La prematura segunda ola de contagios de coronavirus ha tensado el músculo de los centros hospitalarios de Canarias, pero no ha llegado a romperlo. En la última semana, la presión sobre las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se ha rebajado un 17%, ya que hace siete días había un total de 72 personas ingresadas en críticos, mientras que ahora la cifra se sitúa en las 60. Las UCI nunca han llegado a colapsar y ya han alcanzado una fase de estabilización. Sin embargo, los ingresos en planta continúan incrementándose, hasta llegar el lunes a las 231 hospitalizaciones. Este dato se traduce en un incremento del 9% con respecto a la situación de las camas en planta al inicio del mes de octubre.

La pandemia de la Covid-19 centra el interés de la sociedad, pero los sanitarios no pueden dejar de atender otras patologías. La irrupción del SARS-CoV-2 no inhibe la aparición de enfermedades comunes o el tratamiento de dolencias crónicas. Por esto, los hospitales también tienen que dar respuesta a esos pacientes, que precisan de una cama. Aún así, en el Archipiélago nunca se ha llegado a requerir el uso de instalaciones acondicionadas para albergar más plazas, aunque los centros sanitarios están preparados para todos los escenarios y cuentan con la capacidad de ampliar las UCI para abordar la presión asistencial.

La evolución de la pandemia en las dos islas capitalinas se ha invertido. En marzo era Tenerife la que estuvo más castigada, pero ahora vive una segunda ola de contagios menos ardua. En la isla solo hay 22 personas hospitalizas en UCI y otras 81 en planta. En La Gomera hay dos personas hospitalizadas, una de ellas en cuidados intensivos. En La Palma y en El Hierro no hay ningún positivo que haya requerido ser ingresado.