demasiados puntos de vertidos incontrolados al mar y, a su vez, cuenta con excesivas carencias en los sistemas de alcantarillado municipales. Hay un porcentaje muy elevado en el que se pierde más de la mitad del agua de abasto en las alcantarillas municipales. Esa es una tarea en la que está trabajando duro Zebenzuí Chinea (consejero insular de Cooperación Municipal y Vivienda) y su equipo. Entregar esa cantidad de hectómetros de agua regenerada al campo aliviará muchos de los problemas de sequía que estamos sufriendo en los últimos años.

Como los problemas no vienen solos, a eso hay que sumarle otro que está ligado a los bajos niveles de producción de miel y, sobre todo, al robo de colmenas que se ha detectado en diferentes explotaciones de la Isla.

En Tenerife hay ciertas producciones que están bien valoradas en el mercado negro, pero la gente tiene que entender que no le estamos haciendo un favor a nadie cuando compramos una bolsa da aguacates en la cuneta de una carretera. En ese pirateo el que pierde es el ciudadano porque el céntimo que sin facturar para IGIC es un céntimo que no va a las arcas de sanidad o la atención sociosanitaria. El Seprona hace todo lo que puede a la hora de controlar esas explotaciones pero es inviable multiplicar por 25 sus funciones porque hay que vigilar unos cuatro mil kilómetros de caminos rurales...

...¿pero hay preocupación por los bajos niveles de producción de miel que se dan en la Isla?

Sí... Sobre todo, porque las ayudas se dieron al sector fueron para salvar las naves y esperar que lloviera un poco. No ha llovido nada. Si no hay floración no hay alimento para las abejas y tampoco se podrán reproducir. No sé si es algo conocido, pero la única marca que lleva el nombre de la Isla es la Miel de Tenerife... En todo el territorio nacional solo hay cinco denominaciones de origen y el caso de Tenerife es excepcional porque contamos con trece variedades. Nosotros vamos a seguir dando ayudas para proporcionar alimento a las abejas, pero si no llueve lo vamos a tener complicado. Si a esto le sumanos que la vida de la abeja negra, que es la raza que tiene una mayor presencia en nuestras colmenas, es media, todo se nos pone un poco más cuesta arriba. La apicultura es un sector que va más allá de la producción de miel porque sus líneas de explotación comercial son más variadas de lo que creemos.

Vuelven a aparecer las ayudas y la pregunta es inevitable: ¿se ha visto desbordado por las peticiones?

(silencio). Las ayudas son directas o por concurrencia, pero en el caso de esta institución tenemos la fortuna de que las organizaciones que las reciben abarcan al 99% de las personas que se dedican a ese ámbito: en apicultura, por ejemplo, no hemos tenido 15.000 solicitudes sino que gestionamos dos, de Apiten y de ADS Abecan. A lo largo de este año se han podido dar unos siete millones de euros del sector primario a la producción, porque hay otras administraciones públicos que conceden otro tipo de subvenciones: el Cabildo se centra en las partidas que no van al empresario sino al sostenimiento de la producción. En ningún caso vamos a poder cubrir las posibles pérdidas, pero sí que ayudamos a mantener activa la producción. En el caso de la flor cortada, las pérdidas por el POSEI del año anterior fueron de más de 4 millones de euros y el dinero que han recibido les permitirá tener las esperanzas puestas en la campaña de los finados.

Volviendo a los costes y niveles de producción, hay una cuestión que tiene que ver con la papa o la patata... ¿Se lo pregunto por las voces que son más críticas a la hora de mostrar su disconformidad por la compra de especialidades de fuera?

En este tema hay que ser franco: la papa blanca no es nuestra; es una papa que viene de Dinamarca, Israel o Malta. Aunque se haya cultivado aquí y la uses para freír, su semilla es danesa, israelí, maltesa. Esto no es una eventualidad que haya provocado la crisis del Covid-19, sino que la mayoría de los habitantes de Tenerife han asimilado que una chinegua viene del Reino Unido. Además, en la Isla no tenemos una producción abierta a los 365 días del año, más bien hay que ajustarla a nueve o diez meses. La lucha contra las plagas no hay que entenderla como un ataque a la producción, sino como una defensa al medio por evitar el uso de unos productos que en países europeos están permitidos y aquí no... En el pasado las plataneras se chorreaban con sustancias de todo tipo que acaban filtradas en el suelo. No creo que haya que ponerle muchos reparos al hecho de que cuando te comes una papa blanca ese producto, aunque lo generen en una finca de La Orotava, procede de una semilla inglesa de cuarta o quinta generación. Luego, aquí le damos dos o tres vueltas más y nos quedan bien.

Con lo que sí trabaja una empresa participada por el Cabildo es en extraer el máximo rendimiento a unas semillas de papas de color.

La venta de esas semillas no se puede realizar en cualquier sitio y Cultesa, que es una entidad en la que participa el Cabildo de Tenerife, ha recibido una autorización que permite el cultivo de esa semilla en tierra. Es una experiencia piloto que desarrollamos en Arico con el objetivo de conseguir 40 kilos de papas negras con solo un kilo de semillas. El siguiente paso es que bajen los precios de comercialización, pero algo hemos logrado porque a mi llegada el saco se semillas costaba 40 euros y ahora lo podemos comprar por 15.

¿A pesar de esos datos de producción, en el mercado municipal el precio no ha variado?

No... Pero eso ocurre porque se ha conseguido un precio impuesto por la naturaleza cuando la producción era menor: sacar cinco kilos por un saco de semillas de un kilo o uno por siete. Esos aspectos hay que analizarlos en febrero, ya que sería la segunda cosecha con estos parámetros (1 kilo de semillas para 40 kilos de papas).

¿Ya hay datos de cómo se presenta la temporada de vino?

En base a lo que me han trasladado los consejos reguladores de vino, que son órganos que no controlan toda la producción sino los vinos de calidad, la producción se mueve en las cifras de 2019, que ya no fueron excesivamente buenas. En zonas como Güímar la producción ha caído un 25 o 30%, pero eso se compensa con unas subidas en los mismos términos en zonas en las que el año pasado no salieron bien paradas. No podemos olvidar a los productores que tienen un pequeño viñedo familiar y hacen un vino que no encuentra salida en un mercado cada vez más exigente, pero tampoco estamos en condiciones de obviar que tenemos unos vinos con una calidad excepcional. Es cierto que no tienen el marketing de los de Burdeos pero a nivel internacional se han ganado un prestigio...

¿Prestigio que en el caso de Estados Unidos, por ejemplo, chocan con unas medidas arancelarias difíciles de sortear?

En Tenerife tenemos productores que arriesgaron llevando sus vinos a Estados Unidos y estoy seguro que van a volver a reconquistar ese mercado. El estadounidense es un espacio que padece una crisis sanitaria y financiera bestial y que hace imposible cualquier iniciativa inversora de tamaño medio o baja. Lo otro, la guerra de los aranceles que lidera Trump, espero que quede resuelva para siempre en unos 20 días. Sinceramente, creo que dentro de un año lleno de noticias malas, la mejor posible sería que se pusiera fin a esa locura.

Hablando de precios, han subido las tasas del Matadero Insular de Tenerife.

Las denominan tasas, pero son precios... El MIT es una sociedad de la que forma parte la institución insular y, de nuevo, es un error pensar que el Cabildo es una empresa rica que puede resolver todos los problemas. En este caso, yo presido su consejo de administración y mi responsabilidad es intentar mejorar las cuentas que se obtuvieron en 2019 y, sobre todo, buscar soluciones a una situación deficitaria. Al presidente le trasladé la idea de transformarlo en una entidad pública empresarial (EPE), pero existe un informe jurídico que advierte que eso no es posible, que la Ley de la Racionalización de la Administración impide esa transformación porque no podemos tener una empresa más. Eso ya le dijimos a Coalición Canaria que no era posible, pero no porque no queramos sino porque no nos dejan... Si hubieran aplicado el IPC desde 2008 no estaríamos hablando de esto. Yo sé que los dos céntimos de subida no van a solucionar el problema, pero cuál es la alternativa que plantea la derecha; ¿buscan que los ganaderos paguen el 1,6 millón de euros cubierto por el Cabildo? Lo que no se puede permitir es que digan que si le subimos esos céntimos van a matar en cualquier sitio, ¿qué disparate es este? Tenemos que buscar una solución común. El matadero insular es un servicio público, no una estructura creada para sacarle un rendimiento económico.