La nueva normalidad ha trasladado los problemas derivados del ocio nocturno de la ciudad turística de Puerto de la Cruz a la Villa de La Orotava. Tras la desescalada, con el municipio portuense en pleno parón turístico, los locales de la plaza del V Centenario, en el casco orotavense, empezaron a atraer a jóvenes, y no tan jóvenes, de todos los rincones del norte de Tenerife. Este espacio, antaño bastante desolado, reúne a miles de jóvenes los fines de semana y está causando problemas de ruidos, consumo de alcohol en la vía pública, exhibiciones de conducción temeraria y peleas que, al menos en una ocasión, han terminado con lesiones por arma blanca.

La Policía Local está realizando numerosas rondas por la plaza en los días de mayor afluencia de gente y, desde la aplicación del semáforo rojo, dos patrullas acuden cada noche, a las 00:00 horas, para asegurarse de que todos los locales echan el cierre y los clientes se marchan a casa. Es habitual ver a los agentes de la unidad canina en busca de drogas en la zona.

La plaza ha sido escenario de algunas peleas y problemas derivados, sobre todo, de la existencia de únicamente unos baños abiertos para todos los locales. La falta de higiene y la masificación han generado numerosas críticas entre los clientes que acuden a disfrutar de una copa al aire libre en las numerosas terrazas instaladas en este recinto.

Sin embargo, los problemas más graves se están produciendo en los cercanos aparcamientos de La Torrita, especialmente en el segundo nivel, muy cerca del nuevo depósito de vehículos retirados con grúa. Cuando los bares cierran, cientos de jóvenes acuden a esta zona de aparcamiento gratuito a recoger sus coches o a continuar la fiesta durante varias horas, con música a todo volumen y gritos que sobresaltan a los vecinos. Por supuesto, en plena marcha, en esta zona también son muy comunes las reuniones de grupos sin mascarilla ni respeto a la distancia de seguridad.

Basta asomarse un día a este rincón de la Villa a la hora punta del cierre del ocio nocturno para comprobar como numerosos jóvenes se marchan de los aparcamientos conduciendo de forma temeraria, visiblemente afectados por el consumo de alcohol u otras sustancias. Son habituales los trompos, las salidas chillando ruedas y las altas velocidades. Parece solo cuestión de tiempo que se produzca algún atropello o accidente de tráfico.

Cada domingo al amanecer, en los aparcamientos públicos de La Torrita, cercanos al mercadillo del agricultor, quedan los restos del botellón y las marcas de ruedas de los frenazos y los trompos.

En la madrugada del pasado domingo, en torno a las 00:30 horas, cuando muchos de los clientes de la plaza del V Centenario se habían concentrado en el segundo nivel de los aparcamientos de La Torrita, tuvo lugar una pelea multitudinaria, con más de una quincena de jóvenes implicados. Se produjeron algunas agresiones en grupo, en las que varios jóvenes golpearon en el suelo a otros, incluso con patadas en la cabeza. Cuando la Policía Local acudió a la zona, la mayoría de los agresores huyeron en varios vehículos, dejando a dos de sus cómplices atrás. Hasta la zona se desplazaron tres patrullas de la Policía Local y dos de la Guardia Civil, que identificaron a los pocos participantes en la pelea que no huyeron despavoridos.

Hace unos meses, una pelea similar acabó trasladándose al cercano barrio de La Vera, en Puerto de la Cruz, donde un joven fue apuñalado.

La Villa, que siempre ha presumido de ser un pueblo tranquilo y seguro, se enfrenta ahora a conflictos y problemas nuevos que traen de cabeza a la Policía Local, la Guardia Civil y a los vecinos del entorno de la plaza del V Centenario y de los aparcamientos de La Torrita. La nueva normalidad ha trasladado los problemas del ocio nocturno a La Orotava.